Miércoles 9 de julio de 2025 - Edición Nº4305
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Tiene 13 años y es de La Plata: Juanita necesita un corazón

Juana Seoane tiene 13 años, vive con su familia en Gonnet y es alumna del colegio El Sol. Cuando tenía apenas dos años le diagnosticaron una miocardiopatía aguda dilatada. Afortunadamente logró estabilizarse rápidamente, por lo que sólo debía cumplir con controles periódicos. Pero en los últimos meses su cuadro se complicó y ahora necesita imperiosamente un trasplante de corazón.


“Hasta mediados del año pasado Juanita estaba perfecta -cuenta su padre, Ricardo Dante Seoane- a partir de entonces hubo que profundizar los controles y la medicación, pero siguió bien. Pasa que ella tiene el corazón deformado, se dilata. Y el viernes el músculo se descompensó del todo. La internamos en la Clínica del Niño con riesgo de vida, y todos los estudios confirmaron que necesita un trasplante, y eso es lo que ahora todos estamos esperando”.

Desde entonces, Juanita está internada en la Fundación Favaloro, instalada en la lista del Incucai con carácter de urgencia, y es la única en esa condición dentro de la institución.

El corazón debe ser de alguien de no más de 25 años, con un peso inferior a los 70 kilos.

“Tiene una aplicación mecánica  con la que se le suministra la medicación. A veces está bien y otras no tanto. Tiene náuseas, dolores, y cuando se descompensa la tienen que llevar a terapia intensiva. Desde hace días que entra y sale”, cuenta Ricardo, un conocido agente inmobiliario de nuestra ciudad mientras recorre los pasillos de la Fundación, celular en mano, a la espera de la novedad que salve la vida de su hija.

“Los médicos me dicen que la operación no es complicada, que tiene grandes chances de que salga bien. Ahora ella todavía está fuerte y sería el momento ideal para el trasplante. Pero nadie nos puede asegurar nada si las horas pasan y el corazón no llega, porque el cuadro se va agravando y ella se va debilitando”.

“En mi familia todos somos donantes -dice Ricardo- pero se que es algo difícil pedir esto. Es un corazón y no necesitamos ninguna otra cosa. Es algo que depende de la concientización, es doloroso pensar en eso cuando se pierde a un ser querido, pero de esa vida puede depender otra. Y la vida de Juanita depende de eso, de lo trascendental que es la donación de un órgano”.

Ese gesto es el que por estas horas aguardan Natalia, la mamá, Ricardo, el papá, y sus hermanas Pilar (15) y Antonella (7). Y por supuesto la propia Juanita.   

 

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