Sábado 2 de agosto de 2025 - Edición Nº4329
Diario Full » SOCIEDAD

Impactante relato de un pibe salvado por la obra del Padre Cajade

El Polaco tenía destino de pibe chorro. Pero la obra del Padre Cajada, la que hoy agoniza por la desidia del gobierno provincial, le salvó la vida. Una carta y un diálogo conmovedores


"Ricardo de Udaeta, el “Polaco”, pasó su infancia en institutos de menores hasta recalar en la obra de Carlos Cajade. Desde La Pampa, donde reside junto a su familia y transita una vida de militancia, este joven de 30 años escribió una emotiva carta donde relata con cruda sencillez los vaivenes de su vida y la importancia de su paso por la obra del cura platense". Con esta introducción el diario Diagonales presenta la carta escrita por este jóven que además contó su historia en el programa de Marianella (221 radio-103.1) . El siguiente escrito es una fiel radiografía de la trascendencia que en la vida de un niño o adolescente tiene la contención de un hogar. Hogar que por estas horas peligra por la falta de fondos.

 Nací el 26 de junio de 1984 en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, recién florecida la democracia donde Alfonsín continuaba el primer año de mandato como presidente elegido por el voto popular.

Soy el más chico de mis 3 hermanos. A los 5 años de edad fui internado en un instituto de menores. El motivo es la problemática de alcohol que padecía mi vieja y mi viejo, esto junto a las golpizas que nos daban y el abandono alimentario y demás… mis primeros tiempos en el instituto Remedios de Escalada de San Martin a quienes denominábamos “los grillitos”; no tengo muchos recuerdo más bien cuestiones aisladas, hechos puntuales, algunas macanas que nos mandábamos con el grupo de los “chiquitos” (por que el instituto era para pibes de 5 a 14 años y se dividía en grupos de chiquitos medianos y grandes al igual que los dormitorios).

También recuerdo algunos castigos como arrodillarse en el “rincón” mirando la pared sobre el maíz que los preceptores ponían en el suelo o el aislamiento por horas en caso de romper alguna regla del lugar…

A lo largo de mi corta vida pase por más de 6 o 7 institutos de menores, todo denominados “asistenciales” (porque existían los de causas “penales” también), siempre en la provincia de Buenos Aires, en pleno gobierno neoliberal… Recuerdo las zapatillas Flechas de Ruckauf (gobernador de la provincia por esos años). Recuerdo también que la ropa o vestimenta que teníamos eran todas del mismo color como si fuesen uniformes, con un numero que nos correspondía a cada uno, el mismo número era para la ropa, el cepillo de dientes, las sábanas, frazadas, toallones. En casi todas las cosas de uso personal yo era el numero 14. Ese número lo tuve por casi 5 años hasta que me trasladaron a otro lugar.

En la provincia de Buenos Aires existía una ley de la minoridad que se denominaba Ley de Patronato donde si tenías problemáticas derivadas de la pobreza el poder judicial era quien intervenía en el núcleo familiar donde el juez tomaba la potestad de padre y reemplazaba a la familia (actualmente esa ley esta derogada y fue reemplazada por la 13.298 de la cual milite para que así sea).

En muchos de los lugares por los que pasé teníamos celadores o preceptores o “tixs” como se les decía en esos ámbitos. Estos rotaban cada ocho horas y cada uno de nosotros teníamos que adecuar nuestro comportamiento según el antojo del que esté de turno. Si bien es cierto que teníamos el techo, la comida, la vestimenta, el gas, la luz, etc. garantizado, los VINCULOS allí existentes eran enajenados. Jamás a ninguno o ninguna (porque había lugares para varones y otros para mujeres) de nosotros se nos guardó un diente de leche, el cuaderno de jardín o primer grado. Lo afectivo era visto negativamente… Bue, tendría tantas cosas más que decir pero no viene a la cuestión.

En el transcurso de mi vida pasé por más de 11 escuelas y los dos turnos de cada una debido a los traslados de una institución a otra y a la “mala conducta” que solía tener en esos tiempos.

Ya cumpliendo los 14 - 15 años fui trasladado al hogar de Carlos Cajade, un cura de la línea tercermundista que tenía un hogar para pibes de la calle de La Plata. La estructura edilicia era distinta y la organización interna también. Consistía en unas 8 - 9 casitas con el tipo de familia “normal” mas 7 - 8 pibxs venidos de la calle y a diferencia de los institutos el hogar era mixto. El clima familiar era distinto.

Esto sucedió entre el año 98 - 99 cuando se estaba agotando el menemismo, cuando se fortalecía el CTA y los piqueteros de Mosconi, Cutralcó se avecinaban producto de las privatizaciones y el desguace del Estado.

En este contexto, en las afueras de la ciudad estaba participando inconscientemente de uno de mis primeros acontecimiento políticos, la fundación del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo integrado por decenas hogares de pibxs de todo el país e impulsado por Carlos Cajade y Alberto morlachetti, este ultimo del hogar Pelota de Trapo, de Avellaneda.

Ahí aparecieron mis primeras asambleas con mis pares. Después con los educadores a quienes empezamos a reclamarles cosas, después con el barrio donde encontramos los mismos reclamos.

Acá mis primeros trabajos en los productivos del hogar, en cultivos naturales. Teníamos 2 hectáreas adonde sembrar y cosechar y llevar a domicilio procesado y elaborado. Luego fui a la imprenta, luego a la panadería, luego al kiosco que logramos en la legislatura, en gobernación, luego al buffet de judiciales… hasta que caí en LA PULSEADA, una revista que sacó el hogar en pleno 2001/2002. Era vendida por desocupados que estaban vinculados a más decenas de comedores populares de la ciudad. Salía 2 pesos. 1 se quedaba el vendedor, 50 centavos el comedor y 50 centavos la revista para poder volver a imprimirla. Hecha por un staf de periodistas increíbles como Demaestri, Fanjul, Badenes, Sahade, Cacopardo, Jeked y hasta los pibes teníamos nuestro lugar…

Marcelo Iafolla, mi educador, me dio la enorme responsabilidad de coordinar toda la distribución con 17 años (se imprimieron hasta 8 mil ejemplares al mes), en una época donde el faso, la merca, el copete, el poxirrán me estaban convidando otras experiencia.

Tenía que repartirle a todos los comedores las revistas, meterme a todas las villas, charlar con todxs los referentes barriales, resolver cuestiones cotidianas de guita, atender los pedidos y todo lo que la coordinación implicaba. Y yo con 17 años en plena joda… Ahí me di cuenta de cuánto podía, de todo lo que me estuvieron callando por tanto tiempo. De todo lo que podíamos hacer. Jamás en este transcurso los sectores medios de la sociedad nos veían con buena cara.

Cajade era visto como el que amparaba a los chorros, drogadictos, vagos, etc. Después de la marcha por la vida que hicimos de La Quiaca a Buenos Aires, recién después de la marcha grande de Rosario a Capital, recién después de la bicicleteada, después de la marcha de Misiones hasta la Ushuaia, todas estas reclamando el derecho a la vida, denunciando que en nuestro país se nos morían más de 56 pibes por día por desnutrición… pero después del corralito que aplicó Cavallo se empezó a cantar “piquete y cacerola la lucha es una sola”. Después que a la clase media les tocaron el bolsillo.

Son muchas las experiencia que podría contar, pero no sé si es el momento o el lugar oportuno. Pasó el argentinazo. Pasó Kosteky y Santillán. Ejemplo de lucha y de la juventud militante porque la militancia no empezó en 2003 como algunos quieren hacernos creer.

En abril de 2005 nació Tomás, donde el gobierno kirchnerista prometía respiro. Egresé del hogar, laburé en muchos lugares precarizado, explotado, viví con el mango justo, hasta que después de remarla tanto conseguí laburo en el Estado y esto me permitió dedicarme a otras cosas, fundamos junto a otros compañeros la Asamblea Permanente por los Derechos de la Niñez en la ciudad de La Plata en pleno conflicto gobierno – campo. En ella laburábamos con pibes en situación de calle. Luego me mudé a La Pampa acompañando a Vivi, que extrañaba su lugar. Renuncié al laburo, a todo y para acá me vine a fines de 2009, donde fundamos junto a compañeros de Pico la asamblea permanente por los derechos de la niñez, el foro de niñez de Santa Rosa y más luego el movimiento de trabajadores desocupados de General Pico….

Actualmente estoy en tercer año de profesorado en educación primaria en la facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de La Pampa, militando en la organización estudiantil Nilda Masci".

 

“ACA NO SE RINDE NADIE”

Gracias cajade.

RICARDO DE UDAETA.

Fuentes: 221 radio y diagonales

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