martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº3863
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Sin dedos en V

"Negro de mierda. Matalo. Quedate tranquilo que a este me lo llevo de trofeo". Frases que forman parte de la causa por la muerte de Fernando Báez Sosa a manos de un grupo (serán dos, tres o diez) jugadores de rugby. Postales de lo que en el marco de la causa judicial puede llegar a presentarse como "crimen por odio racial o de clase".


TAGS: V, RUGBIERS, DEDOS

Lo dicho está en el escenario de la tragedia provocada, de esa muerte injusta y de esa desgracia que, en mayor o menor medida comparten ahora 11 familias. Porque si bien es cierto que la peor parte la llevó Fernando y la llevan sus padres, también es cierto que quienes criaron a los asesinos deben sentir que el mundo se les ha venido abajo.

Hay que enfrentar el dolor de que tener a un hijo muerto. Es verdad. Y también hay que bancarse a un hijo en la cárcel, responsable de un asesinato. También eso es verdad.

Acaso lo que les toca a las familias de los rugbiers es sentir que a sus hijos les espera una muerte en cuotas.

¿Hay margen para decir que fue un crimen alentado por el odio?. Más allá de la prueba que existe en la causa, algunos observadores ven otros indicios.

Todo indica que estamos ante muchachos ideológicamente posicionados en la intolerancia y el desprecio del otro, sobre todo si el otro es morochito como Fernando. Quién sabe qué más podrían haberle hecho si se enteraban que es hijo de padres paraguayos, nada cuesta pensar. 

Quienes analizan el caso desde lo judicial y en procura de definir estrategias se animan a marcar un dato que parece haber pasado desapercibido.

En la foto que se habrían tomado en la cena previa a su concurrencia al boliche, sentados a la mesa entre abundantes platos de tallarines con carne, se observa que los comensales saludan a la cámara con diferentes señas pero una recurrente: la de los dedos pulgar e índice separados. El saludo de los surfistas que significa “aloha”, famosa palabra hawaiana que quiere decir "hola" y "adiós" (aunque también está relacionada con los conceptos de amor y afecto). Paradójico. Aparecen en la foto diciendo con gestos que están por la paz, el amor y el afecto poco antes de masacrar a un pibe indefenso al que, según una testigo clave, ni siquiera tuvieron el coraje de pergarle de frente puesto que lo atacaron por detrás hasta derribarlo.

En la foto de los fideos hacen diferentes señas. Ninguno con los dedos en V. Ninguno mostrando su condición de peroncho, podría decirse. No es que eso los hubiese puesto a salvo de pagar su culpa ni mucho menos. Pero para quienes analizan el caso es un indicio del caldo ideológico en el que se cocinó la muerte de Fernando.

Está visto y comprobado que en todo grupo heterogéneo, sea de ámbito laboral ,deportivo o social, siempre hay uno o una, cuento menos, que saluda a la cámara con los deditos en V. Es un dato, nunca un juicio de valor. No es bueno uno ni malo el otro. Nada más disparatado pensar eso. Es una postal de la vida. Busquen fotos de amigos y parientes y lo verán. Habla a las claras de que en cada uno de esos grupos y ámbitos donde allá, perdidos en el fondo aparecen unos deditos en V hay lugar para la diversidad pero también para la armonía posible. Que puede haber debate, disenso, chicana y todo aquellos que nos identifica a un lado y otro de la grieta pero que al mismo tiempo nos da chance para el "bueno, dejá de joder, salud", de la vida cotidiana.

Acaso lo que le ha faltado a esos pibes fue entender eso. Quizá si alguno se hubiese animado a los deditos en V hubiese captado la seña de "todo bien" que Fernando les hizo cuando se empujaron en el pogo. Quizá unos dedos en V en ese grupo hubiesen cambiado la historia.

 

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