Lo que viene ocurriendo en materia económica por estas horas, no parece ser el mejor escenario para el desembarco de  Mauricio Macri. Se observa con preocupación que  grupos especulativos se han lanzado a remarcar precios de una manera sigilosa, pero notoria. La postal se ve en las góndolas, además de la carencia de algunos productos. La máquina de facturar en los últimos días encendió las alarmas. Olfatean una devaluación (dólar de 15 o 16) como una de las primeras medidas después del 10 de diciembre. Para poner un ejemplo de cómo se cubren las espaldas, los productores de alimentos envasados ya avisaron a panaderías y fábricas de pastas de un nuevo ajuste en el precio de la bolsa de harina, que la llevó por encima de los 200 pesos. Un mes atrás se pagaba 136, lo cual deja al descubierto un incremento del 50 por ciento.  Si bien el Gobierno puso en marcha un plan para monitorear la plantilla de Precios Cuidados hasta el próximo 10 de diciembre y los economistas de Cambiemos prometieron que lo extenderán junto con el Ahora 12, el amplio abanico de productos que no ingresaron al programa, al menos está parcialmente desprotegido. 

El futuro ministro de Desarrollo Productivo, Fernando Cabrera, anticipó que "vamos a hablar con los formadores de precios para que sean cuidadosos en la transición. Y le pedimos a la gente que se tranquilice". Fue en respuesta a las dudas que genera la liberación del tipo de cambio y el potencial impacto sobre los precios al consumidor. Los futuros funcionarios anticipan que es difícil decir cuánto del precio del dólar se trasladará a productos, pero el objetivo es que el impacto sea el mínimo posible.Los especuladores avizoran un dólar de 15 o 16 pesos para enero y sobre ese frente mandaron las primeras señales de voracidad.

Además, el 4% más que fijó YPF para las naftas, fue otro disparador. También la cámara Cedeapsa, que nuclea a los supermercados chinos, denunció un incremento de 10% en alimentos enlatados, por caso las arvejas y duraznos, fenómeno que representa un alerta general para este segmento del retail. 
 Es evidente, que esta situación está ligada,  a la especulación de los proveedores en una etapa de transición que, como se preveía, podría dar lugar a “avivadas”. Hay que tener en cuenta que aunque Precios Cuidados es un plan desarrollado con éxito por el alto grado de cumplimiento, incluye menos de 600 bienes, en un conjunto de 10.000 productos abarcados por las categorías de los acuerdos. Por carril paralelo, la brecha entre los Precios Cuidados y los valores de los productos no incluidos en el programa gubernamental se fue agigantando y ya llegó al 30% promedio entre enero y octubre, de acuerdo con los datos que reconocen en las grandes cadenas de hipermercados, los que a su vez apuntan a las alimenticias por este crecimiento.

Entre otras cosas hay que decir que hubo subas “preventivas” en carnicerías este fin de semana, con ajustes en los precios por parte de los faenadores del 10 al 15 por ciento, lo cual se acumula a otro 10% de las semanas anteriores. Los comerciantes reconocen que los cajones de pollos  vienen con subas del 10% y se anticipa que la carne de cerdo correrìa la misma suerte. Algunos aceites especiales que se emplean para elaboración de alimentos industriales  aumentaron  un 10 por ciento. En supermercados, los productos de Precios Cuidados respetan los acuerdos (con incrementos del 6 al 8 por ciento a principios de noviembre) pero no se entregan en cantidad suficiente, con faltantes de hasta un 50 por ciento. Otro de los rumores es que dos de las cadenas grandes de hipermercados interrumpieron la compra de zapatos de fabricación nacional desde la semana anterior. También se reconocen remarcaciones en precios de bebidas y productos navideños. El panorama no es para nada alentador, ya que se esperaba una señal positiva de los formadores de precios, atenuando el impacto inflacionario como gesto hacia el nuevo gobierno. No obstante, los hechos demuestran que no hay pacto ni señal. Los grupos dominantes de los mercados han tomado la iniciativa para ganar posiciones anticipadamente en la redistribución de ingresos que provocará la devaluación. Más allá de que algunos utilizan como excusa echarle la culpa a la herencia del gobierno que se va, la secuencia de subas amenaza dejar una situación de tensión de precios y puja distributiva bajo la alfombra de Mauricio Macri. Un escenario que además, podría ser detonante para las zonas más pobres del conurbano, donde el fantasma de los saqueos siempre está vigente a esta altura del año. Los trabajadores también ven como sus ahorros para las vaciones podrían licuarse. No parece el mejor arranque para el nuevo gobierno.

Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información. Su correo electróonico es[email protected]. Quienes quieran visitar su blog, pueden dirigirse a : Jorge Joury De Tapas.