“El jefe de la Departamental La Plata, Darío Camerini, y la poderosa Comisaría Primera quedaron en el centro de la polémica tras el violento episodio que sufrió el intendente de La Plata, Julio Garro, en su casa ubicada en un reconocido country de la capital provincial”. Así lo afirma un artículo publicado en el portal de noticias La Política On Line donde se adelanta que la fiscal Virginia Bravo podría citar al jefe policial mencionado. Si esa citación se produjera, Camerini podría responder a uno de los mayores interrogantes que tiene el caso: ¿Nadie advirtió que el sub oficial Masana, el único detenido hasta ahora, llevaba una vida de lujos que excedían su condición económica?.

“Camerini es considerado “el cajero de la Primera”, una comisaría considerada clave en el entramado policial de la ciudad toda vez que, ubicada frente al Teatro Argentino, tiene jurisdicción sobre la mayoría de los edificios gubernamentales del centro de La Plata”, dice lapolíticaonline. Pero además, es la comisaría con mayor injerencia en la zona se boliches, en el llamado territorio de la noche platense. Desde esa comisaría se controla y administra las horas extras y los trabajos adicionales que cumplen los efectivos en varias reparticiones del estado provincial. El único detenido hasta ahora, el policía Patricio Masana, está acusado de haber colaborado con los delincuentes, toda vez que tras el robo estos habrían ido a refugiarse a su casa, lindera a la del intendente Garro y se sospecha que desde allí huyeron con la supuesta complicidad de Masana. Entre los interrogantes que una citación judicial al comisario Camerini podría resolver figura además las razones por las que Masana, que había estado procesado en una causa de fuga de presos en la comisaría Primera, cumplía funciones en esa dependencia y no en otra. Camerini, cabe señalar, ya había quedado en la mira del ministerio de Seguridad cuando ordenó una feroz represión a trabajadores municipales despedidos en las puertas del Palacio Municipal de La Plata, en los primeros días de enero.

“Por entonces, aunque Garro no dudó en avalar esa represión, Ritondo se ocupó de despegarse de la orden de Camerini y aseguró que no existió instrucción alguna desde la esfera política ni policial, que ordenara la actuación de la Infantería en el lugar”, señala lapolíticaonline