sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3860
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Con solo un tercio de las obras, el fantasma de otra gran inundación ronda en La Plata

Por Jorge Joury.- El martes 3 de enero pasado, una extraña sensación de miedo invadió a los platenses. En poco menos de una hora cayeron unos 40 milímetros de lluvia y la ciudad volvió a colapsar. Numerosas zonas del casco urbano y la periferia resultaron anegadas y las imágenes de los efectos de la lluvia se extendieron rápidamente a través de las redes sociales como una señal de alerta que alteró el pulso ciudadano. Esta situación tiene que ver con que a pocos meses de que se cumplan 4 años de la tragedia que dejó 89 muertos y miles de vecinos perjudicados, el gobierno bonaerense no cumplió con los trabajos anunciados.


Solo un tercio de las obras proyectadas se terminaron, lo cual convierte al casco urbano de ciudad en una verdadera bomba de tiempo. Según datos oficiales, hoy  apenas 17 de las 58 obras hidráulicas están terminadas y cerca del 30% de los proyectos se encuentran frenados por diferentes cuestiones. No obstante, desde el Ministerio de Infraestructura aseguran que en el transcurso de los próximos meses las obras paralizadas se reanudarán y para fin de año estarán terminadas.
Contrariamente a lo que se sostiene oficialmente, las asambleas de inundados consideran "una misión imposible" que las obras estén listas para diciembre de este año. Es más. sostienen que en los últimos meses es avance global "es mínimo".
En este escenario, hace pocos días, el intendente Julio Garro salió a calmar las aguas anunciando la puesta en marcha de un sistema al que calificó como el "más moderno y profesional del país". Según el jefe comunal, el monitoreo permite tener el tiempo real el comportamiento de los arroyos, medir precipitaciones y vigilar el estado de las bocas de tormenta.
No obstante, debido al comportamiento loco que registra el clima y después de la reciente inundación que aún padece la zona norte de la Provincia, el bloque de senadores bonaerenses del FPV quiere conocer el detalle de todas las obras hídricas en ejecución y planificadas por el Ministerio de Infraestructura.
Desde esta columna dimos cuenta de los constantes reclamos de los inundados. Lo colocamos en el balance del 2016, como una de las grandes materias pendientes del Gobierno, para que no se reedite otro 2 de abril del 2013. No hay que olvidar que La Plata es un enorme tejido urbano asentado sobre las cuencas de dos importantes arroyos, lo que la convierte en fácilmente inundable. Si bien es cierto que aquel 2 de abril registró un nivel récord de lluvia, la municipalidad en aquel momento a cargo de Pablo Bruera careció de elementos y un plan de emergencia que pudo haber evitado la pérdida de vidas.
 
LA LLAVE PARA EVITAR UNA NUEVA TRAGEDIA
 
Lamentablemente, la tragedia no dejó enseñanzas preventivas, ya que las obras hidraúlicas estructurales que son la principal llave para contener inundaciones, estuvieron atadas a través de los años a los vaivenes electorales. 
Aunque las críticas arreciaron por aquel nefasto 2 de abril del 2013, ni Daniel Scioli, ni Pablo Bruera fueron capaces de concretar el enorme plan de infraestructura que se prometió. Es más, el avance de los trabajos se frenó cuando la gestión anterior comenzó a paladear la sensación de que salía del poder. El plan se volvió a activar, recién en el segundo semestre del 2016, pero hoy hay solo un tercio de las obras terminadas. 
Ahora, como un nuevo caballito de batalla electoral la promesa es finalizar el proyecto troncal para fin del año. No obstante, las organizaciones vecinales son escépticas. Si bien la gobernadora María Eugenia Vidal y el intendente Garro les prometieron soluciones y una reunión definitoria antes de que expirara el 2016, este encuentro no se concretó y provocó decepción entre los familiares de los inundados.
En octubre de este año Vidal los recibió y aseguró reuniones posteriores con los ministros de Hidráulica y de Seguridad, que nunca se concretaron. "Las tan renombradas y publicitadas obras hidráulicas ahora las tendremos que esperar para diciembre de este año”, disparan los damnificados.
Las heridas no cierran para quienes sienten que  “nunca los funcionarios, ni de la gestión anterior, ni de la actual se responsabilizaron por las víctimas, ni por todos los bienes perdidos, ni por la situación de vulnerabilidad en la que quedaron . "Las  respuestas siguen faltando, la búsqueda de verdad continúa y por eso "nosotros seguimos trabajando en soledad, sin el apoyo estatal, como aquellos días de abril de 2013 ayudados por los mismos vecinos con colaboración desinteresada por nuestro camino silencioso. La justicia que debería ser quién hable por medio de sus fallos también sigue en silencio y sin avances concretos, dejando a los responsables fuera del alcance de la ley”, sostienen.
 
"UN BALANCE ALTAMENTE NEGATIVO"
 
Los familiares de víctimas señalan que el balance del primer año de gestión de Cambiemos “es altamente negativo, la deuda de la ciudad con los inundados sigue intacta, el riesgo latente y no se puede esperar más. El silencio es cómplice, la falta de acción también”, concluyen
Después del desaste, vino una larga lista de promesas y movidas políticas que terminaron en la nada. Una de ellas fue en julio del 2013, cuando la Legislatura bonaerense autorizó al entonces gobernador Daniel Scioli a un endeudamiento por 1.973 millones de pesos con el gobierno nacional para realizar las obras hidraúlicas para la ciudad. Unos meses después, la misma Legislstura aprobó otro endeudamiento por 1.185 millones de pesos para el segundo tramo del plan.
De acuerdo a un informe técnico de noviembre de 2016, 17 obras (un 23%) fueron finalizadas, otras 15 (25,8%) se encuentran en proceso de ejecución, 9 (15.5%) se hallan en proceso de licitación y en 3 (5,1%) fueron rescindidos los contratos con las empresas. También hay que decir que hay 14 obras (un 24,1%) que se encuentran paralizadas por diferentes motivos. Tiene que ver con que aún hay familias viviendo en el lugar de la obra, hay dificultades con el tendido eléctrico de la ciudad o por simples atrasos en los pagos y la falta de cumplimiento de las empresas. Otro de los aspectos está relacionado a que las primeras licitaciones demoraron muchos meses y las obras no se iniciaron hasta mayo del 2014.La promesa era terminarlas todas antes de fines del 2015. 
 
"UNA SITUACION DE PARALISIS"
 
Para el subsecretario de Infraestructura Hidráulica bonarense, Rodrigo Silvosa "se dejó de pagar a los contratistas y las tareas quedaron inconclusas. Heredámos una situación de parálisis total. Los últimos pagos datan de agosto del 2015, Los vecinos se quejaban de que las obras estaban paralizadas y tenían razón. Pero se empezaron a reactivar a partir de junio de 2016". Durante la gestión del sciolismo, entre mediados de 2014 y 2016 cuando se desplegó el aparato para la campaña presidencial, las obras avanzaron a un promedio del 48%. El último semestre del 2015, mientras se delineaba el nuevo panorama político, las obras registraron un avance promedio del 49,6%. Sólo un 1,6% más en 6 meses. Desde que María Eugenia Vidal tomó las riendas de la gobernación, las obras tuvieron un avance promedio del 70,5%. Es decir, en un año apenas un 21% más.
 Frente a este escenario, un estudio de la Universidad Nacional de La Plata propuso fortalecer lo que denominaron "obras no estructurales" para buscar una mejor convivencia de la población con las crecidas. Se trata de planes de contingencia y emergencia que implican el adiestramiento y entrenamiento de los equipos de Defensa Civil y de la población frente a una contingencia de catástrofe, algo que faltó a todas luces en el trágico 2 de abril. Para ello se proponen mapas de alerta que indiquen las áreas inundadas y los lugares destinados a contener y recibir a los evacuados. 
 
ORGANISMO PARA MONITOREAR EL RIESGO
 
Desde la gobernación sostienen que hoy hay una Dirección Provincial de Gestión de Riesgo que no existía antes. También se señaló que se están colocando sensores en los arroyos y los vecinos están informados sobre cómo deberían actuar en caso de una emergencia.
En esa dirección, días pasados, el intendente Julio Garro salió a aquietar las aguas al realizar una recorrida por el arroyo El Gato. Allí presentó ante la prensa local el Centro de Monitoreo Hidrometeorológico y lo calificó como "el sistema más moderno y profesional del país". Con este mecanismo se pretende mejorar el trabajo  de prevención y durante las precipitaciones, gracias a diez sensores hidrométricos que aportan en tiempo real datos sobre los niveles de los diferentes arroyos de la zona. También las seis estaciones que componen este centro brindan reportes constantes sobre la presión, temperatura, humedad, la precipitación instantánea y acumulada y la dirección y velocidad del viento.Paralelamente, hay un software que mantiene geolocalizados los puntos de encuentro, centros de salud, estaciones meteorológicas y centros de evacuación. 
 
LOS INUNDADOS QUIEREN SABER
 
Sin embargo, las asambleas de vecinos que se reunieron tanto con Vidal como con Garro mantienen sus críticas a rajatabla. Sostienen que "las alertas son para funcionarios, pero no para nosotros. La única alerta que emiten es que no hay que sacar la basura y mandan a un ejército de barrenderos a limpiar las calles". Los vecinos quieren saber el comportamiento del agua y cuales son los corredores seguros y los lugares de evacuación. Quienes vivieron en carne viva el drama con pérdidas humanas y materiales señalan que no bajarán la guardia hasta que haya respuestas concretas. Ponen como ejemplo la traumática jornada del 19 de septiembre de año pasado, cuando un falso audio de WatsApp se viralizó en la ciudad, generando una enorme psicosis. En aquel día de fuerte lluvia con un alerta meterológica, el mensaje advertía sobre la llegada de un tornado, motivando el cierre de colegios, oficinas y comercios y miles de padres debieron retirarse antes de sus trabajos para refugiarse con sus hijos en sus viviendas. La información era falsa y el municipio hizo una denuncia penal contra la mujer que grabó la nota de voz. No obstante, las heridas del 2013 aún están abiertas y 89 muertos son demasiados como para desatender las señales de alerta. Si vuelve a ocurrir otro desastre, esta vez no habrá excusas. Se convertiría en una tragedia anunciada de la que el Gobierno no saldrá ileso. 
 
 
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP. Su correo electrónico es [email protected].
 
 

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