jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3865
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Nueva jugada de Berni, sacude a la Gobernación y aviva el fuego amigo

*Por Jorge Joury.- Cuando aún resuenan los ecos del conflicto policial, Sergio Berni hizo temblar los cimientos de la gobernación al brindar una conferencia de prensa junto al Procurador de la Suprema Corte, Julio Conte Grand, con quien dio a conocer estadísticas sobre la evolución del delito.


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Jorge Joury
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    Cuando aún resuenan los ecos del conflicto policial, Sergio Berni hizo temblar los cimientos de la gobernación al brindar una conferencia de prensa junto al Procurador de la Suprema Corte, Julio Conte Grand, con quien dio a conocer estadísticas sobre la evolución del delito. El ministro de Seguridad aseguró que trabajará junto al jefe de los fiscales (el enemigo máximo del kirchnerismo), en una decisión que consideró "histórica". El anuncio de Berni cayó como un balde de agua fría en otras áreas del gobierno provincial desde donde venían reclamando la renuncia del procurador por su cercanía a María Eugenia Vidal. Quien más se expresó por la necesidad de apartar a Conte Grand, fue la ministra de Gobierno, María Teresa García. El ministro de Seguridad realizó esta movida, cuando aún tiene muchos peligros que lo acechan. En lo que va del año ya van más de 100 muertos por la inseguridad en la Provincia. La Matanza, La Plata y Lomas de Zamora son los distritos con más casos. Desde hace bastante tiempo, los sondeos de opinión pública indican que el crecimiento del delito es una de las principales inquietudes ciudadanas. 
    La toma de tierras y el peligro de un desmadre de la situación, es otra de las amenazas que merodean a Sergio Berni. No obstante, al ministro de Seguridad, también le quedó la sangre en el ojo por los intereses que se movieron detrás de la rebelión policial, lo cual le sacudió el piso al gobernador Axel Kicillof. Está convencido que se trata de una conspiración alentada por intendentes oficialistas y algunos de la oposición, como Jorge Macri. A la hora de buscar culpables, la mirada del ministro de Seguridad principalmente está puesta en Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Fernando Espinoza (La Matanza), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Juanchi Zabaleta (Hurlingham), entre otros. Hace unos días, cuando le preguntaron incisivamente en un programa de cable, Berni respondió: "quiero ver quienes son. Que vengan  aquí y den la cara, como hago yo".
    LAS VERDADERAS CAUSAS DE LA REBELION
    También circulan versiones sobre supuestos listados que tendría Cristina Kirchner sobre las causas de la rebelión policial de la que no hay que olvidarse por sus esquirlas que aún no terminaron de caer ni de hacer daño. 
    El escritor y periodista Jorge Asís reveló que hubo una reunión de cuatro horas entre Alberto y Cristina, donde la
    crisis de la Policía Bonaerense y la interna entre los ministros de Seguridad también fue motivo de discusión. "En el encuentro el presidente habrá dado alguna explicación, habrá pedido la renuncia de Sergio Berni y la Doctora le habrá dicho que si se va Berni se vaya también Sabina Frederic", narró. "Acá hay una gran desconfianza política sobre qué es lo que pasó exactamente con la policía, porque todos ven manos internas, y hay sospechas también en las tomas, nadie se banca un desalojo. Todo tiene que ver con el loteo permanente", precisó Asís. 
    Cerca de Berni sospechan que los dardos venenosos llueven porque el ministro virtualmente ya está en campaña y quiere ser gobernador. Además, reivindican su cercanía con “la gente” y que si no fuera por él, la Provincia estaría estallada, tanto por la inseguridad como por la pandemia. Lo insólito de lo que pasó en aquellas 72 horas de una policía al borde de un ataque de nervios, desató la paranoia dentro del peronismo, acostumbrado en su historia a sufrir desestabilizaciones institucionales. Algunos creen que detrás de las últimas declaraciones de Duhalde (advertencia de golpismo y la comparación de Alberto Fernández con De la Rúa) no existen delirios paranoicos, sino objetivos destituyentes. 
     A su vez, cierto círculo rojo, que se asume como víctima de “un gobierno que quiere convertirnos en Venezuela y es manejado por Cristina”, usa los rumores de unos y otros (que presentan como información irrefutable) para pintar un futuro apocalíptico. Todos ellos volvieron a entreverarse en el juego de la confrontación, algo así como jugar con fuego, porque no olvidemos que La Bonaerense es una fuerza armada.
    La toma de tierras es otra papa caliente que tiene espuelas políticas y puede desatar una tormenta con los movimientos sociales, ocultos y vigilantes detrás de las ocupaciones.
    Algunos sostienen que la foto del choque de puños en alto con el gobernador Axel Kicillof tras la conferencia en la que se anunciaron los aumentos salariales para los uniformados, “fue un gesto para los intendentes que miraban en primera fila”. A ellos los responsabilizan por incitar tanto las tomas como los alzamientos policiales. “Las operaciones políticas no tienen límites. Los que tenemos que tener límites somos aquellos que no tenemos que desviar la atención de las cosas importantes”, acusa Berni, a la busca de culpables en su momento más delicado.
    Todo hacía suponer que el ministro buscaría por un tiempo la calma y el perfil bajo. Eso fue lo que le aconsejaron tras el desmadre policial. Pero Berni es una máquina de confrontar, no se rinde y pega en todos los frentes.
    UN JUGADOR CLAVE PARA KICILLOF
    “Los funcionarios que trabajan en Derechos Humanos tienen los sueldos más altos y no aportan nada, son puro ‘bla bla’, no están acostumbrados a trabajar a las 7 de la mañana”, lanzó a pocas horas de la revuelta de la Bonaerense. La respuesta de los Organismos de Derechos Humanos no se hizo esperar, y el ministro tuvo que pedir disculpas: “Todo mi respeto a Madres, Abuelas, Hijos y familiares de víctimas de la dictadura cívico-militar. Les debemos parte importante de la reconstrucción de la democracia”, escribió en Twitter. Pero mantuvo su enfrentamiento con Horacio Verbitsky: “Él tiene que aclarar muchas cosas”, deslizó críptico.
    Al fuego cruzado se sumó Adolfo Pérez Esquivel, presidente de la Comisión Provincial por la Memoria, que resumió: “Berni es un bocón”. Pero desde la gobernación niegan el paso al costado. “Berni sigue en su cargo. Nosotros estamos conformes con su trabajo”, lo ratificó Kicillof. El gobernador sabe que en estos momentos de conmoción social, Berni es una pieza clave."Cualquier reemplazante sería pasto de las llamas en tiempo récord", sostienen las espadas más filosas de la gobernación.
    El superministro insiste en que lo que dicen el Presidente y el gobernador frente a las cámaras es la única verdad. “Lo demás son operaciones”, aseguran en el ministerio provincial. ¿De quiénes? Sospechan la responsabilidad de referentes peronistas de la provincia, tanto en las tomas de tierras como en la revuelta policial. “Son los intendentes quienes tienen vínculo directo con los punteros que alientan la ocupación de terrenos, así como con los jefes policiales distritales”, marcan en su entorno. 
    UN FIN DE CICLO PARA 70 ALCALDES
    Estas acciones se deberían a la ambición de los intendentes por imponer su propio juego político frente a un cierre de ciclo: 70 intendentes en la provincia de Buenos Aires terminarán sus mandatos en 2023 sin posibilidad de renovar. “Se van, y van perdiendo poder”, festejan desde la conducción provincial, también cuestionada por lo bajo por los denominados barones del conurbano.
    “Tal vez piensan que un paso como candidatos a diputados, o con su entrada como ministros, es la manera de reposicionarse”, apuntan. Y señalan a los intendentes que en las últimas semanas levantaron el perfil y desfilaron por los canales de TV. Juan Horacio Zabaleta, intendente de Hurlingham, y Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora, están en esa lista de los que más agitan las aguas.
    "La guerra está declarada y van a volver a intentar desestabilizar al ministro con cualquier pretexto. Los intendentes quieren las policías locales para tener más poder y Berni las quiere cortar de raíz",sostienen desde el entorno del ministro. Insaurralde es el que con más énfasis sostiene que la gente quiere la policía de cercanía.
    El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa también defendió la fuerza que Berni quiere eliminar. “La policía local es la primera respuesta”, dijo el tigrense en línea con Insaurralde. 
    Para los alcaldes, la policía local es una herramienta de gestión y les permite tener un manejo más eficiente de la seguridad en sus distritos. 
    Los jefes comunales se vieron tocados por Berni desde el primer momento, pero dos cosas no cayeron especialmente bien: sus ataques a Osvaldo Cáffaro, de Zárate, y a Juan Zabaleta, de Hurlingham. Al primero lo acusó de dedicarse "negocios inmobiliarios" y al segundo por haber cambiado varias veces de partido.
    ¿UN LLANERO SOLITARIO O EL ALFIL DE CRISTINA?
    El otro contrapunto de discordia con Berni es su costado mediático. Los jefes comunales analizan que “la gestión en seguridad en mala” pero Berni “se pasea por los canales de televisión como si estuviese todo resuelto”. Y peor son recibidos sus pronósticos apocalípticos, como si fuera un comentarista.
    Hay motivos más inconfesables y es la imagen de candidato que Berni se está construyendo en el AMBA. Lo ven campaña y lo ven como un competidor. Y más inquietante les resuelta porque no saben si es un llanero solitario o si lo manda Cristina Kirchner, Máximo o Kicillof,
    Durante la reciente movida policial, hubo alcaldes como el de Ituzaingó, Alberto Descalzo o a su par de Avellaneda, Jorge Ferraresi, que se probaron la ropa como hipotéticos reemplazos para el ministro de Seguridad bonaerense. Especulaciones más internas del peronismo provincial que reales, en las que también anotan a Cecilia Rodríguez (ex ministra en la era Scioli, con buena relación con Sabina Frederic, con quien Berni confronta de manera recurrente) y Martín Arias Duval, cercano a León Carlos Arslanian y con la supuesta venia de Cristina Kirchner.
    Los observadores señalan que los intendentes lo que temen es el avance de La Cámpora en sus territorios. Y es natural. Son la renovación más importante que se ha dado en el peronismo. Vienen ganando espacio en el Conurbano desde la segunda presidencia de Cristina y hoy aspiran a ganar territorialidad en 2023 con decenas de candidatos que reemplacen a los barones peronistas que dejen sus distritos.
    A Berni le espera un camino de escollos. Deberá volver a validar su autoridad como ministro, separar la paja del trigo de la fuerza que conduce y blindarse frente a la avanzada de los intendentes. En el peronismo el fuego amigo es más peligroso que el que viene de afuera.
     
    *Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.  

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