miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3864
Diario Full » SOCIEDAD

La ciudad del miedo está condenada a 60 años de espera para poder vivir en paz

*Por Jorge Joury.- Los especialistas aseguran que al ritmo de las inversiones actuales, se necesitarán más de 60 años para materializar obras que eviten catástrofes como la que vivió la ciudad el trágico 2 de abril del 2013. O para contener lo que ocurre cada vez que el cielo se pone negro, como el domingo 5 de febrero 2017 y los platenses comenzamos a temblar.


Pero observando como se ha ensañado la naturaleza con el hombre, después de esta suerte de ciclón que nos castigó sin tregua en la última semana, volvieron a emerger las falencias de los mecanismos estatales, impotentes como siempre para reaccionar con la velocidad que requiere la emergencia. Lo que parece de manual, termina siendo de jardín de infantes. Algunos ejemplos: Observé a obreros en la rambla de 32, levantando y trasladando hojas y ramas con las manos, ante la ausencia de carretillas. Otros, se esforzaban utilizando rústicos machetes en la titánica lucha contra los troncos caídos. También fueron insuficientes ante una contingencia como esta, las sierras mecánicas. Los camiones, en su mayoría destartalados, tampoco aportaron celeridad. Muchos nos preguntamos por qué no se requirió la ayuda del Ejército desde el vamos. 

Otra de las dudas que quedan flotando es por qué no actuaron los cinco mil cooperativistas que perciben salarios y solo fueron tres mil, como anunció el propio intendente Julio Garro. En síntesis, todo hace pensar que estamos a la buena de Dios y que el gobierno municipal no ha terminado de definir un plan de defensa civil frente a los desastres que nos aquejan.

Se vio mucha gente trabajando en las calles, pero poca organización y notoria falta de profesionalismo. Es cierto que parte de la culpa es de la herencia recibida del sciolismo. Lo dijo la gobernadora Vidal al asumir. Reveló que había apenas 29 colchones en los depósitos ante una emergencia y la mayoría del parque automotor estaba obsoleto. Pero pasó más de un año y la etapa de excusas prescribió.

El bruerísmo también fue nefasto. Todos nos enteramos en su momento que el ex intendente y sus funcionarios tenían vehículos y maquinarias ocultas en galpones. Está claro que el  objetivo era dejarle tierra arrasada al alcalde que llegaba. ¿Pero por qué Garro no hizo públicas de entrada las hilachas de aquella patética gestión y se impulsaron las causas judiciales para penar todo lo que se depredó?. Sin embargo, a Pablo Bruera este gobierno lo premió con un cargo en el directorio del BAPRO. Es como poner al lobo a cuidar las ovejas y darle la chance de supervivencia, como otro de los tántos garrocheros que solo piensan en exprimir al Estado.

Y quién controla a EDELAP, que más allá de no realizar las correspondientes inversiones, dejó que los postes de palmeras se pudriesen como bananas ?. ¿Dónde estaba Carlos Bonicatto, el Defensor del Pueblo anterior, que no vio la primera parte de esa película de abandono y no le marcó la cancha al gobierno de turno?. ¿Acaso ese organismo era también en una escribanía que le frenaba los problemas al Estado bonaerense, para que después los platenses paguemos los platos rotos?. Los propios empleados de la Defensoría admiten hoy que hay  miles de expedientes con quejas vecinales y denuncias de corrupción que involucran a intendentes y altos funcionarios, que terminaron archivadas porque no era conveniente levantar olas.

Qué hará ahora Guido Lorenzino, el reemplazante de Bonicatto, frente a la embestida de los legisladores Jorge Sarghini y Jorge Donofrio que le pusieron el aliento en la nuca a EDELAP y la obligan a transparentar el plan de inversiones después de los tarifazos. ¿ Habrá que ver si Lorenzino, que viene del riñón del FPV, se comprometerá en serio o hará oídos sordos ante el clamor de la gente?. Son dudas que galopan sin destino, pese a los generosos sueldos que pagamos todos a quienes deberían defendernos y viven borocotizando la política.

Lo cierto es que miles de platenses, soportaron casi una semana sin luz, ni agua. Todos la pasamos mal, pero peor los ancianos y niños. En miles de hogares se perdieron alimentos por falta de frío, en momentos en que juntar un peso resulta una odisea. 

La cuenta del desastre es incalculable: centenares de árboles se desplomaron como castillos de naipes, entre ellos, algunos con historia, como el ombú de Plaza Italia. Muchos de ellos venían pidiendo podas a gritos, pero nadie los escuchó.La  ausencia de políticas públicas y los tortuosos trámites burocráticos para lograr que un ejemplar añoso y podrido en la vía pública lo corten, es tortuoso.El Estado nos gana por cansancio, a pesar de que pagamos los impuestos más caros del mundo. 

Pasó un año y es demasiado tiempo como para no corregir los desatinos de los funcionarios que se fueron y que encima suben videos a las redes sociales levantando ramas por las calles, como lo hizo el concejal Gabriel Bruera. Lisa y llanamente, se trata de un verdadero cachetazo o una tomadura de pelo. ¿Qué pretenden, volver después del desastre que nos dejaron?. La memoria ya los condenó en las urnas y encima no pagaron de su propio peculio por los 89 muertos del 2013. El artículo que publiqué, hace unos días sobre ese bochornoso episodio que generó Gabriel Bruera, tuvo decenas de repudios. Entre ellas la del coordinador de la Unidad Ejecutora del Fondo Educativo municipal, Oscar Negrelli, quien señaló que: “El que busca rédito político en la desgracia es un desgraciado, no un político”. El ex diputado aseguró que "los Bruera y sus punteros" están "ensuciando el legítimo reclamo de la gente” y recordó la responsabilidad política de la gestión anterior en la trágica inundación del 2 de abril de 2013.

Los políticos deberían preguntarle a los familiares de las víctimas del 2013 qué se siente cada vez que nos sorprende un fenómeno meteorológico y tener que desenterrar el recuerdo de sus seres queridos que no logran descansar en paz. Todo es muy loco. Bastaría con consultar a los chilenos, cómo hacen ante violentos terremotos, para recuperarse con rapidez .

La doctora María Altinger, especialista en cuestiones meteorológicas y Vientos Extremos, sostiene que "los fenómenos que están ocurriendo, son absolutamente nuevos y aunque no son frecuentes, pueden volver a pasar y tienen que ver con la cuestión del cambio climático". El interminable alarido del viento el domingo 5, abarcó una franja entre 200 y 400 kilómetros y el desastre pudo ser mayor. 

Desde la nevada del 9 de abril del 2007, la La Plata viene siendo escenario de sucesos meteorológicos extraños y las autoridades no reaccionan. Lo malo es que nadie sabe hasta dónde puede llegar el comportamiento devastador del clima. Las pérdidas en el cordón hortícola local superan los 320 millones de pesos, situación que obligó a declarar la emergencia agropecuaria. Obliga a pensar que faltarán en las góndolas verduras y hortalizas y las pagaremos más caras. Ese dinero bien pudo haberse utilizado en prevención, pero ahora irá a subsidios. 

Hace años que las páginas de los diarios, vienen anunciando del "El Niño" para acá, la llegada de los más temibles fenómenos climáticos. Pero los funcionarios solo están preocupados en ganar elecciones y parece que viven en una burbuja de cristal.

En pocos días, en La Plata se agotaron los generadores, las velas, el agua mineral y los tanques de agua por la voladura de tapas. Los aprovechadores de siempre, hicieron fortunas subiendo precios y especulando con el drama de los demás.

Mucho tarifazo, impuestazo y ajuste, pero todos nos preguntamos cuándo llegarán, las soluciones, aunque sean intermedias.Cuál es la política de inversiones para morigerar el embate de las inclemencias climáticas. Que lo digan de una vez por todas. Lo ocurrido en La Plata es el correlato de las últimas inundaciones en el noroeste bonaerense que dejaron bajo el agua a Pergamino, San Nicolás, General Villegas y municipios vecinos. Frente a este cuadro de situación, el ingeniero hidráulico Claudio Velazco hizo un análisis del avance elefantiásico de las obras hidráulicas.

“La situación en la Provincia es crítica, porque durante decenios no se han hecho trabajos adecuados”, manifestó el especialista y aseguró que se necesita “un piso de inversión del orden de los 22 mil millones de dólares”.

Velazco indicó, que según lo destinado a obras hidráulicas en el presupuesto de este año, “necesitaríamos más de 60 años de inversiones continuas para poder estar medianamente al día y que la población tenga más tranquilidad y una mejor calidad de vida”. El profesional señaló que las obras no están planteadas como para contener “tormentas extremas”, razón por la cual “la gente se va a seguir inundando”.

En lo que llevo recorrido en mi vida periodística, asistí a varios desastres, entre ellos terremotos como el de Caucete en San Juan y la desaparición de la Villa turística Epecuén , tapada por el agua en 1985, durante la gobernación de Armendáriz. Lo grave, es que cuarenta años después seguimos discutiendo lo mismo. Lo que el viento se llevó en La Plata el domingo 5 de febrero, es solo el anticipo de una película de terror con final abierto. Roguemos, que no dure 60 años, como advirtió el ingeniero Velazco.

 

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP. Su correo electrónico es [email protected].

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias

VIDEOS