sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3860
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Lo que nadie reveló, a 28 años de aquel nocaut que la vida le propinó a Carlos Monzón

Por Jorge Joury


Se cumplieron 28 años de uno de los crimenes más conmocionantes. Está entre los hechos que marcaron mi vida periodística. Además, instalò en la sociedad la figura del femicidio y se constituyó en un éxito editorial pocas veces visto. Más de 200 mil ejemplares de venta hicieron por entonces que Diario Popular encendiera su estrella en aquel verano de 1988, cuando Carlos Monzón acabó con la vida de la modelo Alicia Muñiz, luego de arrojarla desde el balcón de una coqueta mansión marplatense. También resultó dramático, que habitación de por medio se encontraba durmiendo su hijo Maximiliano, nacido en 1984.

Ese verano para los famosos, fue trágico por donde se lo mire. El 5 de marzo también en otro balcón murió en confusas circunstancias el capocómico Alberto Olmedo, al caer de un piso 11. Después de una noche de exceso de alcohol, se había trepado a la baranda en un edificio ubicado frente a playa Varese. Paradójicamente, el caso Monzón también había deprimido a Olmedo por su amistad con los protagonistas, mientras la droga era un fantasma que recorría todos los rincones del mundo de la farándula.

RELACIONES PELIGROSAS

Lo que voy a relatar es el corolario de una relación tormentosa. Los celos, las constantes peleas en medio de agresiones fisicas y verbales,además de las adicciones, terminaron derrumbando el éxito y la fama de uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos y en segundos, lo convirtieron en una máquina de matar. Este episodio marcó un antes y un después en torno al rol de la mujer golpeada en la sociedad, ya que por entonces la palabra femicidio no era utilizada por la prensa.
Insinuar la presunta responsabilidad de Monzón en el hecho durante los primeros días de conocido el episodio, fue todo un desafío para el consejo editorial que formamos para seguir el caso. Se corría el riesgo de que los lectores se pusieran del lado del deportista, ya que la palabra femicidio no era siquiera pronunciada en aquella época. Pusimos entonces en marcha una campaña a favor de la mujer golpeada, con tánto éxito, que empezaron a llover en la redacción cientos de historias de víctimas clamando justicia. Ello hizo que la figura del campeón empezara a desmoronarse como una torre de naipes, para dar paso a la del homicida.

AQUELLA FOTO QUE HABLABA

Desde la madrugada posterior al día del hecho, cuando recibí la foto del cuerpo de Alicia Muñiz en la morgue, me dí cuenta que estábamos frente a un hecho de una crueldad sin límites. Mandé a ampliar el rostro. De observarla una y otra vez, la imagen entregaba una clara evidencia. La mujer tenía un golpe de nocaut, que se presentaba a la manera de un ancho anillo oscuro sobre el marco del ojo derecho. Después de largas deliberaciones, decidimos publicar el testimonio y la foto le empezó a hablarle a la gente, que rápidamente se mostró indignada por el episodio.
Alba Alicia Muñiz Calatayud había nacido en Montevideo el 18 de agosto de 1955. Era una bella rubia de ojos celestes. Rápidamente, se codeó con el éxito al radicarse en Buenos Aires. Estudió modelaje y alternó con importantes figuras en las pasarelas. Luego se le abrieron las puertas del Teatro Maipo como vedette de revista.
En aquellos días de 1978, en pleno Mundial de Fútbol, conoció a Carlos Monzón en un restaurante de la costanera. Algunos testigos aseguran que fue un flechazo a simple vista. Monzón quedó impactado frente a aquella rubia de la sonrisa sensual. No dudó en visitarla al día siguiente en el instituto de belleza que ella manejaba. El boxeador, ya familiarizado con el mundo de la noche y el alcohol, venia de varios romances, uno de ellos con Susana Giménez. El dinero y la fama le sonreían. Al poco tiempo, la pareja formalizó el noviazgo.
El estrellato también favoreció a Muñiz, quien llegó a ser segunda figura en obras como "Por siempre Maipo" junto a Norma Pons y Javier Portales. Además,debutó en el cine en 1978 de la mano de Hugo Moser en "Encuentros muy cercanos con señoras de cualquier tipo" junto a los capocómicos Alberto Olmedo y Jorge Porcel, y las vedettes Moria Casán y Adriana Aguirre.

GOLPE A GOLPE A SU MUJER

Monzón y Muñiz se fueron a vivir juntos. En los años 80 ella se alejó de las tablas y armó su propio emprendimiento, una peluquería de primer nivel. Hay quienes aseguran que en la vida de la pareja, los celos de Monzón fueron determinantes para que el amor se terminara diluyendo. En 1987 la mujer retornó al modelaje, mientras crecían los rumores sobre la violencia física que le ejercía el boxeador. Era común ver los brazos y su cuerpo con moretones, comentaban en el ambiente.
En uno de esos dislates comunes en Monzón, días después del homicidio le comentó con sorna a la prensa marplatense: "le pegue a todas mis mujeres, menos a una". Se entendió entonces que la única que se había salvado de la trompada del hombre de acero, era su propia madre.
Durante el verano de 1988 la pareja ya estaba separada. Ella se encontraba trabajando en Uruguay con un conocido peluquero y había autorizado a su hijo Maximiliano a pasar unos días con su padre, en la mansión que había alquilado su amigo, el actor Adrián Facha Martel, en el barrio La Florida, en las afueras de Mar del Plata. Pero a oídos de Muñiz llegaron versiones que la sobresaltaron. Daban cuenta que en esa casa se realizaban orgías, donde abundaban las drogas y el alcohol.

UN VIAJE HACIA LA MUERTE

Fue por ello que el sábado 13 de febrero decidió viajar para ver de qué manera persudía a Monzón, para llevarse a su hijo al vecino país. Monzón la esperó en el aeropuerto de Camet, junto con el pequeño Maxilimiliano. Por lo que se transparentó a través del juicio oral, esa tarde la pareja tuvo una suerte de reconciliación e hicieron el amor. Por la noche salieron para celebrar. Luego fueron al cumpleaños del locutor Sergio Velasco Ferrero, donde se encontraron con el Facha Martel, que los invitó a cenar al club Peñarol. El festejo se extendió hasta la madrugada. Monzón estaba sacado por el exceso de alcohol. Fue Muñíz entonces quien le pidió regresar en un taxi a la casa de Pedro Zanni 1567.
Hay quienes aseguran que la pareja comenzó a discutir acaloradamente en el interior del auto. Fue cuando la mujer le confió que venía a llevarse a su hijo a Montevideo, donde estaba viviendo. Monzón entonces montó en ira, a tal punto que el taxista amenazó con detener el vehículo y pedirles que se bajen.
Durante el juicio se comentó que el verdadero taxista había sido sacado de escena por la defensa de Monzón, mediante una paga, para reemplazarlo por uno trucho que relató que tanto Monzón como Alicia, "parecían dos enamorados".
Los testimonios que recogí en Mar del Plata durante la cobertura del juicio oral, me permitieron averiguar que Monzón bajó del auto a su mujer, sacudiéndola con ferocidad. La tenía tomada del cabello y la golpeaba con insistencia. La llevaba agachada y a 30 centímetros del piso. Lo determinaron las pericias del goteo de sangre de la víctima que recorría todo el perímetro de la casa.
Aquella madrugada del domingo 14 de febrero Monzón le dio paso a la bestia que tenìa en su interior, El detonante fue cuando Alicia le reprochó la mezquina cuota que recibía por su hijo. Le pegó una y otra vez. La tomó del cuello y la levantó, dejándola durante unos segundos suspendida en el aire. Fue suficiente para estrangularla. Y luego la arrojó por el balcón, sin saber que frente a la pileta de natación, un hombre era testigo privilegiado de la terrible escena.

"LA TIRO COMO UNA BOLSA DE PAPAS"

Se trataba del cartonero Rafael Crisanto Báez, quien durante el juicio relatò llorando que " Monzón tiró a la señora desde el balcón como si fuera una bolsa de papas".¿Qué hacía Baez dentro de la casa?.
El cuerpo de la modelo, que solo vestía una bombacha blanca, quedó tendido al costado de la pileta. Presentaba fracturas múltiples de cráneo, además de la rodilla izquierda y una lesión en el codo derecho. Todo ocurrió a metros del cuarto donde Maximiliano, que tenía tan solo cuatro años, dormía junto al hijo del "Facha" Martel.
La policìa fue avisada casi dos horas después de la muerte. El tiempo suficiente para lavar el baño ensangrentado donde Monzón trató de reanimar a Alicia, que seguramente ya estaba muerta. Luego, se hizo desaparecer la ropa que era una prueba clave de la violencia que se había ejercido sobre la víctima. También se dijo que en la casa había un importante empresario teatral, durmiendo en el garage con una conocida vedette. La jueza lo rastreó durante el juicio, con nombre y apellido, pero nadie quiso hablar.
Monzón después de la pelea con su mujer, se arrojó del balcón para simular que cayó durante un forcejeo con ella y sostener luego en el juicio la hipótesis del accidente. ¿Quién le sugirió armar esa estrategia?. También es otro de los enigmas.
Esas dos horas en blanco, hasta que fue avisada la policìa, sirvieron para disimular el escenario del homicidio y sacar de la casa videos comprometidos de las fiestas que allì se hacían, así como las sustancias que se consumían durante las mismas.

UNA PARADA MACABRA

La vida de Alicia Muñíz se apagó de la manera más cruel, a los 32 años.Tres días más tarde fue sepultada en el Panteón Argentino de Actores del Cementerio de la Chacarita. Durante ese viaje de 11 horas, después de que el cuerpo fuera entregado en la morgue, se sospecha que la ambulancia paró en una clìnica privada. Allí se le extrajo a la víctima el músculo esternocliedomastoideo. Fue clave para borrar la evidencia de que había sido estrangulada y arrojada sin vida desde el balcón.
En junio de 1989 pedí cubrir el juicio oral y público que el 3 de julio de ese año condenó al ex campeón mundial a once años de prisión por haber sido declarado culpable del crimen de su mujer, en la figura de homicidio simple. Lo peor que le pudo ocurrir a Monzón, fue que la presidenta del tribunal, era otra mujer dispuesta a mandarlo a la lona. La jueza Alicia Ramon Fondeville se encargó permanentemente de poner al ex boxeador contra las cuerdas hacerlo transpirar. Utilizó una frase que aún resuena en mis oídos: "a Alicia, usted le pegaba, Monzón. Diga la verdad". Los magistrados fueron coincidentes que "el acusado obró con plena conciencia de la criminalidad de su actuar".
Tras el juicio uno de los abogados de la familia Muñíz, el doctor Rodolfo Vega Lecich me dio a entender que de los gastos del proceso se había hecho cargo la Iglesia, ya que Alicia tenía un tío sacerdote y sus padres eran dos humildes porteros de un edificio. También me enteré que muchas de las primicias que habíamos dado, tenìan una explicación: Monzón leía Diario Popular y cada uno de nuestros informes significaban para él golpes de nocaut. Vega Lecich fue la voz cantante de un buffet de eximios abogados del estudio Fontán-Balestra que hicieron un trabajo impecable, no sólo en lo que tuvo que ver con probar la culpabilidad de Monzón, sino en desenmascarar la presencia de la droga en Mar del Plata. Ni siquiera pidieron un resarcimiento económico, acorde con la fortuna de Monzón. Sólo reclamaron un millón de pesos, para ser donados al Hospital de Niños de la capital federal. ¿Acaso fue el primer indicio de la lucha de la Iglesia contra el tráfico de drogas?. Es otro de los misterios.

CON EL SELLO DE LA MAFIA

Durante el juicio fuimos amenazados por la mafia que rodeaba al ex campeón y después de conocerse el veredicto, a la salida del tribunal, una patota nos corrió junto con los abogados, durante varias cuadras.
Al grito de ¡asesino!, Monzón fue trasladado ese día a la cárcel de Batán y luego a un penal en Santa Fe, por la cercanía con su familia. En ambas prisiones recibió visitas de destacadas figuras internacionales y nacionales, entre ellos el actor francés Alain Delon, con quien forjó amistad muy estrecha en su días de ring y gloria en Europa. Se comentó inclusive, que ambos eran socios en una fábrica de perfumes. También lo visitó el actor estadounidense Mickey Rourke, con quien simuló boxear ante el festejo de otros internos del penal de Batán.
En 1994, el ex ídolo fue beneficiado con permisos transitorios por buena conducta. Salía del penal para dar clases de boxeo a un club santafesino donde acudían un centenar de niños. El 8 de enero de 1995, regresando a prisión, luego de un asado donde se presume que salió alcoholizado, el auto que manejaba sin autorización volcó en el paraje Los Cerrillos de la Ruta Provincial 1. Monzón perdió la vida a los 52 años. Terminó trágicamente como muchos boxeadores que no estaban preparados para digerir de manera madura las mieles de la fama y el dinero fácil que todo lo compra. Comentan, que tras el accidente, sus ojos bien abiertos quedaron clavados en el cielo, tal vez en señal de arrepentimiento o clemencia, valores que nunca lo acompañaron porque la soberbia lo podía.
Hoy pocos saben que el crimen de Alicia Muñíz, es el primer caso testigo de femicidio que despertó en el país el sentimiento solidario de la sociedad hacia la mujer golpeada. Es doloroso, que para llegar a ese sitio, Alicia Muñíz haya tenido que entregar su vida a cambio.

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