La comunidad senegalesa de La Plata denuncia persecución y discriminación por parte del municipio y la policía por los constantes operativos contra la venta ambulante. Varios habían logrado comenzar a trabajar en la construcción pero esa oportunidad se cortó con el encarcelamiento del ex titular de la UOCRA, Juan Pablo el “Pata” Medina. El vocero de la comunidad aseguró al portal Infoblancosobrenegro que “rezan todos los días” por la liberación del dirigente sindical. Además, reclaman una mesa de diálogo con funcionarios locales para encontrar una solución al conflicto. “Hay compañeros que la están pasando muy mal, por suerte nos apoyamos entre nosotros”, relató.

 Khalim Bambaleye, más conocido como “Bamba”, comentó: “La policía y Control Urbano no nos dejan y trabajar. Nos maltratan y se llevan nuestra mercadería en forma ilegal, sin ninguna acta ni nada. A mí me detuvieron y me armaron una causa, nos persiguen como si fuéramos delincuentes pero somos trabajadores. Ahora ni siquiera nos atienden, directamente no nos abren las puertas”.

En La Plata se calcula que hay más de 200 senegaleses. La gran mayoría tienen DNI y también tramitaron el monotributo social en la AFIP para poder hacer aportes y contar con una cobertura de salud. Ahora están haciendo los pasos previos para conformar una asociación que los nuclée y les permita defender sus derechos.

“Nunca nos dieron ninguna opción. El único que nos escuchó y nos dio una oportunidad fue Juan Pablo ‘Pata’ Medina. Después de que cayó preso muchos nos quedamos sin laburo y tuvimos que volver a la calle porque no nos quedó otra. Muchos estaban trabajando en obras gracias al ‘Pata’”, aseguró “Bamba”.

Y agregó: “Yo estuve trabajando un año en obras, cobraba un salario digno y no pensaba volver a la calle, pero después me quedé sin trabajo. Todos preferimos otro trabajo, vender en la calle es lo peor, nosotros no lo elegimos, lo hacemos porque no tenemos otra oportunidad”.

“Rezamos todos los días para que salga el ‘Pata’ porque fue la única persona que tuvo el corazón de abrirnos las puertas sin importarle de dónde venimos o sí somos gente de color. Nosotros somos personas dignas que necesitamos trabajo para llevar el pan a nuestra casa”, subrayó el vocero de la comunidad senegalesa de La Plata.

Alrededor de la presencia de senegaleses en el país se tejieron todo tipo de mitos como la existencia de una mafia que los regentea y que la mercancía que llevan en los maletines son productos que habían quedado varados en la Aduana.

“Nosotros no somos una banda de mafiosos, somos laburantes. No trabajamos para nadie, no tenemos jefes. Las cosas que vendemos las compramos al por mayor en Once, en La Salada o en Flores, pero no nos dan factura. Las cosas la compramos en el país, no la traemos de otro lado”, explicó el “Bamba”.

Bamba tiene 28 años, está casado con una mujer argentina y tiene dos hijos de 3 y 7 años. “Muchos compañeros no tienen familia, pero nosotros somos muy unidos y nos cuidamos entre todos. Muchos alquilan entre varios y se ayudan”, detalló Bambaleye.

Los senegaleses envían dinero a su país de origen para ayudar a sus familias. “Allá no tienen nada, mis hermanos y padres dependen del dinero que les envío. Allá no hay nada gratis, todo vale plata. Para estudiar o si te enfermas hay que pagar. No existe jubilación ni las asignaciones”, explicó.

Y subrayó: “Estamos muy agradecidos con Argentina por poder ir a un hospital público y que nos atiendan, poder mandar a los chicos a las escuelas. Pero lo que está pasando ahora nunca nos había pasado. La mayoría de la gente nos quiere, los que nos discriminan son la policía y el gobierno”.

“Nosotros somos trabajadores, nunca robamos a nadie e incluso cuando encontramos plata en la calle hacemos todo por devolverla. Somos muy religiosos, profesamos el musulmán. Lo único que queremos es poder trabajar”, comentó “Bamba” y concluyó: “Hay compañeros que están sufriendo mucho y están pasando hambre, pero entre nosotros nos apoyamos, juntamos plata para el que lo necesita porque está enfermo o le sacaron todo”.