Hace unos años, café de por medio y en off, un intendente justicialista me confesó cuando Kirchner vivía, que su esposa no quería saber nada con dialogar con los caciques del conurbano. "Para hablar con el PJ está Néstor", solía decir ofuscada CFK, cuando le planteaban esa posibilidad. Tal vez ello explique la derrota histórica que después de 28 años tuvo el justicialismo en la provincia de Buenos Aires.

Pereyra, históricamente en cortocircuito con algunos dirigentes de La Cámpora, también le pasó factura a ese espacio de la militancia ultra k, al señalar que "se equivocaron, no nos consultaron y no dieron lugar a los hombres con más experiencia". Fue aún más contundente, al disparar que "pusieron “primero a los hombres, después al movimiento y, por último, al país”.

LAS GANAS DE CAPITANICH

El multitudinario encuentro, fogoneado por Pereyra desde la Federación Argentina de Municipios  y al que asistieron más de cien intendentes del país y legisladores, también sirvió para dejar en claro que el anfitrión, Jorge Capitanich no oculta sus deseos de encabezar la renovación partidaria. Quedó claro además en esta primera puntada, que comienza a germinar un nuevo espacio de base frente a los moderados gobernadores justicialistas, más alineados con el Gobierno por obtener fondos, que por dar pelea. 

Otros ausentes, fueron la mayoría de los intendentes bonaerenses que mantienen fluído diálogo con el gobierno de María Eugenia Vidal, con Martín Insaurralde a la cabeza y que están más ávidos por priorizar la chequera oficial para resolver la crítica situación financiera en sus distritos.

Paradójicamente, Insaurralde pasó el mismo día de la cumbre, por la Casa Rosada, donde se entrevistó con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, mientras sus colegas pedían a tambor batiente con un documento final, "la inmediata transferencia de recursos para garantizar la continuidad de obras públicas que motoricen la creación de empleo genuino". 
DURO PRONUNCIAMIENTO
No fue el único de los denominados intendentes "dialoguistas" que no fue a Resistencia por "cuestiones de agenda". También  Gabriel Katopodis, de San Martín, encontró excusa para no asistir por una audiencia con el ministro de Educación, Esteban Bullrich. El único de ese grupo que viajó fue Gustavo Menéndez, de Merlo, que destronó al histórico Raúl Othacehé en la última elección. También se sumaron Verónica Magario, de La Matanza, Jorge Ferraresi, de Avellaneda, Patricio Mussi de Berazategui, Gustavo Arrieta de Cañuelas, Francisco Durañona, de San Antonio de Areco y Francisco Echarre, de Castelli. Hubo además,  representantes de Formosa, Córdoba, Chaco, San Luis, Chubut, Catamarca, Santa Cruz, Santiago del Estero, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe, Jujuy y Tierra del Fuego.
En sintonía con la bandera que logró unir a los gobernadores, el centenar de jefes comunales aprobaron un pronunciamiento para reclamar al Gobierno por los fondos coparticipables. Además, se propuso la creación de una mesa de conducción para "participar activamente" de la toma de decisiones que adopten los bloques legislativos en el Congreso, incluyendo el escindido Diputados post-fuga.
También esbozaron los primeros trazos de la idea de un "Indec municipal" para medir la inflación. Y agendaron un próximo encuentro, en Formosa, para el 10 de marzo.
BARAJAR Y DAR DE VUELTA
Es evidente que los caciques peronistas quieren levantarse de la caída frente a Mauricio Macri en las elecciones presidenciales sumada al histórico traspié en la provincia de Buenos Aires, que significó un furibundo golpe a la mandíbula para el PJ, que aún hoy tambalea mientras vela sus armas para el 8 de mayo sus comicios internos.
En esa votación, el justicialismo deberá elegir a sus nuevas autoridades y definir fundamentalmente su perfil como partido de oposición y el papel que desempeñará. Hay que decir que quienes se apartaron días atrás del bloque de diputados del FpV dando un portazo y cuestionando la falta de autocrítica del kirchnerismo después de la bofetada recibida en noviembre de 2015 ya anticiparon que su postura frente a la gestión macrista será "constructiva".
Parece claro en este sentido que existen marcadas diferencias entre el núcleo minoritario de quienes abogan por el retorno de Cristina a la Casa Rosada y aquellos que pugnan por construir su propio proyecto nacional con relación al devenir e incluso a la supervivencia del actual Gobierno. Lisa y llanamente, "que le vaya bien" a Macri y compañía no sería un deseo común en las filas justicialistas.

El cónclave de Resistencia, tal vez sea el preludio de un peronismo que lucha por barajar y dar de vuelta cuanto antes, para que el macrismo no se aproveche de la grieta y siga separando jugadores. Al PJ  le incomoda ubicarse del otro lado del mostrador. Será por ello que las expresiones de rebeldía empezaron a brotar como hongos venenosos.Las recientes palabras de Julián Domínguez, sean premonitorias de lo que esta por venir. Fue al calificar a Aníbal Fernández de "Mariscal de la derrota" . O las de José Pepe Scioli, que en las últimas horas lanzó a la manera de apotegma: "El Frente para la Victoria se terminó el 10 de diciembre". Lo cierto es, que en la diáspora peronista, aún faltan muchos capítulos por escribir.
Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Su correo electrónico es [email protected].