viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3859
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Con estufas apagadas y hambre, se calienta la protesta social en las calles y fábricas

Por Jorge Joury.- Da tristeza ver cada vez más cartoneros deambulando desde el amanecer. Lo mismo, que mujeres con criaturas timbreando por alimentos. Son postales de estos siete meses de gobierno de Macri, dando aviso de que hay deberes que corregir de manera urgente. Se trata de los efectos post tarifazo, los parches y los desaciertos en las medidas económicas implementadas.


Hasta la propia sobrina del Presidente, la joven actriz Nai Awada, manifestó su indignación por la situación actual que se vive en la Argentina. En su cuenta de Twitter, explicó que se había cansado de no poder expresarse por ser la sobrina de Juliana Awada y disparó sin filtro: "me duele tanto ver lo mal que está el paìs. De lo único que se habla es de comprar más barato y la pobreza aumenta. Desastre todo", aseguró la hija del actor Alejandro Awada. Seguramente, el mensaje habrá retumbado en la Casa Rosada y nublado sonrisas. 

Una prueba palpable de la dramática situación, es la protesta social que ha ganado las calles. El reclamo por puestos de trabajo genuinos y alimentos para los comedores y merenderos se hace cada vez más constante. En las últimas horas la organización social Barrios de Pie sitió virtualmente la ciudad de Buenos Aires. Lo hicieron a través de cien ollas populares en puntos neurálgicos. No es para menos, de acuerdo a un informe del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana, el 43% de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires vive en hogares pobres y el 7,3% está bajo la línea de la marginalidad. Estos datos, en los cuales se apoya Barrios de Pie para impulsar su reclamo, se desprenden del porcentaje de hogares que no reúnen el ingreso mensual de $ 17.531 para cubrir la Canasta Básica Total y de aquellos que ni siquiera llegan al mínimo básico de alimentos de $ 6256. Si esto ocurre en la ciudad más rica del país, mejor ni pensar la situación por la que atraviesan los hogares del conurbano.

AUN SUENA EL CACEROLAZO

Aunque no lo reconozca oficialmente, el Gobierno acusó el golpe por el cacerolazo. A tal punto llegó la onda expansiva, que la gobernadora María Eugenia Vidal, el jefe de Gabinete, Marcos Peña y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, recibieron órdenes desde Olivos y salieron a timbrear  por La Matanza para medir el humor social. La reacción popular, llega en momentos en que se dispersó el foco de atención en los bolsos cargados de fajos de dólares de José López y desembarcan datos muy preocupantes que tienen que ver con la caída de la actividad industrial, menor empleo formal y suspensiones. 

Las señales de alerta provienen de la UIA, el Ministerio de Trabajo, fabricantes y sindicalistas. Se suman a algunas encuestas que marcan la pérdida del optimismo de la gente con las medidas económicas. La presión impositiva por los aires, dólar incierto, tasas por las nubes y precios que les ganan a las paritarias, son datos que enfurecen desde la tribuna de las redes sociales incluso a los que esperan un 2017 positivo. Los salarios paritarios quedaron un 15% detrás de la inflación, dado que esta alcanzó un 45% y los aumentos salariales promedio fueron del 30 por ciento. Si ocurre con el trabajo tutelado, imaginemos la situación del sector informal, de lo cual daremos cuenta más adelante.

Frente a este cuadro de situación,  el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay ensayó una nueva pirueta para calmar los ánimos. Salió a prometer que en la segunda parte del año el salario le va a ganar a la inflación, un sueño que hoy descansa en playas muy lejanas. En la Casa Rosada se comenta que el Presidente está fastidioso porque sus primeras espadas no encuentran el rumbo. Algunos sostienen que Macri está extenuado y que su salud se ha deteriorado. 

SIN PLAN Y CON ALERTA GREMIAL

No es una novedad que el Gobierno hasta ahora no ha podido manejar la economía como lo esperaba. Sorprende que aún no exista un plan económico y los volantazos no hacen otra cosa que desgastar la imagen presidencial. No hay respuestas todavía a como no se forma un Consejo Económico y Social, una herramienta muy reclamada por la oposición e indispensable para momentos de crisis como el que estamos viviendo.

Mauricio Macri dicen que tomó nota de algunas señales provenientes de los sectores gremiales, pero aún no encuentra la brújula. Teme que una crisis laboral desate los peores fantasmas.  Ya con fecha de salida confirmada de la CGT Azopardo, Hugo Moyano avisó que si no hay respuestas del Gobierno Nacional habrá paro y confirmó que lo que viene en la CGT es un triunvirato, pero según parece, con pintura de guerra. El  dirigente camionero, puso de relieve que “los medios de transporte están discutiendo” la posibilidad de realizar un paro ya que, “si no hay soluciones” para los trabajadores y los que menos tienen, “no queda otra salida”.

También se escuchan voces críticas desde la oposición, más específicamente desde el PJ, el massismo y la propia Margarita Stolbizer, quien señaló en relación al tarifazo que "el gobierno no puede hacer del error una costumbre". Macri se equivocó cuando sus asesores le dijeron y él repitió, que los precios ya estaban calculados con el dólar a 15 y que, por lo tanto, a la liberación del mercado de cambios no le seguiría un salto inflacionario. Alguien sostuvo cerca suyo que los aumentos de tarifas tendrían un efecto deflacionario. Alguna persona diseñó muy mal las modificaciones en los precios del gas. Otro le explicó que la inflación de este año sería menor a la que se produjo en solo el primer semestre y que la de junio bajaría del 2,5 por ciento. Con este menú fuera de sistema, el Presidente tiene motivos valederos para dudar de la eficiencia del mentado "equipo" que pregona tener y al que muchos sostienen que le falta pisar el barro y darse un baño de sensibilidad social.

EMPLEO EN NEGRO Y OLA DE DESPIDOS

En el terreno de los números, las luces rojas también comenzaron a encenderse desde el universo de las pymes. En ese sector el empleo en negro aumentó más de 40% en el primer semestre. Los despidos masivos, la baja rentabilidad y la inestabilidad económica favorecieron la precariedad contractual. Los datos surgen de un sondeo realizado por el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM), desde el 1 de enero hasta el 30 de junio pasado en referencia al mismo período de 2015. Miguel Ángel Calvete, presidente del organismo de estadísticas, detalló que el trabajo se realizó en base a un cuestionario elaborado sobre unas 816 pymes ubicadas en el ámbito geográfico de la Ciudad de Bs As, La Matanza, San Martín, Rosario, Santa Fe Capital, Córdoba, Mendoza y Mar del Plata. También se celebraron relevamientos de campo en diferentes barrios de esas mismas ciudades. Los datos del sondeo de INDECOM son para tener en cuenta porque las Pymes son las dadoras del 80% del empleo en general y de más del 90% del empleo informal del país.

Desde el Centro de Economía Polìtica Argentina (CEPA), cuyo director es Hernán Letcher, también se dispararon las alarmas. Dispararon un relevamiento que señala  que en junio hubo otros 11 mil despidos, llevando a 160 mil el total de personas que se quedaron sin trabajo en lo que va del año. El número trepa a 180 mil si se le agregan las suspensiones. La mayor parte de las nuevas cesantías se produjeron en el sector privado, por el efecto cascada de la baja del consumo. Los sectores más golpeados son los trabajadores de frigoríficos y  los vinculados con la fabricación de electrodomésticos. Se trata de dos tipos de productos que con la suba de precios quedaron fuera de la canasta popular. También las automotrices están en punto muerto.

Mientras los datos de la realidad son una suerte de látigo que no perdona, el Gobierno trata de estirar la ilusión y solo habla de la llegada de un futuro más promisorio. Aldo Pignanelli, ex titular del Banco Central y hombre experimentado en lidiar con nubes negras, sostiene que "cuando un Gobierno tiene necesidad de hablar del futuro y no del presente, es que le está yendo mal”. Hoy el remedio de Macri pasa por aconsejar apagar las estufas para gastar menos gas. Hernán Lombardi le hizo caso en la inauguración de Tecnópolis. Pero el mensaje no alcanza, la economía requiere de otra medicina. El Presidente debe tomar nota que los bolsillos están cada vez más muertos de frío y la economía ha entrado en la noche polar.

 

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP. Su correo electrónico es [email protected]. Quienes quieran consultar su blogs, pueden recurrir al sitio: Jorge Joury De Tapas.

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