viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3859
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La muerte del Plan V y las cuentas mentirosas de Daniel Scioli, sobresalen en el libro de Vidal

*Por Jorge Joury.- Por momentos es picante. Hace una autocrítica del PRO. Pero cuenta todo sin pelos en la lengua. Un ejemplo, es la muerte del Plan V. También asoman críticas a Mauricio Macri.


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Y hasta desenmascara los falsos números de la realidad bonaerense que le presentó Daniel Scioli. El combo, es parte de la columna vertebral del libro "Mi Camino", con el que este miércoles María Eugenia Vidal rompe el silencio. El texto, ya está a la venta en Mercado Libre a $1.399, 291 pesos, un costo menor que el de Macri. El lector encontrará allí un raconto de cuatro años de gestión, donde Vidal además aporta su visión sobre la grieta. Aunque hoy no quiere hablar de política y se mantiene expectante de las movidas en su espacio, se entiende que el libro es el paso inicial de su regreso a la arena pública, después de 16 meses de bajo perfil.
El llamativo parecido entre las portadas de los libros de Vidal y el de Michelle Obama. (foto), levanta olas desde el momento en que se dio a conocer. El encuestador y consultor político Gustavo Córdoba lo puso en su cuenta de Twitter con un tono humorístico y las burlas, los memes y las cargadas no cesan hasta ahora.
Lo de la ex Gobernadora de La Provincia de Buenos Aires, se suma a la similitud que también existe entre el libro "Primer Tiempo" de Mauricio Macri y el de Barack Obama, se está en condiciones de encontrar la fuente de inspiración de los líderes de Juntos por el Cambio a la hora de editar y publicitar sus libros.
FALTARON MUJERES EN LA GESTION
Lo cierto es que, Vidal relata su experiencia como primera mujer en la gobernación de Buenos Aires y reconoce que le faltaron más mujeres en su gabinete.También hace su autocrítica por la derrota y plantea la necesidad de los consensos para salir de la grieta y el atraso. Sostiene que en la política actual: "Estamos llenos de diagnósticos y de culpables, pero sin rumbo. Sin futuro. Moviéndonos solo entre el presente y el pasado". En su entorno señalan que el libro lo empezó pocos días después de dejar la Gobernación, y lo entregó a la editorial 12 meses después, donde fue cambiando su mirada sobre los cuatro años de gestión. Hasta el nombre se modificó. “El libro no se iba a llamar Mi Camino, iba a ser "Lo que aprendí", porque en este tiempo analicé lo que pasó y aprendí de la derrota y en algunas cosas en las que me equivoqué”. Así le confiesa hoy a sus allegados: “Más grave que equivocarse es no aprender”.
Por lo que se sabe, la ex gobernadora primero grabó las ideas que iban surgiendo de lo que vivió porque quería dejar su experiencia por escrito. Como hizo Macri con su libro "Primer Tiempo", ella fue haciendo grabaciones después de definir cuáles eran los ejes temáticos. Esa voz, luego, fue trasladada al papel y, finalmente, con dos colaboradores, Federico Suárez y Florencia Griecco, que se dedicaron al libro, elaboraron un índice, que fue el quedó finalmente, y empezó la escritura. “Lo escribió de principio a fin. Empezó en diciembre, después se tomó unas vacaciones y retomó en marzo. En el medio dio clases y volvió a trabajar, en diciembre, la editorial puso un deadline y lo entregó en diciembre”.
LAS DIFERENCIAS CON MACRI
En uno de los capítulos, Vidal revela que las diferencias con el fundador del PRO "no se saldaron muy bien" luego de una reunión de importancia para el partido y al que su líder decidió faltar a último momento.
En ese encuentro al que acudieron el ex Jefe de Gabinete Marcos Peña, Jaime Durán Barba, ex asesor político de Macri; y Rodríguez Larreta se iba a dialogar sobre la posibilidad de imponer la imagen de la entonces gobernadora en tiempos en donde los cuestionamientos hacia el jefe de Estado eran constantes y la crisis del país se agudizaba.
En otro de los capítulos, señaló como su "mayor arrepentimiento y mayor autocrítica" no haber "levantado la voz" para comunicar que "las cosas estaban mal y que había que tomar otras decisiones".
En ese sentido, consideró que se "tendría que haber involucrado más en las decisiones del Gobierno nacional" y resaltó que esa acción sí la lleva adelante Kicillof.
"Tengo diferencias con Kicillof pero él sí es muy protagonista del Gobierno", subrayó. Y añadió que "en 2018" no era parte de las decisiones relacionadas a la macroeconomía, "las que finalmente deciden la suerte de la Provincia".
UNA ESTRATEGIA ELECTORAL FALLIDA
Uno de los pasajes más picantes del relato de Vidal sale a la luz cuando cuenta por qué no había avanzado el desdoblamiento electoral en la provincia ni había prosperado el denominado “Plan V”. "Tanto para aceptar el desdoblamiento como para discutir el Plan V teníamos que construir un consenso interno suficiente que reflejara la convicción del gobierno nacional de que el camino elegido no estaba funcionando. Y esa convicción y ese consenso nunca fueron unánimes. Siempre creí que las estrategias electorales no alcanzan cuando hay problemas de fondo. Por eso, no me equivoqué al no impulsar el desdoblamiento ni promover el Plan V", señala . Agrega al respecto que: "Si eso estaba en discusión, quería decir que había algo más profundo que no estaba funcionando. Sí, en cambio, me equivoqué en no levantar mi voz, en hacerla sentir más dentro de mi espacio desde 2018 en adelante para defender mi convicción de que era necesario hacer un cambio, para decir que las cosas estaban mal y que había que tomar otras decisiones. Me equivoqué al no arriesgarme creyendo que, al hacerlo, podía dañar al gobierno nacional. Hoy creo que mi voz podría haber ayudado a la gente y al propio gobierno, aun incomodando a muchos en el poder. Diferenciarme le hubiera dado al gobierno una excusa para tomar un rumbo distinto y esto, lejos de debilitarlo, seguramente lo hubiera fortalecido, porque muchos bonaerenses se hubieran sentido más escuchados y mejor defendidos. Esta es mi mayor autocrítica, mi gran arrepentimiento".
Vidal reconoce a renglón seguido que "Las diferencias entre Mauricio y yo no se saldaron bien después de eso, pero la relación de respeto y afecto entre nosotros no cambió. Ambos tenemos miradas distintas sobre lo que pasó, e incluso sobre el futuro, pero lo que preservó nuestra relación fue el vínculo personal que teníamos y la confianza en la buena fe del otro, y eso es algo que no perdimos. Yo sé que Mauricio no es un especulador. Sé que es alguien genuinamente convencido de lo que hace, para mí equivocado algunas veces, pero convencido de que eso es lo correcto, y creo que él piensa lo mismo de mí: que no soy una especuladora, que no soy alguien que pretende sacar ventaja, y una gran muestra de esto fue mi rechazo al Plan V. También sé que hoy no dejaría de hacer explícitas mis diferencias, que el crecimiento de las personas no es una amenaza y que el liderazgo que asume riesgos nunca puede dejar de escuchar".
LOS NUMEROS TRAMPOSOS DE SCIOLI
En otro pasaje Vidal relata la reunión con Daniel Scioli, previa a su asunción. "Fui acompañada por Hernán Lacunza, que iba a ser mi ministro de Economía; Fede Salvai, mi amigo y futuro ministro de Gobierno; Roberto Gigante, por estrenar el cargo de ministro coordinador, y Julio Conte Grand, entonces procurador general porteño que iba a acompañarme en la Secretaría Legal y Técnica de la provincia. A ellos los recibieron el jefe de Gabinete de Scioli, Alberto Pérez, y la ministra de Economía, Silvina Batakis. Me acuerdo que nos dieron una hoja de papel, literalmente, con una tabla de Excel con números de la provincia. Eran todos falsos".
Pero lo que más le impresionó de aquella reunión, según relata Vidal, fue el propio Scioli. "Yo quería que me mostrara los números de tesorería, que me dijera cómo estaba la caja provincial, cuál era el nivel de endeudamiento autorizado que tenía, cómo venía la compra de alimentos para entregar a fin de año a los barrios más populares…un montón de asuntos básicos para poder transitar diciembre, pero él me llevó a dar una vuelta por la residencia para mostrarme los placares, y en un momento me dijo que creía que yo tenía que comprar un avión nuevo para uso de la Gobernación. No sé si quiso darle una dimensión personal a nuestro encuentro, nunca entendí qué quiso hacer. Parecía tan disociado, como si viviese en una realidad paralela, que me dio miedo la sola idea de que algo así pudiese pasarme a mí. Yo no quería que el poder me dejara en ese lugar".
AUTOCRITICA HACIA LA DIRIGENCIA
También hay una autocrítica hacia la dirigencia. "Estamos en un momento de enorme cuestionamiento a esa clase política, por su lejanía cada vez más grande con las necesidades de la sociedad, por refugiarse en un sistema con privilegios naturalizados, por su incapacidad de dar respuestas mientras busca permanentemente un culpable, alguien más a quien señalar por haber hecho todo mal. Estamos llenos de diagnósticos y de culpables, pero sin rumbo. Sin futuro. Moviéndonos solo entre el presente y el pasado. Es un momento que revela que este sistema político no da para más, y que hay que modificarlo para no seguir apostando exclusivamente a la vocación y la convicción de las personas honestas que llegan al poder. Porque nadie está a salvo de que esto le ocurra, pero no podemos seguir apelando a las actitudes heroicas individuales y a que durante cuatro años alguien honesto tenga que dar una pelea inhumana para que el sistema no lo convierta en un político más. Un político que pierde credibilidad en cuanto llega al poder, que no puede dar respuestas, que no dice la verdad, que es corruptible".
Entre otras cosas, Vidal hace una mirada hacia el futuro y señala: "Es cierto que, si Juntos por el Cambio quiere cambiar Argentina, el primer requisito es la unidad. Es una exigencia del 41% que nos votó. Pero si algún dirigente cree que esos votos tienen nombre y apellido, se equivoca: ese 41% votó a Juntos por el Cambio y a lo que representábamos. Votó una manera de ver el país y votó determinados valores y eso, lejos de ser un cheque en blanco, nos pone en un lugar de responsabilidad".
NO SE AVANZA DESDE LA CONFRONTACION
Más adelante dispara: "La culpa es de Macri, la culpa es de Cristina. La culpa siempre es de alguien más. Yo quiero escapar de esa actitud tan común en quienes están en el poder. Somos muchos los que nos dimos cuenta de que no se puede avanzar en soledad y de que no vamos a ningún lado desde la confrontación, el desprecio y la ventaja del corto plazo. Muchos los que estamos hartos de décadas de ir por el mismo camino y chocar, una y otra vez, con la misma pared. Muchos a los que nos convoca la acción, no la pasividad, y la acción no siempre es confrontación; la acción es aporte, es compromiso, es acompañar, es poner el cuerpo. Muchos los que creemos que el país necesita personas con otra mirada, con una visión diferente del país, y que nos preguntamos cuántas más crisis y traumas tenemos que atravesar como sociedad para cambiar el rumbo. Muchos los que estamos construyendo el triunfo de los moderados".
Otro de los conceptos relevantes es cuando marca que "por supuesto que la postergación es una posibilidad. Ganar tiempo pateando los problemas hacia delante y tratar de llegar lo mejor posible a la siguiente elección. Pero ya lo vivimos, y es evidente que los problemas no se resuelven solos. Otra alternativa es la radicalización. En ambos espacios hay voces extremas, y si esas voces se convierten en protagónicas, van a encontrar un relato conceptual perfecto para defenderse, pero ninguna respuesta concreta a ninguno de los problemas que tenemos. La tercera opción es reconocer estos problemas y esta realidad que duele y generar un consenso inteligente.Si los dirigentes políticos no lideramos este proceso de cambio, inevitablemente la gente nos va a llevar a ese lugar o va a elegir a otros que puedan hacerlo".

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP.

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