jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3865
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En La Plata operan 5 mil manteros, en un negocio de $70 mil millones al año

* Por Jorge Joury.- La comercialización de productos truchos en la vía pública impacta fuertemente a nivel local y se expande a lo largo y lo ancho del país. La Plata es la cuarta ciudad con mayor cantidad de vendedores a nivel nacional. A través de 655 ferias ambulantes conocidas como "saladitas", manteros, callejeros y talleres clandestinos, funcionan en 115 localidades, con más de 90 mil puestos de venta.


 
De esa manera, ponen en jaque a la industria nacional, absorviéndole el 40% de facturación. Por esta actividad, el Gobierno deja de percibir 12 mil millones de pesos anuales en concepto de IVA. Hay que decir también que en la mayoría de los casos la población se pone del lado de estos trabajadores informales, que no tienen otra forma de ganarse la vida y a los que hay que darles una solución.
En La Plata la venta callejera clandestina se ha convertido en una verdadera pesadilla para las autoridades municipales. Pese a que los operativos se suceden,(FOTO)  la Municipalidad siempre pierde la batalla, ya que a los pocos minutos de que los móviles de Control Ciudadano y efectivos de la Policía Local se retiran, los puestos se vuelven a montar e incluso se ofrecen productos de estación como, por ejemplo, lo fueron los huevos de pascua la semana pasada. Con características de una mini saladita, solo en la cuadra de 47 entre 7 y 8 es frecuente observar entre unos diez y quince puestos ilegales con ropa, calzado, artículos de mercería, fundas de teléfonos celulares, mochilas y carteras, películas en DVD, anteojos de sol, recetados y hasta frutas.
El secretario de Convivencia y Control Ciudadano, Roberto Di Grazia, no quiere bajar la guardia y señala que habitualmente se levantan los puestos que venden esos accesorios, y se intima a los manteros a retirarse del lugar.
El funcionario reflexiona con que  “la venta ambulante ilegal es un tema que decidimos erradicar a través de diversos procedimientos, trabajando en forma conjunta con distintas áreas comunales en puntos neurálgicos de la ciudad”.
El despliegue oficial incluye patrullajes en auto y motos de la Policía Local y camionetas del organismo de control municipal. Por lo general se pone la atención en la avenida 7, el punto de mayor venta, pero no se descuidan otros lugares de la ciudad donde se aplica la misma metodología.
Pese a los intentos fallidos de controlar la venta ilegal en las calles, porque luego los vendedores vuelven al ataque,desde la Comuna se insistió con que se avanza en la elaboración de un ‘Código de Convivencia y Regulación del Uso del Espacio Público’ que contempla el abordaje de diversas problemáticas y pretende avanzar en su solución con mejoras en los mecanismos de control.
En esa línea, se anticipó que los inspectores continuarán exigiendo el cumplimiento de los artículos 129, 132 y 133 de la Ordenanza Municipal Nº 6147/85, vinculados a la obstrucción y comercialización en la vía pública. Además se advirtió que ante la venta ilegal se contempla como medida cautelar el “decomiso”, establecido en los artículos 21 y 373 de la misma norma.
 
LO QUE SE PIERDE POR LA VENTA CLANDESTINA
 
De La Plata a Ushuaia, la comercialización de productos truchos florece como hongos venenosos a lo ancho y lo largo del país. La crisis económica ha traído estas postales del pasado a través de los clubes de trueques, las ferias denominadas "saladitas", manteros, venderores ambulantes y talleres textiles clandestinos. Se trata de un negocio ilegal que factura unos 70 mil millones de pesos al año. Frente a esta dramática realidad, se pierden miles de puestos de trabajo y el Gobierno deja de recaudar casi 12 mil millones de pesos anuales en concepto de IVA. Esta red opera en todo el territorio a través de 655 ferias ambulantes no registradas ante la ley, con más de 65.000 puestos que ponen en jaque a la producción e industria nacional.
Según datos suministrados por la Secretaría de Comercio Interior, el mercado ilegal le saca el 40% del total de las ventas a la actividad lícita, creciendo solo en los últimos cinco años un 100%. Tan penetrante ha sido el desarrollo de este formato comercial que hay ferias de este estilo en 115 localidades de la Argentina, superando la cifra de 90.000 puestos clandestinos. En su mayoría, la mercadería de venta ilegal llega también de forma irregular, manejándose todo el circuito en la informalidad. El radio de acción va desde los talleres clandestinos - funcionan alrededor de 350 en todo el país- hasta los registrados, que en algunos casos evaden la ley con mercadería en negro, o bien en forma de contrabando “hormiga” por las extensas fronteras del país, o directamente a través de piratas del asfalto. El crecimiento del comercio clandestino se debe a tres factores. Por un lado, a la falta de controles que da lugar a que el fenómeno se expanda. El segundo, al aumento de la cantidad de gente que buscando precios más accesibles cambia consumo formal por informal y alienta a incrementar la masa de vendedores irregulares, que al no pagar impuestos, ni cumplir con  normativas de seguridad o higiene, ofrecen productos a valores mucho más bajos. Y tercero, al mayor desempleo, que generó que más personas encontraran en esta modalidad, una vía de supervivencia.
 
LA PLATA EN LOS PRIMEROS PUESTOS DE LA VENTA ILEGAL
 
La competencia desleal provoca enormes daños a la producción nacional, ya que gran parte de la mercadería que se vende en las “saladitas”, se estipula que cerca de un 45%, viene del exterior, lo que representa menos trabajo nacional y un mayor perjuicio para las pymes, provocando que solo en el primer cuatrimestre de este año, veinte pequeñas empresas por día cerraran sus puertas.
A la situación de las ferias y sus puestos ilegales se le suma la de los manteros que se ubican alrededor de estos predios y venden también sus mercaderías al margen de la ley. Aún sin datos precisos, porque varían todo el tiempo, se cree que existen alrededor de 50.000 puesteros en todo el país y que 25.000 de ellos, es decir la mitad, se encuentran entre el terreno porteño y en la Provincia de Buenos Aires.
Solo en la ciudad de La Plata habitan casi 5 mil manteros y puestos ilegales de venta de artículos, lo que la convierte en la cuarta ciudad con mayor cantidad de vendedores ilegales del país. Este ranking  es liderado por la Capital Federal y por San Salvador de Jujuy, que cuenta con el triste récord de poseer un puesto de venta ilegal cada 28 habitantes.
 
NUMEROS DE UNA REALIDAD QUE METE MIEDO
 
Los rubros productivos donde más impacta este mercado prohibido son el de la indumentaria, el calzado y el juguete. Los números que muestran las cámaras de estos sectores reflejan que el 35% de las transacciones que se realizan en territorio nacional son de origen clandestino o provienen del contrabando, y que ello se lleva a cabo con importaciones que pasan sin controles por la Aduana. Por esto piden un mayor accionar por parte del Estado para frenar este fenómeno que, en vez de retroceder, no hace más que aumentar.
Una realidad compleja sin solución por el momento, que ha llevado a que desde las cámaras comerciales se le pida al Estado nacional reglas de juego claras y coherentes para luchar contra la ilegalidad en el sector, que está poniendo en riesgo miles de empresas y puestos de trabajo. Para que el lector tome nota del cuadro de situación sobre la magnitud del negocio, los siguientes datos estadísticos son contundentes:
 
Hay en el país 65.000 puestos en ferias comerciales ilegales.
 
Alcanzan a unos 25.000 los manteros que operan en Capital Federal y provincia de Bs. As.
 
Son 655 las “saladitas” diseminadas en todo el país.
 
A nivel nacional operan unos 350 talleres clandestinos.
 
El 70% de los DVD se compran en las calles.
 
El 62% de los videojuegos son truchos.
 
El 55% de los CD musicales que se comercian son ilegales.
 
El 40% de las ventas totales se le saca a la actividad legal.
 
El 50% de la ropa que se compra es de contrabando o hecha en talleres clandestinos.
 
Unos $70.000 millones al año recaudan las ventas no reguladas por la ley.
 
Los especialistas consultados por DIARIO FULL  sostienen el crecimiento exponencial del negocio de lo trucho tiene que ver con las políticas de ajuste que tomó el Gobierno, lo cual agravó la situación social que vive el país. La pobreza y el desempleo incrementan la ilegalidad, a lo que se le suma la caída del salario y el consumo. Ese deterioro que afecta a la población empobrecida en la Argentina es la que se expresa en el crecimiento de las llamadas saladitas. Esto es un claro síntoma de la crisis, un fenómeno estructural de la Argentina que no viene de ahora, sino de arrastre de varios años, agudizándose con la política empleada por Mauricio Macri. Muchos sectores que son parte de esa irregularidad, como los trabajadores no registrados, son los que pueblan estas actividades irregulares respecto del fisco.Finalmente, la Unión de Usuarios y Consumidores, puntualizó que "la precarización de la economía se genera, por un lado, por la falta de trabajo. Muchísima gente que fue despedida y no tiene empleo formal, ve en la venta ambulante o callejera un método de subsistencia". La ciudadanía en general no se manifiesta en contra de este comercio. Por el contrario, recurre a él por los precios más acomodados al bolsillo. Además, ve a la actividad como la única fuente de recursos de miles de personas que luchan para no quedar fuera de sistema. Por lo tanto, es necesario que la comuna busque un espacio donde puedan desplegar la actividad, sin afectar al comercio de la zona céntrica, que permanentemente pone el grito en el cielo.
 
 
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Además, fue declarado personalidad destacada del periodismo, por el Concejo Deliberante de La Plata. Su correo electrónico es [email protected]. Quienes deseen consultar su blogs, pueden dirigirte al sitio: Jorge Joury De Tapas.

 

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