El Presidente apuesta a profundizar el cambio, si los resultados lo favorecen. Será por eso, que la ansiedad le ganó a Vidal y salió a la cancha el jueves pasado. Fue una suerte de precalentamiento en los barrios (foto), para dar la madre de las batallas. Faltan escasos 70 días para el cierre de listas para las elecciones. El mismo día del paro de la CGT, la gobernadora dijo que había que trabajar. Puso en marcha entonces, la operación timbreo en el conurbano, el territorio que le es más esquivo al oficialismo y en el que el peronismo tiene su pata más fuerte.

Según la consultora Poliarquía, sólo uno de cada cuatro habitantes de esa zona hostil a Cambiemos, aprueba la gestión del Presidente Mauricio Macri. "El Gobierno está débil en el Gran Buenos Aires y lo saben", remarcó el consultor Alejandro Catterberg, director de la firma. "Es muy distinta la situación social y la evaluación del gobierno en el Interior y el Gran Buenos Aires. En nuestra encuesta, en el Gran Buenos Aires la imagen de Macri es del 25%, cuando en el interior y la Ciudad era 45 por ciento", explicó el economista. 

A su vez, remarcó que el Conurbano concentra "el 60% del voto de la Provincia y es donde la imagen de Cristina está más fuerte". En efecto, la ex presidenta de la Nación concentra un 34 por ciento de intención de voto en terreno bonaerense.

EN MARCHA LA OPERACION TIMBREO

La orden para el gabinete ampliado, más de 700 funcionarios que escucharon a Vidal el miércoles pasado en la gobernación, fue salir a izar las banderas de la gestión, con timbreos cada 15 días en todo el territorio. En su entorno comentan, que es una forma de militar y no dejar lejanía con el vecino. Básicamente, es para no dejar huecos que puedan ser aprovechados por la oposición. 

Vidal sabe que en esa geografía, donde habitan los sectores más golpeados por el ajuste, la pelea será dura. 

Los graves incidentes a trompadas registrados entre concejales del PRO y el Pj en La Matanza, el distrito donde anida el tesoro electoral mas grande en votos, son un anticipo de lo que viene. Allí hay un nicho de más de un millón de personas habilitadas para votar. De ello tomaron nota, tanto el oficialismo provincial, el nacional y el local, que no son del mismo color político. 

Vidal le confesó a sus primeras espadas, que mientras ellos desembarquen en las calles del Gran Buenos Aires, simultáneamente los intendentes del interior serán los encargados de encabezar los timbreos en sus distritos. La idea que disparó la gobernadora, fue que se tiene que notar que su gobierno es distinto al del sciolismo. Debe ponerse el sello, para dejar en claro que mientras en el pasado se prometía y no se hacía nada, hoy las obras y la transparencia, marcan la diferencia. 

También se acordó que los funcionarios estén acompañados por "facilitadores", es decir referentes locales que adelanten las necesidades de los vecinos en las zonas a operar. Concretado el contacto con los pobladores, luego se hará un diagnóstico para direccionar las soluciones en el tiempo más corto posible.

EL MASSISMO TAMBIEN ALISTA A SU TROPA

Desde otra de las veredas, también en la semana que pasó, el massismo concentró a su tropa en Parque Norte para bajar linea. Fue en un cónclave con cena incluída, que se desarrolló en el mayor hermetismo y sin fotos para la prensa. Allí se delinearon las estrategias de campaña de cara a las elecciones de medio término, aunque todo indica que no se habló de los nombres para integrar las listas. Una fuente confiable reveló que Sergio Massa dispuso comenzar a caminar la Provincia de una forma más silenciosa, sin tanta movidas de prensa oficial, charlando con instituciones y vecinos, para potenciar ese perfil. Una prueba de ello, es que el líder del Frente Renovador estuvo de incógnito en Junín y Nueve de Julio y lo propio hizo en Luján y Coronel Suárez bajo la modalidad de “visitas relámpago”.  Esos desembarcos en los distritos bonaerenses no contaron con la difusión oficial y solamente fueron reflejados por los medios locales.

En paralelo, otras ciudades han recibido la visita del Comité de Campaña del partido. En efecto, el último encuentro de este tipo sucedió en Las Heras donde estuvieron los diputados nacionales Graciela Camaño y Felipe Solá y los legisladores provinciales Sebastián Galmarini y Jorge D´Onofrio, además del especialista en políticas sociales, Daniel Arroyo. Conocedor de que Cambiemos necesita un triunfo, aunque sea por un voto en la provincia de Buenos Aires, para alejar fantasmas y cimentar futuras mayorías en el Congreso, Massa se juega un pleno. Primero, deberá definir si es candidato, ya que su mandato como diputado termina este año. Caso contrario, sus espadas serán Margarita Stolbizer y Malena Galmarini, su esposa. Ya no le alcanza para sorprender si quiere ser Presidente con un tercer lugar robusto como hace un año y medio. Si no repite su papel del 2013 y gana o queda a un paso de adueñarse de la Provincia, corre el riesgo de quedarse sin nafta y ver diluir una vez más, sus aspiraciones para llegar a la Casa Rosada en el 2019.

INTERNAS CRUCIALES EN AGOSTO 

En lo que tiene que ver con los nombres de los candidatos que jugarán para cada partido, aún hay muchísimas dudas. Lo único que está claro, es que el resultado en Buenos Aires definirá el futuro político de las figuras más poderosas del país. Todos tienen mucho más que perder, que ganar. Pero no pueden faltar a la cita. No solamente está en juego la pole position para el 2019, sino que algunos requieren de un buen resultado para seguir en carrera. Las internas de agosto, serán cruciales, ya que van a definir algo más que los lugares en las listas y la general de octubre, mucho más que la próxima configuración parlamentaria.

Hay que ir reservando platea y un cartucho gigante de pochoclos, ya que las boletas estarán cargadas con los nombres de pesos pesados. Desde Cristina Fernández de Kirchner, hasta Elisa Carrió, pasando por Sergio Massa, Margarita Stolbizer, Daniel Scioili, Florencio Randazzo, Felipe Solá, Verónica Magario, Marcos Peña, Graciela Camaño, Ricardo Alfonsín, Fernando Espinoza y Nicolás Del Caño, todos ellos estarán definiendo en estas semana si pondrán su nombre en la marquesina de la campaña legislativa más taquillera de la historia reciente. En un ajedrez político como el que está en juego, María Eugenia Vidal sabe que no hay tiempo que perder y puso primera.

HACIA UN NUEVO MAPA POLITICO

Faltan poco menos que 70 días para el cierre de alianzas. Allí se podrá ver como queda configurado el mapa político. Y luego quedan diez días más para afinar el lápiz antes que cierren las listas. Hasta entonces se jugará a pleno sobre el terreno de las especulaciones. Uno de los escenarios más intrincados, lo tiene el peronísmo. Sobre esa topografía, todos concuerdan en la importancia de la unidad para vencer a Cambiemos y recuperar la estima en el distrito más caro. Pero todos esperan el juego de Cristina, de buenas mediciones en el segundo y tercer cordón. Ninguna estrategia se va a cristalizar hasta que mueva su carta CFK. La ex presidenta está evaluando competir por una banca en el Senado. Pero a lo que apunta, es a ratificar su preminencia en esta suerte de tembladeral en que se ve sumergido el campo popular desde la derrota del 2015. Tanto La Cámpora, como Nuevo Encuentro y las organizaciones que le son fieles, ven en la aceptación de Cristina en el conurbano, la llave maestra de la victoria. La Matanza es el bastión kircnerista más fiel. En esa geografía, las figuras del ex intendente Fernando Epinoza y su actual sucesora, Verónica Magario son los que fogonean unificar a todo el PJ detrás de la figura de CFK.

En ese mar de especulaciones, muchos intendentes encuestas en mano, se están arrimando al fuego de este armado. Es obvio, necesitan cerrar con CFK para garantizar el control de sus concejos deliberante y asegurar la paz en sus feudos.

LOS ESMERALDA SUEÑAN CON RANDAZZO

 No obstante, hay otros alcaldes, como los alienados en el Grupo Esmeralda, que resisten a Espinoza. Han puesto sus ojos en el ex ministro del Interior, Florencio Randazzo. Lo ven como una suerte de Mesías de la renovación para competir con Cristina. Randazzo cree que en una interna abierta contra la ex mandataria puede quedarse con gran parte del voto massista y dar el batacazo. No obstante, los Esmeralda se cuidan mucho de no cerrar nada aún. Piensan que si las encuestas se mantienen como hasta ahora, no va a tener sentido oponerse a la ex presidenta y en todo caso se prepararían a negociar buenos lugares en las listas. No están del todo seguros de descansar sobre las espaldas de Randazzo, ya que el ex ministro mandó a decir que va a jugar, pero aún no hay nada en concreto.

 El opinódromo sostiene que Randazzo es la puerta para sanear al peronismo. Es posible que durante la semana que comienza, el ex ministro empiece a dar señales. Si es que quiere polarizar con el cristinismo, le espera una tarea titánica. En la entretela de esa construcción, lo que se comenta es que CFK arranca con ventaja. Tiene la estructura más o menos armada. Cada vez que tira un tuit o mueve el tablero con alguna declaración pirotécnica, el alineamiento que logra entre sus seguidores, es inmediato.

Randazzo sabe que de esos 30 puntos de imagen positiva de la ex mandataria,  puede disputárselos al ser traducidos en intención de voto. Entre las especulaciones, una gran parte del PJ y hasta algún votante descontento del PRO, podrían darle una mano en las urnas. El chivilcoyano tiene que ordenar la tropa y salir a buscar las adhesiones que su rival ya tiene. Por eso en las últimas semanas se ha lanzado a la reconquista de gremios como UPCN, mecánicos, taxistas y otros de menor envergadura. Cuando queden sellados los acuerdos la señal de lanzamiento será inmediata.

LA GUERRA CON CRISTINA

"El Flaco no le teme a Cristina. Ya lo demostró cuando le torció la muñeca, al negarse a ser candidato a gobernador bonaerense. Aquella vez, se dijeron de todo", reconoció una fuente confiable de ese entorno. Otro dato a tener en cuenta, es que además de la posible polarización y del apoyo de lideres sociales y gremiales, los randazzistas evalúan un fenómeno que ha crecido en la última elección. Tiene que ver con la independencia de criterio del votante. En el conurbano profundo hubo hechos que no se pueden explicar de manera lineal. Cortes de boleta específicos a favor de algún intendente en lo territorial, combinados con un voto diametralmente opuesto para el Ejecutivo Provincial. Fue una verdadera ingeniería de corte a favor de Cambiemos por parte de votantes que no respondían a su estereotipo. Si esa gente está desilusionada y  pasa un mal momento económico a causa del Gobierno, se presenta para Randazzo un nicho que le podría ser favorable.

Frente a este escenario, Mauricio Macri está preocupado porque le faltan candidatos bonaerenses.La historia es difícil que se le repita. Hace dos años apostó por una desconocida, María Eugenia Vidal, que en medio de circunstancias excepcionales, ganó. Casi descartado el primo Jorge Macri, por la baja popularidad de su apellido en el conurbano, las opciones se cuentan con los dedos de la mano. Elisa Carrió, es una buena carta, pero algunos sostienen que no quiere lanzarse en Provincia por su estado de salud. Aunque no es definitivo, podría definirse en los próximos días. El neurocientifico Facundo Manes, no despega en las encuestas, ni funciona en los focus  groups. En los últimos días corrió la versión de sacar a la cancha, al jefe de Gabinete, Marcos Peña. Una señal, fue el alto tono proselista que el funcionario utilizó en su discurso en el Congreso, cuando le enrostró al FPV: "háganse cargo de lo que hicieron". 

Con este escenario, y con la promesa del presidente Macri de que ella será quien tenga la última palabra en las listas de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal tiene un candidato bajo la manga.

Varias veces dentro del PRO se dijo que uno de los intendentes nuevos del espacio sería una muy buena opción para sostener el discurso de renovación de la política. Y quien saca ventaja hoy por hoy es el jefe comunal de Tres de Febrero, Diego Valenzuela.

De todas maneras, pese a que Vidal, aunque no compita en las listas, es el as de espadas de Cambiemos, si de aquí a octubre no mejora la situación económica, será muy difícil esperar un milagro para el oficialismo. Hasta aquí, la intrincada topografía para una elección donde todavía puede haber muchas sorpresas con las candidaturas. La ruleta está en marcha: ¡Hagan juego, señores!

 

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP. Su correo electrónico es [email protected].