Apenas representan el 1,5% de la población mundial. En un planeta en donde predominan los rubios, castaños y morochos, los poseedores del gen MC1R, responsable de sus cabelleras naranjas, pecas y piel blanca, han sufrido a lo largo de la historia calumnias y perjuicios de todo tipo. Por eso, los representantes argentinos, orgullosos de su condición, se agruparon en una página de Facebook llamada Pelirrojos Club para reivindicarse. El próximo sábado se realizará una reunión masiva a pedido de sus integrantes platenses, que será a las 15 en Plaza Moreno.

“No somos un conjunto dedicado a la autoayuda, somos un grupo recreativo: nos juntamos, compartimos historias y vivencias. Tenemos nuestra reina, rey, miss pelirroja y el míster barba roja. Además, abordamos temas como el bullying y tratamos de erradicar y desmitificar alunas falsas creencias o mitologías”, explicó a este medio Omar Fornataro, fundador del grupo virtual.

Algunos de esos mitos que perjudican la imagen de los pelirrojos datan de la época de la Antigua Roma. Tras una batalla perdida en el noroeste de Europa, los romanos comenzaron a acusar a los colorados nórdicos de bárbaros y salvajes. Con el paso del tiempo, las falsas creencias traspasaron las fronteras y en occidente empezó a tomar fuerza la idea de que traían “mala suerte”. “Son actos que rozan la discriminación. De chico me molestaba bastante, pero siempre estuve muy seguro de mí mismo”, manifestó Fornataro.

Luego de que en 2006 la revista National Geographic publicara un artículo en el que se afirmaba que en 150 años la comunidad pelirroja iba a dejar de existir, un fotógrafo holandés decidió convocar a personas con las cabelleras naranja para tomar un gran retrato que perdure en la historia. La asistencia fue tan masiva que, desde esa fecha, todos los 7 de septiembre se festeja en todo el mundo el Día del Pelirrojo.

Dos años después de ese acontecimiento, en 2008, Fornataro, decidió armar en la Argentina el grupo en Facebook, que empezó con dos personas y, al día de la fecha, ya supera los 16.000 participantes.“No tenía muchas esperanzas de que prosperara y ahora somos un gran grupo en el que no solo interactuamos colorados, también hay padres y familiares de pelirrojos. Estamos en contacto con otros diez grupos similares de países hispanos parlantes. El falso dato de la revista, que años más tarde fue desmentido, al menos sirvió para que nos juntáramos”, se mofó Fornataro.

Según el fundador de este masivo grupo, lo mejor de ser pelirrojo es que “somos edición limitada”, según explicó con cierta sorna. “En la Argentina apenas somos el 1% de la población y nunca pasamos desapercibidos. Además, en mi juventud, siempre me rindió con las mujeres”, concluyó entre risas este hombre de 53 años.