jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº3858
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Macri contra reloj: si no frena la inflación, la fábrica de pobreza le facturará las 24 horas

Por Jorge Joury


Macri tiene una bomba de tiempo sobre su escritorio. Es un tic-tac permanente que lo aturde. En la medida que el paso del tiempo vaya escurriendo los bolsillos, la inflación será para el Presidente una pandemia insostenible. Sergio Massa rotuló a esta pesadilla económica, como "una fábrica de pobreza". Cada vez con mayor insistencia se escuchan declaraciones de políticos, analistas y peor aún de ministros y responsables de área, decir que “ Macri está esperando la oportunidad política para presentar un plan antiinflacionario”. No obstante,  poco o nada se menciona de una realidad social que ya no tolera vivir con sus cuentas al rojo y  el consecuente deterioro de su calidad de vida, al punto de que desde hace un par de años, casi un tercio de la población cayó en estado de pobreza. 

El anuncio de la rebaja en Ganancias, que iba a ser parte del discurso presidencial del primero de marzo en la Asamblea Legislativa, buscó en las últimas horas desalojar de la agenda mediática la incomodidad de la inflación y los cortocircuitos en el Indec. Y pareció funcionar porque las sonrisas, oficialistas y opositoras, volvieron a la Casa Rosada. A ese cambio de clima se le sumó el anuncio del viaje de Barack Obama a la Argentina, un verdadero impacto teniendo en cuenta el enfriamiento de las relaciones con Estados Unidos durante el último mandato de Cristina Kirchner.

UN CALMANTE PARA LA FIEBRE

El alivio  en Ganancias es para unos 180 mil bolsillos, pero aún quedan 1.300.000 trabajadores alcanzados por el impuesto. De esta manera, Macri aceitó  la relación política con los gremios y la negociación de las futuras y cruciales paritarias. El Presidente también apostó a un anuncio importante para fortalecer su imagen y la gobernabilidad. Se anuncia ahora, cuando la remarcación comenzó a preocupar a la población y afectó por primera vez la imagen del jefe de Estado, que cayó unos 10 puntos.

También sirvió para poner paños fríos a una incipiente interna de poder que comenzó a involucrar a varios ministros. Hoy las disidencias entre las áreas técnicas y polìticas, son más que notorias, algo que habíamos advertido desde esta columna editorial. Los cuestionamientos surgieron, precisamente, frente a la aparición de los primeros problemas: hubo pases de facturas por las remarcaciones y la falta de ideas para frenar el embate de los grupos concentrados, que Macri conoce mejor que nadie. Hoy la llave maestra es que el país  necesita urgente de un plan integral para superar las urgencias económicas y sociales que crecieron con los años de desatinos y de intolerancia. Algunos señalan que existe un borrador que se mantiene bajo siete llaves y que el Presidente podría dar a conocer en marzo.

LOS BUITRES VUELAN BAJO

En La Plata no hay familia que no ponga el grito en el cielo por el constante aumento de los precios en las góndolas. A nadie escapa que son los monopolios los verdaderos buitres que fogonean la escalada. Avanzan al ver con sorpresa que el Gobierno no actúa con el rigor correspondiente. En afán de justificarse, aluden a que sus empresas no podrán soportar el embate de las nuevas tarifas eléctricas y por las dudas se cubren inflando el costo de sus productos.

Esta situación ha llevado al compre hormiga, es decir  la gente hace sólo los mandados del día con lo necesario para comer y espera a ver que pasa mañana si surgen ofertas. En la ciudad también se ha reflotado el fenómeno de las segundas marcas. Es el caso de los productos de limpieza, que los consumidores los obtienen a menos de la mitad en las químicas que los venden por litro. También está la ruta del asado, una novedosa guía por internet para comprar carne barata.

SE ENFRIA LA ECONOMIA

Son señales de una economía que transita por horas de incertidumbre, justo en medio de la discusión paritaria que tensa aún más la situación. Si bien es cierto que la salida veloz del cepo ilusionó a muchos, hay que acentuar que hasta allí se llegó por la inflación, producto de un Estado que gastaba más de lo que recaudaba. Hoy se está tratando de bajar la fiebre con menor emisión monetaria, pero simultáneamente la economìa se va enfriando y cae el consumo. Es el comienzo del peligroso camino hacia la recesión, que puede terminar en despidos por parte de las grandes empresas. En esa dirección, hoy 6 de cada 10 argentinos, temen perder el empleo, según marcan las últimas encuestas. 

Por estas horas, la inflación es el monstruo más temido por los argentinos. Una prueba de ello, es que desplazó a la inseguridad del primer lugar del podio. Está claro para la mayoría de los ciudadanos, que la suba de precios no puede resolverse en pocos días ni en pocas semanas, pero tampoco nadie está dispuesto a extenderle un cheque en blanco al Gobierno. Hoy es el gran desafío que Macri debe resolver primero entre las muchas urgencias del país en crisis.

LA LLAVE MAESTRA DE LOS ACUERDOS

Los especialistas económicos sostienen que para descomprimir la caldera resulta de vital importancia la conformación de un Consejo Económico y Social constituído por los diferentes sectores empresarios y los sindicatos representantes de los trabajadores. Es la herramienta para  generar acuerdos que le den previsibilidad a la histórica tensión entre capital y trabajo. En segundo término, el principal paso que se dio es la suba del piso del impuesto a las ganancias, donde  Mauricio Macri anunció una base de 30 mil pesos. Lo que no cayó bien, es que luego el Presidente dijo que las nuevas escalas recién se van a tratar el año que viene, algo que  la oposición esperaba para marzo con ansiedad por temor a que se vayan licuando las mejoras frente a la piraña inflacionaria.

Sin embargo, hay economistas que sugieren que para el pago mínimo debería ser seis veces el salario mínimo, es decir 36.360 pesos. Para un asalariado con familia tipo, debería ser ocho salarios mínimos, es decir, 48.480 pesos. Para el tributarista César Litvin, debería multiplicarse por 15 para que sea justo y progresivo con los niveles del 2002. El nuevo denominador sería resultante de la inflación acumulada en este múltiplo propuesto. Finalmente, otras de las acciones que se reclaman es la extensión de la asignación universal por hijo a los hijos de los monotributistas. De todas maneras, el impacto del mínimo no imponible, que en algunos casos mejorarán hasta un 22% los sueldos, volcará al mercado un volúmen cercano a los 37 mil millones de pesos y los comerciantes harán todo lo posible para captar la mayor porción de ese total. Para esto apelarán a una estrategia que se afianzó mucho durante los últimos tiempos, y que incluso ya se transformó en un aliado clave para las empresas: las ofertas y promociones.

LA ESCANDALOSA HERENCIA

Otra de las señales que se aguardan del Presidente, es que el primero de marzo en su mensaje ante la Asamblea Legislativa, de una vez por todas haga públicos los números de la herencia que le dejó el gobierno de CFK. Más allá del sobredimensionamiento de la planta de empleados, en el Estado, hay otras cuestiones que nadie se anima a revelar, pero que son de tinte dramático. Para poner blanco sobre negro, una alta fuente de la Presidencia me señaló que "si llega a producirse una inundación vamos a tener que hacer magia, porque nos dejaron 34 colchones. Además, más de la mitad de la flota de autos oficiales, están con el motor fundido".

Es evidente que la persistencia de una tasa de inflación elevada ha provocado un fuerte cimbronazo político. Apurados por mostrar un índice de precios en descenso, en el Gobierno presionan por cifras oficiales más amigables para condicionar las paritarias. Tal vez por ello el titular del Indec, Jorge Todesca, desplazó a Graciela Bevacqua de la dirección técnica del organismo, quien había sido nombrada hace apenas dos meses. Bevacqua era una señal de transparencia que el gobierno de Mauricio Macri pretendió dar. Se trata de una  técnica desplazada por el kirchnerismo en 2007, que terminó siendo opacada por la discusión sobre el tiempo que demandará el apagón estadístico. La remoción de la funcionaria se produjo porque sostiene que se requieren entre siete u ocho meses para volver a difundir los índices principales, mientras que desde el gobierno de Macri presionan para comenzar a publicar cifras de inflación lo antes posible. 

SUMAN BRASAS AL FUEGO

El alejamiento de Bevacqua se produce luego de que la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires informara que en enero los precios subieron un 4,1 por ciento, mostrando una aceleración con respecto al ya complicado mes de diciembre, cuando los precios habían trepado un 3,9 por ciento. Esas cifras provocaron malestar en el gobierno de Macri que ahora busca acelerar la difusión del IPC por parte del Indec. Es por eso que el jefe de Gabinete comenzó a presionar a Todesca para que difunda lo más rápido posible las cifras oficiales, más cercanas a las expectativas del Gobierno. Esto se da en un contexto en el que comienza a tensarse la discusión paritaria y los reclamos salariales se alejan de la pauta inflacionaria de entre 20 y 25 por ciento que pretende imponer el equipo económico.

En ese contexto, los empresarios suman brasas al fuego. Alberto Calsiano, jefe del Departamento de Infraestructura de la Unión Industrial Argentina (UIA), le puso cifras a la perturbación que venían transmitiendo los dirigentes fabriles: 6900 empresas medianas estarán muy comprometidas, dijo, por los aumentos tarifarios en energía eléctrica, y aprovechó para mostrar tres ejemplos de facturas anónimas que acababan de llegarle, una con 600% de alza y dos con 300 por ciento.

ANTES DE QUE EXPLOTE EL HUMOR SOCIAL

Hoy para el Gobierno una de las cuestiones más difíciles de resolver es la destrucción del Indec, manipulada desde enero de 2007 por Guillermo Moreno. La economía durante todos estos años se movió entre sombras. Los argentinos y el mundo no sabían a cuánto llegaba la inflación, cuántos pobres hay en el país, cuánto había crecido o caído la economía. Todos los datos que se conocían eran tergiversados en despachos políticos del gobierno de entonces. Gran parte del aislamiento internacional del país, se debió también a esa metodología que no nos permite conocer hoy la radiografía de la Argentina en que vivimos.

También en ese contexto complicado, influye el calendario. Faltan pocos días para que concluya  el tramo fuerte del verano y se retomen casi a pleno las actividades. El inicio de las clases, tal vez  sea el momento en que la sociedad empezará a reparar sobre los ajustes económicos y el impacto real en sus bolsillos. Con la suba del piso en Ganancias, el macrismo mostró la primera señal de estar atento a la evolución del humor colectivo. Y a la posibilidad de que la estrechez provoque un suave aterrizaje del consumo. Es la primer fotografía que podría desacelerar una inflación convertida ahora en la peor amenaza. Es hora de empezar a resolver las necesidades sociales, dejando de lado las conveniencias polìticas. El paciente vuela de fiebre y puede explotar. Requiere de un remedio inmediato que lleve a la estabilidad de precios, antes de que despierten las tensiones sociales. Será la única manera que Macri ahuyente al fantasma de la ingobernabilidad que tánto lo perturban.


*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata.

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