La deuda es una bomba de tiempo y la huida de Caputo suma más sospechas
* Por Jorge Joury Los economistas más destacados sostienen que no hay que perder la mirada en el peligroso crecimiento de la deuda externa. Aseguran que puede llevar a la Argentina a otro default. Mientras tanto, el ministro Luis "Toto" Caputo, a quienes en el Gobierno califican como "El Maradona de las finanzas", trató de desactivar las alarmas. Pero terminó alimentando más sospechas en el Congreso sobre los mecanismos para pescar dinero en los mercados
Ante los legisladores de la Bicameral de Seguimiento de la Deuda Externa tiró la pelota afuera. En esta nota el lector podrá encontrar la entretela y el perfil de un hombre que con cara de póker, disparó alegremente que tener sociedades offshore en guaridas fiscales “no es delito” y las comparó con “las cajas de seguridad”. Después del polémico papelito que perforó el mundo mediático, el Gobierno festejó porque el escándalo tapó todo. La oposición quedó colgada de un gancho sin poder conocer por qué el país se ha convertido en el mayor emisor de deuda del planeta.
En su declaración el ministro Caputo dijo tener “todo bien declarado” ante la AFIP y la Oficina Anticorrupción. Y negó nuevamente ser dueño del grupo inversor Noctua Partners II LP –que omitió en su declaración jurada como funcionario– pese a que la compañía lo declaró como uno de sus propietarios “indirectos” ante la bolsa de valores de los Estados Unidos. Y luego minimizó su inclusión Paradise Papers, donde el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) reveló las compañías offshore del ministro. Pero terminó desatando un escándalo por una nota manuscrita que le envió a la diputada Gabriela Cerruti ("mis hijas tienen 11 y 13 años, no seas mala") con la que aprovechó para fabricar una situación de efervescencia y huyó del Congreso sin terminar de responder las preguntas de los legisladores.
Su descargo, sin embargo, deja un manto de sombras: ¿quién era el dueño de ese capital al cual prestó su nombre? ¿Quién era el beneficiario final que permaneció en las sombras? "Yo no tenía que declarar esas acciones ante la Oficina Anticorrupción (OA) ni ante la AFIP porque al ser una tenencia nominal no era parte de mi patrimonio. Está declarado por su dueño", sostuvo el ministro, sin identificar quién es.
Según los expertos en finanzas, "tenedor fiduciario es la persona que actúa con la diligencia de un buen hombre de negocios sobre la base de la confianza depositada en él por una persona o un grupo de personas que le piden que administre sus bienes.Si Caputo fue un tenedor fiduciario, eso debería figurar en los estatutos de la conformación de Noctua, debería estar documentado", agregó. Pero el miércoles en el Congreso, Caputo no exhibió ninguna documentación, aunque dijo que lo hará ante la Justicia. Finalmente, en Cambiemos fue todo fiesta. El escándalo tapó todo. En la Casa Rosada consideran que la actuación de Caputo tuvo un final feliz. La oposición se quedó frustrada y con muchas dudas porque Gabriela Cerruti cayó en la trampa con el famoso papelito que se convirtió en papelón.
El ministro es investigado en los tribunales por omisión maliciosa en su declaración jurada. Es decir, se busca determinar si deliberadamente evitó informar su vinculación con Noctua.
Una vez terminada la tormenta que vivió Luis Caputo en el Congreso Nacional, la bajada de linea desde Presidencia, pasando por la jefatura de Gabinete de Marcos Peña, fue respaldar nuevamente al ministro de Finanzas y, si hace falta, ratificarlo en su cargo. Y avalar todos sus próximos movimientos de colocación de deuda ya programados, incluyendo la operación por 4 mil millones de dólares en el mercado interno que está por lanzar el ministro de Finanzas. La instrucción llegó a todas las espadas mediáticas oficiales (funcionarios y otros) e, inmediatamente, el efecto comenzó a verse en las redes sociales. En lo que se pueda, Caputo debería verse como un triunfador en la sesión bicameral y el kirchnerismo como un grupo de energúmenos que complicaron la buena fe y voluntad del ministro de aclarar los tantos.
Más que el nivel de deuda, en lo que hay que poner la lupa es el ritmo al cual esta crece. No es fácil encontrar en la historia argentina niveles de deuda pública que hayan crecido tan vertiginosamente como ahora. Eso se debe, tal como el propio ministro admitió, a los exorbitantes niveles de déficit fiscal consolidado, que entre el Tesoro y el BCRA llega a superar cómodamente el 9% del PBI.
FRENTE A LA AMENAZA DE VOLVER AL 2001
La posibilidad de que Argentina sufra una píña y termine nocaut con otro default como en el 2001, es un escenario probable. Lo sostienen a viva voz la mayoría de los economistas. La situación tiene que ver con el peligroso nivel de endeudamiento que ha contraído el gobierno de Mauricio Macri. El panorama es altamente explosivo, ya que esta semana el ministro de Finanzas Luis Caputo, avanzó con otra emisión de bonos a siete años por 5 mil millones de dólares. Hay que recordar que esta medida viene como furgón de cola de los 9 mil millones de dólares colocados con otra emisión en enero. La meta del Gobierno es alcanzar este mes el 60% de las necesidades financieras que requiere para completar el programa de emisión de deuda del 2018.
La idea del Ministerio de Finanzas que conduce Luis Caputo, es sondear la posibilidad de colocar entre 3 y 4 mil millones más con operaciones similares a la realizada con la entidad privada, con lo que sólo necesitaría otros 5 mil millones para casi completar las necesidades de financiamiento de todo el año. El objetivo es adelantarse y cerrar en el primer semestre del 2018 los requerimientos de todo el ejercicio, para lo que sería un último tramo del año con intereses más caros que los actuales. Al menos es lo que los mercados mundiales esperan que pueda suceder en el último tramo del 2018. Caputo necesitaba para este ejercicio un total de treinta mil millones, de los cuales ya colocó unos veinte mil y ya tiene autorizada una emisión por cuatro mil más, con lo que restarían aproximadamente seis millones para cerrar el año. La intención es tener la tranquilidad de que la mayor parte de los requerimientos ya están disponibles, para buscar con calma el remanente en las plazas internacionales más convenientes evitando al máximo Wall Street. Así se los hizo saber a los principales operadores de Nueva York hace unas dos semanas, cuando advirtió que no pensaba hacer nuevas colocaciones en esa plaza en lo que resta del año. Tampoco descarta incluso analizar mercados con monedas alternativas.
También la provincia de Buenos Aires colocó el jueves pasado un bono en pesos a tasa variable por $30.000 millones en el mercado local con vencimiento en 2025. El monto fue superior al estimado por el mercado que preveía que no superara los 22.000 millones. La seguirán en las próximas semanas las provincias de Entre Ríos, con una colación de Letras, y la de Río Negro también con bonos a tasa variable, pero a 2020.
Frente a este cuadro de situación, el ex secretario de Finanzas Guillermo Nielsen recomendó al Gobierno ser "más prudente" con el manejo de la deuda, y advirtió que la Argentina "está dando pasos" hacia una crisis "como la de 2001", que provocó el default. Ahora no tenemos viento de cola, tenemos que ser más prudentes con el endeudamiento y eso no lo estoy viendo", disparó el economista que fue una de las primeras espadas del ex ministro Roberto Lavagna.
Para el mediático economista Javier Milei, "esto termina seguro en una crisis, que cuando estalle me voy a encargar de recordárselo a cada uno de los que defendieron fuertemente el gradualismo y se amparaban en los pobres. Este es un país inviable por la voracidad fiscal".
La consultora Ecolatina, en tanto, indicó en su último informe que "producto del cambio en el mix de financiamiento, la deuda pública relevante (como porcentaje de exportaciones y PBI) casi se duplicó entre 2015 y 2017, y pasó de US$85.000 millones al momento del cambio de gestión, a poco más de US$150.000 millones al cierre del año pasado".Y advirtió: "En los próximos dos años, la deuda aumentará más rápido que la capacidad de generar dólares comerciales (genuinos). Por lo tanto, quien asuma a fines de 2019 encontrará una economía más dependiente del financiamiento externo que la heredada en 2015".
ARGENTINA LIDERA EL RANKING DE DEUDORES DEL PLANETA
El INDEC informó que la deuda externa alcanzó a fines de 2017 los U$S 232.952 millones y registró un incremento del 28,5% respecto de 2016. El pasivo externo se incrementó en U$S 51.782 millones en el último año, según las estadísticas oficiales.
Para que el lector tenga una idea de la magnitud del endeudamiento, según los últimos datos del Observatorio de la Deuda de la Fundación Germán Abdala indican que fueron 6.621 millones de dólares mensuales, 211 millones de dólares diarios, 8,8 millones de dólares cada hora o 146 mil dólares por minuto. A ese ritmo desenfrenado, la exitosa reinserción de la Argentina en los mercados financieros internacionales convirtió al país en el principal emisor del planeta entre diciembre de 2015 y octubre de 2017.
La apertura de un nuevo ciclo de endeudamiento externo requirió de un conjunto de transformaciones como el desmantelamiento de las regulaciones cambiarias, el pago a los fondos buitre, la liberalización de los movimientos de capitales, el restablecimiento del vínculo con el FMI y el alza en las tasas de interés. El proceso conducido por un equipo de ex directivos de grandes bancos internacionales se apalancó, además, en los bajos niveles de deuda heredados. En ausencia de la anunciada lluvia de inversiones extranjeras y frente al anémico desempeño de las exportaciones, la ancha y bien asfaltada bicisenda financiera que administran desde el Ministerio de Finanzas y el Banco Central ofreció el basamento del incipiente y heterogéneo proceso de crecimiento observado este año.
Argentina es el mayor emisor de deuda soberana para el período 2016-2018 cuando se lo compara con sus pares emergentes en lo que hace a emisiones de deuda soberana en moneda extranjera (en dólares y euros únicamente). Con 59.138 millones de dólares Argentina supera en un 97,1 por ciento (29.138 millones de dólares más) al segundo mayor emisor, Arabia Saudita (30.000 millones de dólares), y en un 195 por ciento al tercer mayor emisor, Indonesia (20.049 millones de dólares).
EL MARADONA DE LAS FINANZAS SUMA Y SIGUE
Para conocer los manejos de este submundo de dineros que van y vienen, hay que subrayar que el timonel de la deuda externa es el ministro de Finanzas Luis Caputo, uno de los preferidos del Presidente y llamado en la Casa Rosada "el Maradona de los números". Es un economista quien, a punto de cumplir 53 años, está considerado un profundo conocedor del mundo internacional de los dineros voladores, con vínculos que pocos tienen en la Argentina.
Además de haber cursado sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Cardenal Newman -como Mauricio Macri-, se recibió de licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires.
Y trabajó como jefe de Trading para América Latina del JP Morgan entre 1994 y 1998, y el mismo cargo para Europa del Este y América Latina en el Deutsche Bank entre 1998 y 2003. Desde ese año hasta 2008 fue presidente de la sede argentina de dicho banco
Ya como funcionario nacional, fue un hombre clave en la negociación con los fondos buitre, donde la Argentina accedió a pagar 9.352 millones de dólares estadounidenses, para cerrar ese capítulo que quedó abierto durante la gestión presidencial kirchnerista.
Ahora Caputo tiene dos frentes abiertos. Uno es el alto nivel de endeudamiento de la Argentina, que se ha profundizado durante la gestión macrista. Y otro, su situación patrimonial. Con una declaración de 55,75 millones de pesos, es el segundo miembro del gobierno nacional más rico.
Pero las dudas están puestas en sus participaciones en financieras offshore de las islas Caimán, Miami y Delaware. sobre las que se desconoce su real participación y declaración ante el fisco argentino y la Oficina Anticorrupción.
Sobre este tema, Caputo desató las iras de la oposición en el Congreso, cuando señaló durante su informe que "claramente no es delito el tema de las offshore. Piénsenlas como una caja de seguridad. Se usan porque son jurisdicciones impositivamente neutras y esto facilita mucho. Y también por seguridad jurídica. Es esencialmente por eso".
El ministro de Finanzas no declaró sus acciones en sociedades offshore tal como reveló el equipo argentino de Paradise Papers. Ocultar información sobre su patrimonio es un delito. Y fue más allá. Argumentó que “el tema de las offshore no es delito”. “Claramente no es. El único tema es tenerlas declaradas. Piensen en una offshore como una caja de seguridad”, graficó. Nada dijo sobre el origen de los fondos de esas cuentas.
LA AVENIDA ANCHA DE LA EVASION
En contraposición a lo que sostiene el ministro, “Offshore” significa fuera de la costa, pero en términos legales se refiere a empresas o sociedades constituidas fuera del país de residencia, en regiones donde cuya tributación es de un 0%. Las empresas offshore se crean en paraísos fiscales para evitar pagar impuestos.
Por el contrario se llaman empresa onshore (dentro de la costa) a aquellas que trabajan o realizan inversiones en el propio país de residencia o en países con similares leyes tributarias. Pero la línea que los separa es tan pequeña, que a veces esos resquicios legales son aprovechados por inversores para evadir impuestos.
Muchas empresas que sienten que la carga fiscal es mucho mayor en sus países de residencia, que en otras regiones eligen estas zonas llamadas “paraísos fiscales” para realizar sus inversiones. Estos países reciben a las empresas offshore para ofrecerles grandes ventajas impositivas, confidencialidad y seguridad, que no disfrutan en sus países de origen.
Según los últimos datos del Indec, los argentinos tienen en el exterior casi 239 mil millones de dólares. Si el Gobierno lograra que volvieran a confiar en el país y trajeran aunque sea una parte. los brotes verdes con que sueña Macri se harían realidad. Pero Caputo sostiene que habrá que esperar un tiempo. Ni siquiera el ministro de Energía, Juan José Aranguren, tras dos años de gestión, está convencido que Argentina no repetirá en un futuro los descalabros del pasado. Si los funcionarios tienen esta convicción, el último que apague la luz...
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Además, fue declarado personalidad destacada del periodismo por el Concejo Deliberante de La Plata. Su correo electrónico es [email protected]. Si querés consultar su blogs, podés dirigirte al sitio: Jorge Joury De Tapas.