Mauricio Macri ya consumió 50 días de los 100 que suele durar el proceso que se le respeta a los gobiernos para que muestren su eficacia. En ese lapso, hay que reconocer aciertos como lo fue el veloz levantamiento del cepo. A sólo seis días de asumir el Presidente, devaluación mediante, el ministro Alfonso Prat Gay, mostró su pulso de cirujano para acotar los efectos colaterales y quitarle carácter traumático a una medida que despertaba temores. Pero ahora la luna de miel se termina. En marzo se retoma la actividad parlamentaria y se despertarán las urgencias partidistas. La prueba de fuego será construír un andamiaje de consensos que permita domar la escalada de los precios y generar  sensatos y cíclicos acuerdos salariales en paritarias. Si no fuera así, la buena imagen positiva del Presidente que según muestran los sondeos supera el 62%, correrá riesgo de escurrirse. El abrupto 600% de incremento en las tarifas de electricidad que se pagará desde abril, significa otro golpe para los desgastados bolsillos que vienen soportando desde diciembre el despiadado látigo de la especulación en las góndolas.

UNA ESCALADA DEL 35%

En los laboratorios siempre vigilantes de las consultoras privadas,  los pronòsticos en materia de precios no son para nada optimistas. Proyectan como probable llegar este año a una inflación del 35%. Pero en ese andarivel, habrá que tener en cuenta el futuro impacto de medidas de alivio, como la modificación del impuesto a las ganancias, además de las inversiones que podrían llegar a la Argentina luego de la siembra en Davos.

En el terreno polìtico, por ahora, Macri cuenta con viento a favor. Sabe que el peronismo todavía no se ha repuesto del shock que sufrió en las urnas. Le cuesta adaptarse a ubicarse del otro lado del mostrador, más aún partido en tres frentes. El que aparece como más duro, es el liderado por Cristina Fernández y compuesto en su mayoría por la Cámpora. Luego se asoma el espacio de los gobernadores que acaban de reunirse en San Juan. Y por último, Sergio Massa, que se balancea con un pie en el gobierno y otro en el justicialismo. Con el PJ boyando en busca de su norte, los que sÍ están obligados a desempeñar un rol confrontativo, son los gremios estatales. Se ven presionados por las bases, frente a la ola de despidos en los organismos públicos, tanto nacionales, provinciales, como municipales. Ya fueron dados de baja 7.800 agentes y están bajo revisión 24 mil contratos temporarios del período 2013/15 que vencen en marzo.

LAS ESTADISTICAS HABLAN

Además, frente a la inminencia de la discusión salarial, la dirigencia no quiere llegar a la mesa de negociaciones con las manos vacías. En esa dirección, la junta interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE)-INDEC, puso un mojón que por estas horas le quita el sueño al Presidente y al propio Jorge Todesca, director del INDEC. Tiene que ver con un trabajo elaborado por su Comisión Técnica llamada "Canasta de Ingresos Mínimos". Allí surgió un dato revelador; para no caer en la pobreza, un hogar constituido por una pareja con dos hijos menores necesita 15.677,40 pesos a diciembre de 2015. Este valor se compone de $ 5008 (canasta alimentaria mínima) y $ 10.669 (otros bienes y consumos mínimos, incluyendo un alquiler).

Para ATE, no se trata de una canasta óptima, o deseable, sino mínima ."Ningún trabajador debería ganar, de bolsillo, menos de 15.677 pesos", sostienen. "Este cálculo que hacemos lo llevamos adelante como un aporte que puede hacer cualquier trabajador en el ámbito de su actividad", señaló Raúl Llaneza, delegado general de ATE-INDEC. Hay que decir que el estudio cobra relevancia, por nacer de las entrañas de un organismo estadístico en recomposición, como lo es el INDEC. "Somos trabajadores de la estadística. Como trabajadores comprometidos con lo que hacemos es necesario que mostremos, como lo venimos haciendo desde hace 4 años, cuál debería ser el piso salarial de todos los trabajadores". El calculo se hizo teniendo en cuenta la evolución de los precios del instituto de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, de San Luis y de Neuquén. Según los trabajadores de ATE, son los tres sectores que hacen las estadísticas de la manera correcta.

LA OBRA PUBLICA SE DERRUMBA

Hay además otro frente de tormenta que preocupa a los gremios y está referido a la paralización de la obra pública. Desde  la UOCRA señalaron que los emprendimientos del Estado están funcionando a un 20% . Por esta situación se han vuelto moneda corriente la toma de obras en defensa de los puestos de trabajo. La abrupta caída de la actividad ha determinado que a cientos de trabajadores del sector les adelanten vacaciones. El obligado parate de la actividad, lo sufren todos los emprendimientos, entre elllos la construcción de viviendas y de rutas, las obras de energía y también las de alta tensión, por citar algunos ejemplos. 

" Nos encontramos con esta situación justo en esta hora del país, que reclama más que nunca potenciar los corredores productivos", disparan desde la UOCRA, donde cada vez está más arraigado el temor por la revisión de empleos públicos.

LA SALUD AGONIZA

También en el campo de la salud, el macrismo busca desentrañar la herencia recibida. Hay que tener en cuenta que el gobierno de Cristina manejó a su antojo los fondos de las obras sociales que se solidifican con el aporte de los trabajadores. Se calcula  que la deuda que reclaman los sindicatos alcanza los 30 mil millones de pesos.  Las centrales obreras por el momento no han puesto el grito en el cielo. Los viejos zorros están expectatantes de cómo moverá las fichas el Gobierno.  Observan que la administración macrista paga el precio de su inexperiencia para manejar el zafarrancho que dejó el kirchnerismo y está tratando de acomodarse como puede.

En el mientras tanto, los gremios buscan aglutinarse como pueden. Saben que no figuran en la agenda del Gobierno. Y cuando algún dirigente como Alfonso Prat Gay se acuerda de ellos, es para decirles que no sean imprudentes en sus planteos. Hugo Moyano, titular de la CGT Azopardo por ahora se ha llamado a silencio. Sin embargo, avanza sigilosamente hacia la unidad sindical. Olfatea que la pelea que viene será dura, frente a un Presidente que se amparará en la herencia K para retacear mejoras. El camionero, es un dirigente cauto y no quiere verse envuelto en movidas que desde algunos sectores puedan ser vistas como disolventes. Sabe que por ahora sigue siendo muy alto el nivel de aceptación a la gestión de Macri y cualquier paso en falso puede jugarle en contra. En nombre de la prudencia, anota y espera. Su experiencia le marca que la hora de calentar el horno será durante las paritarias. Allí nadie podrá adjudicarle actitudes conspirativas, menos cuando haya que mostrar agallas para recuperar el poder adquisitvo de los desgastados salarios. 

Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP. Su correo electrónico es jorgejoury@gmail. com. Quienes quieran consultar su blogspot, pueden dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.