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En medio del "show" de la fuga Vidal tiene que vaciar la cloaca
Por Jorge Joury
La fuga que mantiene en vilo al gobierno, sigue acumulando capítulos de suspenso. Oficialmente, primero se informó que habían atrapado a los tres prófugos en Santa Fe, pero luego hubo que rectificar la información y se aclaró que el único apresado por ahora es Martín Lanatta. Hasta el propio presidente Mauricio Macri quedó descolocado, al felicitar a través de las redes sociales la contundencia del operativo. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich horas después aclaró la situación. Argumentó que recibieron información falsa, tal vez para darle tiempo para escapar al resto de los evadidos. No sabe de dónde vino el error, pero seguramente fue alguien de peso. El nombre del mensajero se mantiene en secreto, para desbaratar la cadena de complicidades. Los ojos de las sospechas están posados en Santa Fe. A tal punto, que el Presidente le pidió a la ministra que permanezca en la provincia, hasta averiguar que fue lo que pasó. Otra vez la mafia puso una pista incorrecta para entorpecer la pesquisa y desafiar a las autoridades. El camino sigue lleno de espinas.
No obstante, trás la escandalosa evasión, María Eugenia Vidal no tiene otro camino que ir con bisturí a fondo contra las mafias enquistadas en el Estado bonaerense. El diagnóstico es grave y está en juego la gobernabilidad. Aunque salte pus hasta el techo, el primer desafío es depurar las entrañas de la Policía. Según se cree, desde allí se manipularon una grilla de pistas falsas para favorecer a los tres delincuentes. La bochornosa postal, puso en evidencia el grado de descomposición que abarca al sistema de seguridad. En los últimos días el que encendió las alarmas fue Diego Gorgal, ex ministro de Seguridad del Gobierno de la Ciudad. El especialista en narcotráfico y asesor de Sergio Massa divulgó que solamente en la Provincia hay entre 2.500 y 3.000 prófugos por delitos muy graves a los que nadie busca. Es más que obvio, que estos sujetos están activos, generando negocios oscuros bajo el paraguas de la corrupción policial. Debajo de la gorra de la Bonaerense se encubren además desde tiempo inmemorial nichos que manejan la prostitución, el narcotráfico, la trata de personas, los secuestros extorsivos, el cobro de coimas, la protección mafiosa a comerciantes, el negocio de la seguridad y hasta el alquiler ilícito de armas.Se trata de una franja que deja dividendos multimillonario, bajo el consentimiento de algunos sectores políticos que picotean fuerte de esas cajas.
UN MONSTRUO QUE PISA FUERTE
La fuga de los sicarios patentizó la fortaleza de la maquinaria corrupta. La denominada Maldita Policía sacó a relucir su poder de fuego para demostrarle a la gobernadora que no está dispuesta a dar un paso atrás y abandonar sus negocios sucios. Ese aparato que se maneja en las sombras puso palos en la rueda para complicar la persecución de los tres delincuentes que integraron una banda de narcos, la misma que mostró toda su ferocidad cuando consumó la matanza de los empresarios Bina, Ferrón y Forza, cuyos cuerpos congelados fueron arrojados en General Rodríguez. Por aquellos tiempos entraron al país 42 toneladas de efedrina, mientras las autoridades miraban hacia otro lado.
Las complicidades policiales se volvieron a poner en evidencia en los últimos días de la infructuosa cacería. Es notorio que fueron las fuerzas federales, las que rápidamente mostraron resultados positivos. No es una casualidad que los operativos en Santa Fe lograron ponerse un paso adelante de los evadidos, hasta que cayeron en la trampera.
Los delincuentes llegaron a esa provincia con la Kangoo robada a la suegra de Lanatta, a la que ni siquiera le adulteraron la patente. Es otra demostración de que existió zona liberada. Tampoco es una coincidencia que hayan buscado una provincia como Santa Fé, dominada por el narcotráfico, a la luz de alguna promesa de salir del país. Se trata de un territorio plagado de pistas clandestinas. Hasta se vio una avioneta sobrevolando por el lugar el día en que los reos se tirotearon con las fuerzas federales.
HACE FALTA VOLUNTAD POLITICA
La bonaerense siempre ha quedado en evidencia como la terminal del delito. Para poner un ejemplo, basta con citar la desaparición de Jorge Julio López el 18 de septiembre del 2006. A este hombre, misteriosamente se lo tragó la tierra después de haber denunciado las atrocidades del general Camps, el ex jefe de la Maldita Policía durante la dictadura militar.
Vidal tiene que demostrar ahora que su voluntad política y lo que prometió en campaña para garantizar la seguridad de los bonaerenses, sigue siendo su carta principal. Lo sucedido hasta aquí tiene que derivar inexorablemente en una purga en las fuerzas de seguridad.
Está claro que los narcos escaparon seguramente como apuntamos desde esta columna en artículos anteriores, con ayuda del aparato penitenciario. En ese sistema las transgresiones son notorias. Hay delincuentes que salen del penal a robar durante los fines de semana, con el permiso de jefes a los que tienen que entregarles a cambio la cosecha de parte de los botines que obtengan. En ese submundo, todo tiene precio, hasta los vip que existen tras los muros para presos "ilustres". El uso de celulares y la venta de tarjetas también están tarifados. En el combo, hay que mencionar la connivencia de estudios de abogados con juntas evaluadoras para morigerar, conmutar penas o lograr libertades asistidas.
Si la gobernadora no aprovecha el momento para vaciar la cloaca, su gestión decaerá y su nombre pasará a engrosar las páginas amarillas del libro gordo de la impunidad bonaerense.
LA GRAN CAJA AZUL
Mauricio Macri está preocupado y apoya a Vidal a rajatabla. Lo que se haga en la principal provincia del país, es el espejo de su gestión nacional. Pero no es sólo el narcotráfico el que perturba el tablero político de Vidal, sino la corrupción generalizada que ha enfermado las estructuras. Los patrones de la droga corrompen a la policía desde hace décadas. No hay que olvidar que también tributan a la gran caja azul aquellos que regentean los prostíbulos, el juego clandestino, los piratas del asfalto, los barrabravas, la protección mafiosa a los comerciantes, el robo de autos y los desarmaderos. La corrupción es tan profunda y poderosa, que los beneficios del narco son sólo un tentáculo del monstruo de siete cabezas que mueve sumas multimillonarias que se reparten de arriba hacia abajo en la pirámide de uniformes.
Macri y Vidal padecen los mismos males y los tiempos para erradicarlos se acortan.El Presidente también tropieza a nivel nacional con un sistema de inteligencia contaminado por la ex SIDE. Ambos deben iniciar una reforma rápida y profunda. Se hace imperioso vaciar la cloaca que nació durante la época de la dictadura militar bajo la forma del saqueo al que llamaban botín de guerra. Es preciso demostrar que la red de negocios ilegales tiene fecha de vencimiento para empezar a creer en un cambio verdadero.
SCIOLI FUERA DE AGENDA
La detención de uno de los delincuentes trajo alivio en la Casa Rosada. En las últimas horas el optimismo se había robustecido, después de conocerse la detención en México del capo narco, el Chapo Guzmán.
En el plano político, el episodio también provocó heridos. Macri dejó de lado a Daniel Scioli para ir al foro de Davos e invitó a Sergio Massa. Le atribuyen al ex gobernador la herencia nefasta de la Bonaerense. Creen que el ex motonauta no tiene representantes propios en el Congreso. Prefieren al tigrense, al que necesitan imperiosamente para la sanción de leyes.
Además, Massa le acercó a Vidal un proyecto para depurar los focos de corrupción en las fuerzas de seguridad y le prometió el apoyo de toda su tropa legislativa para ir a fondo. Se entrará entonces en semanas decisivas para dar el gran salto de calidad institucional.
LA DEPURACION
Por lo que trascendió, noventa días es la meta que se fijó Vidal para encarar un plan se depuración y reestructuración de la Bonaerense. La idea es desmantelar la estructura actual, que se asienta en 74 comisarios coordinadores, además de fusionar las departamentales de Investigaciones, llamadas DDI. Otro de los items es reponer la junta de clasificación de agentes, se revisarán legajos y sumariados.
La movida también implicará el pase a retiro de comisarios y personal jerárquico.Tanto la gobernadora como Ritondo, saben que el proceso de depuración estará plagado de zancadillas y pases de factura, pero no hay vuelta atrás. Hay que erradicar el cáncer. Quienes pretendan interferir en el plan de saneamiento, también quedarán en evidencia ante la opinión pública como habitantes de la cloaca.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Su correo electrónico es [email protected].
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