sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3860
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Fantasmas en un escenario explosivo

#Por Jorge Joury.- A medida que pasan las horas, la masiva protesta de los efectivos de la Policía Bonaerense adquiere visos de mayor gravedad. El reclamo se trasladó también al interior del país con protestas de las fuerzas de siete provincias.


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Por:
Jorge Joury
 
 
A medida que pasan las horas, la masiva protesta de los efectivos de la Policía Bonaerense adquiere visos de mayor gravedad. El reclamo se trasladó también al interior del país con protestas de las fuerzas de siete provincias. Efectivos de Misiones y La Rioja ya habían protagonizado manifestaciones por mejoras laborales y salariales la semana pasada. Ahora, uniformados de Chaco, Jujuy, Río Negro, Chubut y Santa Fe se sumaron en las últimas horas en simultáneo al reclamo de los uniformados bonaerenses. Y como si fuera poco, también patrulleros rodearon la residencia presidencial de Olivos. Los vehículos hicieron sonar sus sirenas para expresar su malestar ante la falta de precisión sobre la suba salarial que anunció el gobierno de Axel Kicillof.
Frente al marco de zozobra, la custodia del Presidente fue reforzada con el grupo Albatros de Prefectura y 36 efectivos que se suman a la guardia de PFA que cerca el perímetro.
En el kirchnerismo empezaron a denunciar un intento de desestabilización contra Axel Kicillof y hay quienes comienzan a agitar el fantasma del golpe policial contra Evo Morales en Bolivia.
Es más, en un sector del oficialismo se recordó una anécdota, cuando en una cena en el café de Eduardo Valdés se cuestionaba la designación de Sergio Berni en el Ministerio de Seguridad bonaerense. El diputado dijo entonces que Cristina Kirchner quería que el ex militar controle a la Bonaerense porque Evo Morales le había alertado que el golpe en su contra lo ejecutó la Policía boliviana.
En medio de este escenario, Alberto Fernández recibió un gran respaldo de intendentes y fuerzas políticas y se pronunció de manera enérgica. Prometió que se hará cargo del conflicto junto al gobernador Axel Kicillof y aseguró: “Esto no se resuelve escondidos en patrulleros tocando bocina.El gobierno nacional no se va a hacer el distraído, va a afrontar el problema como lo hacemos siempre junto al gobernador, Axel Kicillof. Somos dos amigos en la misma causa y estamos comprometidos con lo mismo”, agregó.
Sin dar nombres, Fernández dijo además que la pandemia deja al descubierto la miseria de la gente y planteó: “No es ético aprovechar este momento para profundizar las crisis y reclamar cosas que a veces son difíciles de resolver”. Estas palabras cayeron mal entre los uniformados. 
Horas después, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, salió a la puerta de la Quinta de Olivos a dialogar con los efectivos y los invitó a entrar a la residencia para reunirse con el presidente Alberto Fernández, pero los manifestantes rechazaron la invitación.
Un alto jefe policial que peina canas, consultado por DIARIO FULL, fue terminante para graficar el cuadro de negociación: “Estos son piqueteros, no son vigilantes. Con estos no podes negociar. Los referentes que vienen a Puente 12 a exigir hablar con el ministro son impresentables que no conocen ni la división de poderes. Son pendejos con cinco o seis años de antigüedad que ingresaron en la época de Scioli, que no tienen experiencia, que te quieren dar consejos y no detuvieron ni al ladrón de gallinas. Los respetamos, pero no son interlocutores válidos. El reclamo que hacen es justo. Por eso se le dio curso a todos los reclamos. Pero ellos van por todo. No les importa nada. Quieren el 60% de aumento o nada y así no se puede”.
Luego agregó: “Los que se ven en las calles con los patrulleros reclamando, movilizados, son unos tres o cuatro mil que no son bien vistos por el resto de sus compañeros, y no por los reclamos, sino porque no son polis, son muchachos que vieron la oportunidad de cobrar un sueldo del Estado y muchos de los cuales vienen de situaciones familiares muy difíciles”.
La misma fuente destacó la “virulencia” que ponen a la hora de plantear los reclamos, su “intransigencia” al momento de hacerles comprender que la cuestión salarial no la maneja el Ministerio de Seguridad, sino la gobernación, administrada por Axel Kicillof, con el ministerio de Hacienda. "Su escasa formación profesional, al parecer, se refleja no solo el vocabulario que utilizan ante los oficiales superiores, a los que llegaron a insultar y amenazar, sino también a la comprensión de la división de poderes", aclaró el informante.  
Lo cierto es que la  bomba se está activando en varios frentes, ya que al petitorio de La Bonaerense se le sumó el del Servicio Penitenciario, con varios puntos en común. El gobierno bonaerense está contra las cuerdas, porque sabe que detrás también vendrán el resto de los gremios estatales a pedir su tajada y los fondos no alcanzan para todos.
Mientras tanto, se desarrollan otras protestas en distintos puntos del GBA y el interior de la provincia. Así, las manifestaciones se replican en Ituzaingó, Almirante Brown, Morón, Merlo, Quilmes, San Miguel, Azul, Malvinas Argentinas, Pilar y José C. Paz. También en Avellaneda, Lomas de Zamora y Tres de Febrero. Además, comenzaron a sumarse efectivos en distintas localidades del interior: La Plata y Berisso, Pinamar, Villa Gesell, Mar del Plata, Necochea, Junín, Bahía Blanca, San Nicolás, Olavarría, Pehuajó y Tres Arroyos, entre otras. La situación de casi toda la Provincia es alarmante y pone en juego la seguridad de la población que está virtualmente desguarnecida por la falta de efectivos que patrullen las calles.
También en el Puente 12 de La Matanza, el comando operativo del ministro Sergio Berni, se viven horas de extrema tensión. Un oficial se trepó a una torre de energía en medio del puente y amenazó con lanzarse al vacío, a raíz de la falta de respuesta al reclamo.
Sergio Berni camina por arenas movedizas, pero fue ratificado en  el cargo por el gobernador Kicillof. En los pasillos de la gobernación se decía que su suerte la decidía Cristina Kirchner, su protectora y todo indica que así fue. Buenos Aires es el territorio donde la ex presidenta tiene su base electoral y debe preservarlo de todos los peligros, hasta del fuego amigo. Además, entregar la cabeza de Berni en este momento, sería un acto de debilidad frente a los uniformados. No obstante, quedó en claro que el ministro de Seguridad quedó averiado. NI la trágica y dolorosa muerte de Facundo Astudillo Castro, sobre la que aún se investiga la eventual participación de la Policía de la provincia de Buenos Aires, tuvo a Berni tan señalado como ahora.
No solo por la magnitud del reclamo, que el gobernador Axel Kicillof y el ministro de Seguridad sufrieron frente a sus propias narices, sino también, y especialmente, porque desde la propia administración bonaerense reconocen que se “subestimó” la protesta, originada con la legitimidad de magros salarios y pésimas condiciones laborales, arrastradas desde hace décadas. Admiten que no se vio venir. Y que cuando se trató de buscar una solución, ya era tarde.
Berni, que desplegó una campaña intensa para robustecer su popularidad y posicionarse de cara al próximo año electoral, tomó distancia de los medios en las últimas horas. Se le aconsejó no exponerse. Siente el rigor de la presión interna que se desarrolla detrás de la revuelta policial y es probable que CFK le haya pedido perfil bajo y dejar que las aguas se calmen.  
Mientras tanto en la gobernación ven fantasmas por todos lados y apuntan también a sectores de la oposición que buscan sacar algún rédito político. Citan el ejemplo de Florencia Arietto, ex funcionaria del ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich. Fue una de las dirigentes que adelantó el conflicto que se avecinaba en las fuerzas bonaerenses.
El problema policial tiene antecedentes históricos, como el sucedido en 2013, donde también se habían sumado las fuerzas federales hasta hubo un acuartelamiento. La situación no es de fácil resolución por la falta de un sindicato policial, el que está prohibido por las cartas orgánicas de las fuerzas de seguridad y por un fallo de la Corte Suprema.
 
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.  

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