"El que ataca a un compañero, se está pasando a las filas del enemigo". Juan Perón.
Jueves 6 de agosto de 2015. Barrio Hipódromo de La Plata, 13.30 horas.
Con todo su entusiasmo militante contenido en una mochila verde agua, repleta de boletas de la precandidata por uno de los espacios del FpV, Florencia Saintout, la piba de La Campora toca timbre en una casa de la avenida 38. La atiende la dueña de casa, una mujer amable, cercana a los 50 años y que antes de recibir la boleta de la precandidata se limpia, respetuosamente, las manos en el delantal.
La piba de La Cámpora sonrie e informa: "esta es Florencia, la que le puede ganar a Buera. La que va a terminar con la peor mafia que ha gobernado esta ciudad", le dice a la vecina, convencida, en tono de mensaje salvador.
La mujer del delantal se queda mirándo la boleta y, sin gesto alguno, agradece y se despide cerrando la puerta.
Miércoles 21 de octubre de 2015. Cae la tarde en Barrio Hipódromo y la piba de La Cámpora vuelve a tocar timbre en la casa de la mujer del delantal. Le entrega a la dueña de casa la boleta del Frente para la Victoria. La mujer esta vez no se queda callada:
- "Pero...¿este es Bruera?". Pregunta. Y la militante camporista responde con un "si", cortito y avergonzado. Le está pidiendo que ahora vote a que quien ella misma le dijo que era el jefe de "la peor mafia que ha gobernado esta ciudad".  La mujer del delantal cierra la puerta mientras sacude la cabeza y se muerde el labio inferior. Y sonríe con desgano, como quien asiste a la ocurrencia de un payaso venido a menos.

LA ESTRATEGIA INCOHERENTE

Esta historia es una postal cabal de lo que miles y miles de platenses vivieron en esta camapaña. En términos políticos, semejante contradicción se explica con la palabra "estrategias". En el lenguaje de la vida cotidiana, en el diccionario del vecino común y corriente, se llama "incoherencia". Hasta le pasó a miles de los ciudadanos bolivianos que viven y trabajan en La Plata: desde el consulado "le bajaron" la orden de votar a Saintout. "Lo pidió Evo", fue la explicación. Muchos de esos votantes que tenían decidido apoyar a Bruera como reconocimiento a sus políticas a los inmigrantes y a la actividad en el Cordón Verde, se preguntaron qué hacer. El resultado fue que la mayoría no fue a votar, para no contrariar ni a su cónsul ni a su intendente.

El odio interior desplegado en la interna peronista fue el principal aliado de Cambiemos. Y el posicionamiento de algunos candidatos también contribuyó.

Lo decia, sin tapujos, un senador electo por el macrismi: "mirá, nostros tuvimos dos señales fuertes de que ganábamos la Provincia. La primera fue cuando se bajó Randazzo. Era un candidato muy duro. Y la segunda cuando Aníbal le ganó la interna a Julián Domínguez".

El odio interior hizo estragos. Iguales escenasse reptieron con diferentes actores en varios distritos de la Provincia.

EL ODIO JUGO PARA CAMBIEMOS

Pasó en Berisso, donde antes de que se supiera que Enrique Slezack no iba por la reelección, los militantes del espacio Unica, de Juani Mincarelli, le decían a los vecinos que su líder iba a poner fin a "la peor intendencia en la historia de Berisso". Un mes más tarde, Mincarelli buscaba desesperadamente la foto con Slezack, el de "la peor intendencia de la historia de Berisso" y, además, el encuentro con su adversario en interna, el gremialista Ramón Garaza, para quien tampoco ahorraron insultos y descalificaciones.
Le pasó a Aníbal Fernández, cuyos adversarios en la interna con Julián Domínguez lo bautizaron "Animal" o "Anibaúl" y subieron memes a las redes sociales mientras le decian a los votantes que "Domínguez es el candidato del Papa y Aníbal el candidato de La Papa", el clara alusión al producto que hizo trimillonario al fallecido Pablo Escobar Gaviria.

LAS FOTOS QUE NO ALCANZARON

Les pasó a los que escucharon, claramente, a Florencio Randazzo decir que Scioli era poco menos que el candidato de la CIA y hasta burlarse impiadosamente de su mano cercenada.
Tanta violencia, tanta descalificación no pudo ser salvada por las fotos, los comunicados de prensa y los "gestos" que vinieron después. Lo que a veces injustamente llamamos "la gente común", ya había recibido el mensaje de incoherencia, de mezquindad y de absoluta contradicción a una de las más sagradas premisas del peronismo: "El que ataca a un compañero se está pasando a las filas del enemigo".

A VECES ES MEJOR SOLO

Algunos observadores de la hora bruerista sostienen que un error estratégico fue no saber diferenciar entre el mensaje a la militancia y el mensaje al vecino.Para la militancia, la foto de Bruera con Saintout fue un alivio, una garantía de que todo iba a estar bien. A muchos vecinos, receptores del mensaje de los opositores a Bruera, los espantó. Muchos consideran ahora que luego de ganar las PASO, el bruerismo debió haber seguido la campaña a octubre, evitando la foto con sus derrotados adversarios.

LA COMUNICACION

Mucho se  discutirá sobre si fue acertada o no la estrategia de campaña. Pero lo verdaderamente importante, lo que gravitó, no fue lo que se hizo durante los últimos meses sino durante los últimos casi ocho años. Es que haberse cerrado a los medios de comuniciación alternativos fue un gravísimo error. Un ejemplo: la nota que Walter Casamayou le hizo con su familia para el programa Estudio Unico, hizo estallar las redes sociales. La gente conoció allí a un Bruera desconocido y más allá de las consideraciones públicas la nota tuvo una positiva repercusión. Pero debieron pasar ocho años para que el intendente se diera cuenta que debía abrirse, mostrarse y dar notas a otros. Cuentan que a poco de asumir, alguien le propuso hacer un programa dominical en el cable más visto de la Ciudad, Cablevisión Somos La Plata, al estilo "Hola Presidente" que popularizó el ex presidente Hugo Chávez. La idea era que en "Hola Pablo", el intendente le hablase a todos los vecinos una vez por semana y que una vez por semana diera una rueda de prensa a todos los medios de la Ciudad. Le dijeron que "de ninguna manera". Y él aceptó el mal consejo.

EL PROYECTO DEVORADO

"¿Pero cómo voy a votar a este si ellos mismos dicen que es narcotraficante?. Cómo voto a este si ellos mismos dicen que es el responsable de la inundación por haberse robado la plata de las obras". Reflexiones como esta fueron y vinieron por las sobremesas de miles y miles de hogares donde anidaba el voto independiente, el de la siempre dificil clase media, acaso simpatizante con un gobierno que no le jorobó el bolsillo, pero cargado de personajes impresentables y plagado de mensajes contradictorios.
Cuesta creerlo, pero buena parte de la militancia de un movimiento que defendía un proyecto basado en el amor, terminó devorándose a si mismo por un odio sectorial pocas veces expresado con tanta claridad.

LA LISTA DEL CLUB SPORTING

Y en la Provincia y en La Plata, el peronismo perdió consigo mismo.
Para citar uno de los tantos ejemplos de lo dicho, cabe contar lo ocurrido durante una choriceada en el club Sporting de La Plata, un mes antes del comicio, durante un plenario de sectores que apoyaban la candidatura bonaerense de Aníbal Fernández. En ese encuentro, en medio del fervor que empezaba a tomar forma de campaña, cuentan que alguien pidió la palabra y dio, con nombres y apellidos, una lista de cuadros y punteros platenses que ya habían "arreglado" con el candidato macrista, Julio Garro.

HEMORRAGIAS

Va otro ejemplo: hace pocas horas, un puntero bruerista bramaba de bronca al enterarse que un compañero suyo, llevaba 11 días -antes de la elección- "comiéndole la cabeza" a cerca de un centenar de trabajadores de cooperativas para que votasen al candidato de Cambiemos.
Lo que viene para el peronismo, especialmente para el platense, son pruebas muy duras. Más allá del resultado del ballotage, en La Plata el movimiento de Perón y Evita deberá hacer algo más que reordenarse. Hay que curar heridas y hemorragias internas. Hay que limpiar para evitar la infección.

LOS BUSCAS

Durante el último mes y en el afán por "reunir peronismo", el bruerismo le abrió la puerta a cuanto "busca" encontró dando vueltas por la Municipalidad o la sede del PJ de la calle 54. Ahora, sin financiamiento, esos personajes tendrán la oportunidad de demostrar si tenían real valor militante o si, como siempre se sospechó, no valían una escupida.
Las redes sociales son por estas horas espejo de algunas señales que da el peronismo platense golpeado y vencido. Es el que están dando muchos militantes brueristas, encolumnandose detrás de su jefe para emprender el camino de la reconstrucción. Algunos lo hacen con una convicción y un compromiso realmente conmovedores. Otros, están haciendo profundo silencio y hasta hay algunos que, directamente, dieron de baja a sus páginas de Faceboock.

EL PODER SE MUDA A LA CALLE 54

Tomar nota de esto le hara bien al bruerismo, sin dudas.
El resultado de las elecciones en La Plata obligará a una mudanza. Son pocas cuadras, pero es una mudanza importante: el poder ya no estará en 12 y 50 sino que atenderá en 54 entre 7 y 8, en la presidencia del Partido Justicialista que hoy y hasta el año próximo en que haya elecciones, estará a cargo de Pablo Bruera.
Ahí está la clave del peronismo que viene.

LOS SEIS CONCEJALES DEL TURCO

Un joven pero memorioso militante peronista, hoy enrolado en el massismo, recordaba el último plenario que encabezó Julio Alak después de su derrota en 2007.
En medio de un fervoroso discurso en el que instaba a no bajar los brazos, a seguir adelante, a reconstruir para recuperar la ciudad, Alak dijo que además de la militantancia quedaba, como herramienta política, un bloque de seis concejales "dispuestos a dejar el alma".
De esos seis "dispuestos a dejar en alma" por la causa alakista quedó el Mono Tangorra. Solito, como Adán en el Día de la Madre.
El bruerismo tiene ahi otro espejo en que mirarse a la hora de encarar la reconstrucción. Y quizá ahi logre marcar la diferencia que le permita regresar, como aquellos héroes mitológicos, vencedor del destierro y de la muerte.