Ya tiene decidido presentar su libro a mediados de abril. Lo hará en clave electoral. Por lo que se comenta, será una obra en la que hablará en primera persona sobre su paso por la función pública . Su principal enfoque será la experiencia vivida durante su gestión como gobernadora de Buenos Aires. También aludirá a las dificultades que enfrentó durante esos cuatro años marcados por ajustes, inflación, devaluación y crisis de la que fue co-responsable. En esa dirección, sumará autocríticas al respecto, algo de lo que al PRO le quedó pendiente.También hará públicas algunas de las intrigas internas que vivió para abortar su proyecto presidencial, denominado en su momento Plan V. Y uno de sus apuntados será Marcos Peña.
En el libro, Vidal además dará explicaciones sobre su silencio durante el 2020. A sus principales seguidores les confió: "Había que dejar un primer año de gestión para que mostraran las cartas. No me sentía cómoda diciéndole a un gobierno recién elegido lo que tenía que hacer. Sentí que debía parar con la exposición pública, después de veinte años de estar en lugares incómodos. Además, la decisión de la gente de no elegirme me dio la oportunidad de reconstruir mi vida personal y familiar", les aseguró.
También hará una defensa de la moderación que plantea Horacio Rodríguez Larreta."Cuando construís una mirada demonizadora del otro podés ganar las elecciones, pero después se te hace difícil gobernar. Es necesario construir consensos, con reglas básicas de respeto", sostiene.
La obra, que publicará Sudamericana, la misma editorial que distribuyó “Sinceramente”, el libro de CFK, le servirá de excusa para recorrer el país con distintas presentaciones, algo que pretende hacer de manera física si la crisis por coronavirus da algo de respiro, o en forma virtual, como se impuso durante el último año.
Vidal además planea captar a algunos dirigentes peronistas desencantados por el doble comando que ejerce el kirchnerismo. "Hay que ampliar la base electoral", le dice a sus seguidores, mirando también a intendentes bonaerenses enojados por el avance de La Cámpora con el proyecto Máximo.
Para las cuestiones políticas que rodean al libro y su posible lanzamiento electoral, Vidal vuelve a confiar en un grupo reducido de dirigentes. Uno de sus principales alfiles es su mano derecha y ex jefe de Gabinete durante su mandato, Federico Salvai; el presidente del bloque de diputados del PRO en el Congreso, Cristian Ritondo, y el legislador bonaerense Alex Campbell.
Vidal piensa sorprender con algunas intimidades del poder, sobre todo cuando se frustró su eventual candidatura presidencial por decisión del tándem Macri-Peña.
Mientras escribe las últimas líneas del libro y prepara su regreso a las grandes ligas, ya tiene decidido pasar 18 días de vacaciones entre la Patagonia y Pinamar. Será junto a sus tres hijos y el periodista deportivo Enrique Sacco, con quien cumplió su primer aniversario de noviazgo en noviembre pasado.
En ese marco es que hoy todavía opta por el bajo perfil, mientras monitorea armados nacionales con base en Buenos Aires, donde tiene su pata electoral y fuerte llegada en la legislatura bonaerense.
A Vidal le sobran antecedentes. Antes de convertirse en la primera gobernadora mujer de la provincia de Buenos Aires, tuvo varios cargos como legisladora, ministra de Desarrollo Social y vicejefa de Gobierno durante el último mandato de Mauricio Macri en la Ciudad. Quienes se reúnen con ella de manera regular aseguran que su futuro político está dividido en tercios: 33% de posibilidades de encabezar la lista de diputados nacionales por la Ciudad; 33% de hacerlo por el territorio bonaerense y 33% de quedarse dos años más en el llano.
“A diferencia de otros dirigentes del equipo amarillo, María Eugenia no necesita ser candidata”, resumió un hombre de su confianza con la idea de graficar su alto grado conocimiento en la población, que la libera de una estrategia de instalación de cara al 2023, y le permite amalgamar sus intereses personales con los de la mesa de Juntos por el Cambio que encabeza junto a su jefe político, Horacio Rodríguez Larreta, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y los representantes de la Unión Cívica Radical y los ex peronistas.
“Después de marzo analizará los números de las encuestas y evaluará, junto a quienes conducen el espacio, qué es lo mejor para poner en marcha una oposición con propuestas que se diferencien del proyecto oficialista”, dijo la fuente.
En su entorno creen que son algunos de los dirigentes ubicados en el segundo círculo de poder, son quienes presionan para obtener una definición política suya, con intenciones de acomodarse debajo de ella en una boleta o armar internas con el campo de batalla electoral liberado, sin su apellido en la nómina. Los Dorrego son la cabeza de ese lote, donde ubican allí no solo a Emilio Monzó un hombre que viene del riñón peronista, sino también a algunos intendentes que ya expresaron sus intenciones de meter candidatos propios en 2021 y ser figuras centrales en 2023.
Para diferenciarse del ala dura del macrismo, integrada principalmente por dirigentes sin responsabilidades actuales de gobierno, como Macri, Patricia Bullrich y Miguel Angel Pichetto, Vidal apuesta a la moderación para cautivar a un sector de la clase media decepcionado de Alberto Fernández. Tanto en el discurso de Vidal como en el de Larreta ,hay un claro mensaje a los sectores que piden más confrontación con el peronismo durante la cuarentena, pero también a las críticas hacia la ex gobernadora que el presidente Alberto Fernández y Kicillof hicieron en torno al estado en que dejó la provincia y a la situación de los hospitales nunca inaugurados.
Larreta, sin entrar en clima pirotécnico, ya había respondido que bancaba lo que fue la gestión de Vidal. La ex gobernadora optó en cada ocasión por no responder. En el reciente encuentro antes de fin del 2020, cerrado con dirigentes de la CC-ARI, Vidal dejó en claro por qué no contesta: “He dedicado todo mi esfuerzo a la unidad en estos seis meses y lo voy a seguir haciendo. En este momento necesitamos grandeza. No podemos entrar en chicanas, ni en debates menores, incluso aunque otros lo hagan. Tenemos que actuar distinto si es que somos distintos. Tenemos que dejar de lado las mezquindades. Hay mucha gente sufriendo y sin saber cómo llegar a fin de mes, lo último que quieren es ver un debate menor o mezquino”, remarcó Vidal.
La ex gobernadora sostiene que : “Se puede ser firme y poner límites claros sin descalificar al otro, para eso hay que tener ejemplaridad. En lo que viene es muy importante el temple, la ejemplaridad y sentido común”. Sobre la unidad de Juntos por el Cambio, destacó: “Somos muchos y eso requiere un trabajo entre todos. No pensamos igual, y para nosotros eso es una riqueza y un trabajo: mantener la diversidad”. “Son tiempos muy desafiantes para la política. Sobre todo para quienes nos gobiernan, como Horacio y nuestros gobernadores e intendentes. Mi posición es acompañar a los que están en las trincheras, donde no hay recetas ni caminos, esto obliga todo el tiempo a repensar, por eso es fundamental el acompañamiento a los que gobiernan”.
La temporada de caza electoral de Juntos por el Cambio ya comenzó. Los que ya tomaron la iniciativa son la mesa de los cuatro barones del PRO, a la que se sientan los intendentes Jorge Macri (Vicente López), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Julio Garro (La Plata) y Néstor Grindetti (Lanús). Todos han previsto una serie de recorridas más allá de su ámbito de influencia natural, con la intención de soldar la unidad con los demás actores de la coalición y ganar volumen político de cara a las peleas internas. Por ahora llevan las banderas de Vidal y Larreta.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.