jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº3858
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Entretelones del plan desesperado que se fogoneó para evitar la quiebra de La Plata

*Por Jorge Joury.- Fue una estrategia que se cocinó a contrarreloj en el más absoluto secreto y con varios protagonistas de peso en la esfera local. Pero respaldada por la crudeza de los contundentes números de la realidad.


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     La que vamos a contar es  una historia que hace a la supervivencia y que tal vez dentro de unos años algunos la titulen como: "La ciudad que no quería morir". Todo comenzó cuando un grupo de empresarios se juntaron y armaron un plan para evitar el naufragio. Querían darle estado público a una suerte de rebelión bien intencionada, para poder volver a levantar las persianas de sus negocios. Pero no solo apuntaban  a trasponer los umbrales de la comuna, sino los de la gobernación y llegar hasta la propia Casa Rosada. La primera puntada fue tan efectiva, que se vio acompañada por otros documentos de los grupos y cámaras más poderosas de la producción nacional, que también junto con la cúpula sindical le habían acercado la dramática radiografía al Presidente en Olivos.
    Pero tal vez fue el dramático documento de la FELP, advirtiendo sobre posibles cierres en cadena de locales, el que desbordó el vaso y alertó a las autoridades de que algo similar podía ocurrir por efecto cascada en otras ciudades populosas del país. Y que era el momento de aflojar un poco la rienda, siempre con los cuidados pertinentes de los infectólogos, porque la fatiga ciudadana por el confinamiento y las angustias económicas, estaban pidiendo a tambor batiente la vuelta al trabajo.
    La semana pasada, el titular de la Comisión de Centros Comerciales, Alberto Catullo, fue el encargado de encender la mecha, al revelar que le habían elevado al intendente Julio Garro un pedido de apertura para varios rubros.El escenario entonces se puso al rojo vivo cuando Catullo disparó un misil que hizo crujir la columna vertebral de la ciudad de las diagonales: "el comercio no da más, estamos quebrando. Ya no es que no podemos pagar sueldos, ni alquileres o impuestos, ahora tampoco se puede llevar un plato de comida a los hogares", manifestó.
    Hay que reconocer que en el equilibrio de costos políticos las muertes, aunque esto suene irrespetuoso para quienes sufrieron pérdidas, empezaron a quedar rezagadas en su impacto detrás de las quiebras y el hambre que se avecina y golpea las puertas de los hogares.  
    En el entorno del intendente Julio Garro, reconocen por lo bajo que el reclamo empresario vino como anillo al dedo. El lord mayor estaba esperando una señal que lo habilitara a salir a tocar las puertas de la gobernación. Tenía sus razones, cada vez más empleados del sector privado llamaban al 147 para pedir comida, algo inédito en la historia platense.Los peluqueros también dieron un alerta a través de las redes sociales. No hay que olvidar que en la Argentina existen más de 78 mil salones de belleza, que le dan trabajo a 100 mil personas, que reciben más de 250 millones de visitas al año y representan un volumen de negocio superior al 1% del Producto Bruto.  
    Frente a este cuadro de situación, comentan que Garro reflexionó que: "Ahora es la clase media la que ya no se sostiene y tenemos que actuar". A contrarreloj y respondiendo al clamor de los comerciantes, el jefe comunal ordenó a sus asesores armar un formato de flexibilidades, con horarios de trabajo y adecuando el escenario a todas las precauciones sanitarias. Luego, se lo acercó al gobernador Kicillof. De esta manera, evitó que la sangre llegara al río. El paper incluía un listado de 17 empresas e industrias, así como nuevos rubros comerciales para solicitar su reapertura de forma controlada, con el objetivo de que este lunes 11 de Mayo puedan retomar su actividad con protocolos y medidas de bio seguridad. El jefe comunal sabía que no le iban a conceder todo el pedido, pero hizo el intento de ir por más, en el marco de guardar todos los protocolos. Así fue que logró que le dieran  luz verde a más de 4.700 comercios. Lo que no quiere Garro, junto a otro grupo de intendentes, es que todos los vecinos crean que pueden salir a la calle y poner en riesgo todo lo que se hizo en estos más de 50 días. Cerca de Kicillof comentan que el gobernador  se inclinaba por abrir más empresas que comercios, en razón de que son muchos los establecimientos que funcionan en su territorio. Pero esto significaba un peligro mayor por la cantidad de gente que se iba movilizar y pondría en reisgo lo actuado. 
    Tal vez lo que venga de aquí en más sea el comienzo de la resurrección de una ciudad que se negó a morir. Que ya venía cascoteada desde épocas pasadas, resistiendo la más dura de las recesiones en la era macrista. Que la habían convertido en la ciudad de las persianas bajas y ahora el Covid 19 pretendía asestarle el golpe de gracia. Afortunadamente, esto no va a ocurrir, ya que en esta primera etapa la Provincia respondió que 4 empresas cumplieron con las medidas tendientes a resguardar la seguridad de sus operarios por lo que podrán reabrir, mientras se siguen analizando las demás propuestas. 
    Las firmas autorizadas son dos del rubro de autopartes, Federal Mogul S.A y Taranto S.A.; una Fábrica pinturas y membranas (Emapi SA.) y una de mosaicos y ladrillos (La Española Mosaicos SRL).
    El tema de aclarar la idea de una “cuarentena ajustable” es sumamente relevante para el Gobierno. Es una manera de evitar una eventual postal de calles, comercios y transportes públicos abarrotados de gente con el peligro latente de contagios masivos.
    En la residencia de Olivos admiten que hubo una “fuerte aunque normal” presión del sector empresarial y gremial para empezar a flexibilizar la cuarentena y mover otra vez la economía. Ya está claro que habrá rubros como las industrias del calzado, indumentaria, papeleras, tabacaleras, automotrices, plásticos y químicos que podrán abrir sus puertas en esta nueva etapa. 
    En La Plata, como en otras populosas ciudades, la industria y el comercio tocaban fondo. Los empresarios y emprendedores fueron conscientes que no hay sobrevida sólo con la asistencia del Estado.Hacía falta cuanto antes volver a poner en marcha los motores de la actividad con  las medidas de prevención adecuadas .
    El Gobierno por primera vez obtuvo cierto aval del comité de expertos para entrar en una etapa de apertura, muy controlada y con chances de marcha atrás en cualquier momento, pero apertura al fin.
    “Hay que cruzar los dedos y evitar que todo lo que hicimos no se tire por la borda en una semana. Pero si vemos que hay un brote de contagios volvemos a foja cero”, explicó un funcionario de primera línea ante la consulta.
    De esta manera, la idea de “volver a foja cero” o imponer una “cuarentena ajustable” será clave para entender los riesgos que implican esta nueva etapa de flexibilización del aislamiento social impuesto en adelante por Alberto Fernández.
    En lo más alto del poder se admite que este es el compromiso que asumió el Presidente ante los epidemiólogos en las reuniones permanentes que mantuvo en estos últimos días. Los expertos avalaron la idea de flexibilizar la cuarentena pero colocaron un cartel rojo: "ante un riesgo de nuevos brotes en determinados lugares se volverá a un esquema de restricciones como era en la primera fase de aislamiento". Es una experiencia que se dio en algunos países y un modelo de apertura de cuarentena que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda. Alberto Fernández está plenamente alineado con esta tesis.
    Además, el Gobierno tomó nota de la impaciencia ciudadana por volver de a poco a las actividades. También las agujas del amperímetro ciudadano marcaban que el 80% de los argentinos prevé una fuerte caída de la economía y un 77% piensa que caerán sus ingresos. En el sondeo que realizó la consultora D´Alessio Irol, solo un 12% de los consultados aparecieron como optimistas sobre una rápida recuperación económica. En tanto, los argentinos admiten que reduciría la realización de actividades con público masivo al finalizar el aislamiento
    El propio gobernador de Jujuy, Gerardo Morales había sido más que contundente cuando graficó hace horas: "hay que acompañar la flexibilización o la gente nos pasará por encima".
    En horas, deberemos acostumbrarnos a una maraña de protocolos nuevos. Además, cada una de las actividades de nuestra vida diaria deberán ser abordarlas minimizando todo lo que se pueda el riesgo de contactos. Saldremos a las calles cuando nos toque, con documentos par o impar. Serán ejercicios tediosos e insoportables en algunos casos. Pero debemos comprender que es la medicina amarga que aceptan y proponen los empresarios que de manera dramática le pidieron al Gobierno una apertura antes de ir a la quiebra.
    Está claro que en este marco, los adultos mayores no entrarán en flexibilización alguna. Y que habrá actividades que no volverán por mucho tiempo, como sentarse a cenar a una mesa, entrar a un cine o ver un partido de fútbol. El resto está todo por verse en las dos semanas que vienen. Y la razón, se insiste, es siempre la misma: el daño que produce la cuarentena en la economía ya es incontrolable y aunque a algunos adoradores de Keynes opinen lo contrario, no hay forma ni recursos para que la mano del Estado evite eso. Ahora depende de cómo los vecinos hagamos los deberes. El primer consejo es: No salgamos a buscar el virus.
     
    *Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.

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