En plena dictadura militar el 14 de marzo de 1978 en el pabellón número 7 de la Unidad 2 de Devoto, de la Ciudad de Buenos Aires unas 65 personas (64, según la versión oficial) murieron asfixiadas, quemadas o baleadas, por efectivos del Servicio Penitenciario Federal.

En 2014 la Cámara Federal Penal consideró que los hechos constituían crímenes de lesa humanidad y ordenó reabrir la investigación. Una investigación reveló que las victimas fueron 74 y que el servicio penitenciario impidió el ingreso de los bomberos que llegaron al edificio para sofocar el incendio, argumentando que la situación ya había sido normalizada. No hubo ningún registro de víctimas fatales entre el personal del Servicio Penitenciario Federal; sólo cinco heridos leves.

Un sobreviviente aseguró que en un televisor blanco y negro estaban viendo una película y que un penitenciario los obligó a apagarlo. No le hicieron caso y una hora después llego una requisa brutal,preludio de otra peor. 

Al ver una nuevo intento de los carceleros de entrar fuertemente armados, los reclusos taparon la puerta con colchones. “Alguien” tiró combustible sobre esos colchones y los penitenciarios bloquearon toda posibilidad de escape. 

En pena dictadura, pese a la repercusión de esta masacre, los únicos imputados fueron los propios presos sobrevivientes; y las muertes quedaron impunes. Por esos tiempos torturas o asesinatos cometidos contra “presos comunes”, eran moneda corriente.

Entre las victimas fatales de aquella masacre, figuraba un platense, conocido y apreciado. Y para mejor identificarlo hay que rastrear en los orígenes del rock nacional y de una banda que resultaría cuna de otras mucho mas conocidas.

Dulcemembriyo fue una banda de rock creada en 1967 ( o tal vez 68) en la ciudad de La Plata, y que se disolvió en 1972, para que quienes la conformaban pasasen a jugar en la primera del rock nacional con nuevas bandas inolvidable.

Los memoriosos (y añosos) recuerdan alguna actuación en en entonces Jockey Club, con versiones de The Who, Steppenwolf o Black Sabbath, además de algunas canciones en castellano con letras de un entonces desconoicido Luis “El Indio” Solari.

El grupo estaba integrado originalmente por Luis María Canosa como vocalista, Federico Moura en bajo y coros, Pinfo Garriga en guitarra y Diego Rodríguez en batería, a quienes se sumó Daniel Sbarra aportando una segunda guitarra a la banda.

Tal vez la mayor relevancia de este grupo fue el destino de sus integrantes, ya que Federico Moura y Daniel Sbarra serían parte del grupo Virus, de gran éxito en los años 80.

Por su parte Sbarra, Garriga y Rodríguez formarían parte en los años 70s de la banda que junto a Miguel Abuelo grabaría un disco de rock en Francia, titulado Miguel Abuelo & Nada, habiéndose denominado aquella agrupación precisamente Nada. Algunos críticos musicales aseguran que ese disco francés fue el mejor de la carrera de Miguel Abuelo.

Queda para el final el vocalista Luis María Canosa, que fue asesinado junto a otros 60 reclusos en el Pabellon 7 de la cárcel  de Devoto el 14 de marzo de 1978 en lo que se llamó el Motín de los colchones”.

En el tema “Toxi Taxi”, del álbum La mosca y la sopa(1991) El Indio recuerda a Luis Maria y posteriormente, y en su etapa de solista, lanza el tema “Pabellón séptimo (relato de Horacio)”, una denuncia contundente del asesinato brutal de reclusos bajo la excusa que se amotinaron porque les hicieron apagar el televisor.

Luis Maria Canosa estaba en el pabellón Septimo por tenencia de una ínfima cantidad de droga. También en el mismo pabellón residia otro platense que sobrevivió: Edgardo Gaudini. un profesor de física y química y asociado al nacimiento de “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota“.  En uno de los primeros recitales de la banda, posiblemente en el auditorio de Bellas Artes, Gaudini vestido de sultán, repartió entre el público los redonditos de ricota que cocinaba.

Se cumplen 40 años de la masacre. “Crónica de muertes silenciadas“. del criminólogo Elías Neuman y “Masacre en el pabellón séptimo”, de Claudia Cesaroni, ilustran con cruda contundencia como a dictadura asesinó a los internos de Devoto.