viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3859
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Ministerios

VIDAL PREPARA EL LAPIZ ROJO

*Por Jorge Joury.- María Eugenia Vidal se puso en guardia frente a los posibles coletazos de la crisis económica y política que sacude al gobierno nacional. Ella también se prepara para acompañar las medidas que se anunciaron. En ese sentido, se pondría en marcha un fuerte ajuste en la obra pública y una reestructuración ministerial. La idea es aceitar más la gestión ante la emergencia y dar un mensaje de austeridad para los tiempos de crisis que habrá que afrontar. El plan que se maneja, es un achicamiento de la estructura de ministerios.


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    La gobernadora podría avanzar en los próximos días en una nueva reforma de la ley de ministerios.
    Las versiones más firmes dan cuenta de la  posibilidad de crear un superministerio de Economía sumando a Ciencia y Tecnología; Producción y hasta Agroindustria dentro de la cartera que conduce Hernán Lacunza. Otro de los nichos que podría absorber más áreas es Desarrollo Social, donde va a estar el foco de atención de la Gobernadora en los próximos meses. Ya ordenó a sus ministros reasignar partidas del presupuesto actual para contener de manera urgente la crisis. Vidal no quiere que falten alimentos en los barrios más carenciados del conurbano. Pretende un fondo de mil millones de pesos con recursos que provengan de todas las áreas del gobierno y que Desarrollo Social destinará a los sectores más vulnerables de la provincia. Por eso, algunos mencionan la posibilidad de jerarquizar Desarrollo Social anexándole el ministerio de Salud.
    Otro de los sectores que perderían el rango de ministerio es Cultura que podría fusionarse con otra cartera. Algo parecido podría ocurrir con el ministerio de Asuntos Públicos, un área jerarquizada a fines de 2017 para potenciar el rol de Federico Suárez como vocero del gobierno en las paritarias.
    La preocupación más grande que transmiten en La Plata de cara al futuro del gobierno de Vidal tiene que ver con la obra pública. En los pasillos de la gobernación se comenta con insistencia que se viene un ajuste violento sobre los emprendimientos de la provincia.
    Las fuentes coinciden en que la imposibilidad de buscar financiamiento impactará de lleno en los trabajos que Vidal proyectaba como identidad de su gestión. Además admiten que no solo están comprometidos los proyectos anunciados a futuro, sino que también lo está la obra que actualmente se encuentra en marcha. 
    En medio de la tormenta desenfrenada del achique y las disparadas del dólar, Vidal se muestra como una mujer diferente en la política. A contrapelo  de la primera línea de la Casa Rosada, reconoció la semana pasada que "se vienen tiempos difíciles". 
    Esos cortocircuitos entre las principales figuras de Cambiemos son más que notorios. Se acrecentaron a medida que la economía se crispaba, y la última muestra fueron dos declaraciones disonantes: “Vamos bien, hacia el éxito”, dijo  Marcos Peña; “Es necio no reconocer la dificultad económica, lo que le ocurre a la gente”, retrucó Vidal. 
    Vidal puso los pies sobre la tierra y ve un horizonte conflictivo. Siente que con la nuevas medidas, las tensiones sociales le van a poner el aliento en la nuca. Por eso le ordenó a su ministro de Desarollo Social, Santiago López Medrano que se prepara para poner reforzar la entrega de alimentos. La mandataria ya adelantó que tendrá un encuentro de ministros cada 15 días para ir monitoreando la situación. También le recomendó a sus funcionarios que "si no podemos arreglar la cuestión económica, al menos tenemos que mostrarnos cerca de la gente para que no se nos escape el control de la situación".
    Un ex intendente que supo pertenecer al grupo peronista de los denominados barones del conurbano, expresó: "La gobernadora parece peronista. Tiene la piel más sensible, que la diferencia del resto del equipo amarillo". La misma fuente recalcó que "Vidal hizo bien en pararse en la vereda del auxilio a los más necesitados. Demostró humildad  ante el difícil momento. Hay que destinar urgente todo el dinero que se pueda en comida, porque el conurbano profundo puede estallar. Los comedores y los merenderos están desbordados, no hay changas y esta nueva devaluación agravó todo.El Gobierno desde junio viene aumentando el abastecimiento de estos comedores, lo que resulta clave para contener los saqueos, pero, agudizándose la crisis económica, la velocidad lo puede hacer insuficiente y terminal. La mayoría de las familias no pueden pagar la luz y están enganchadas. Esto se parece mucho al 2001 y si seguimos así, vamos a terminar en un verdadero incendio. Hay que apagar el fuego urgente. La calle se está poniendo muy pesada", manifestó el vocero. 
    Parecería darle la razón al veterano dirigente un informe del Instituto de investigación del movimiento Libres del Sur que comanda Jorge Ceballos, donde se puntualiza que el índice de malnutrición alcanza al 45,7% de los niños de entre 6 y 10 años del conurbano. Son valores similares a los del 2014/2015.Lo que varió, es la cantidad de gente que llega a los comedores. La muestra pasó de l3.654 niños y adolescentes en 2017 a 23.168 este año. Ceballos manifestó que "cada vez llega más gente que hasta hace poco tenía trabajo o le alcanzaba para comer".
    Frente a este escenario, Vidal mueve todas sus piezas. Sabe que vienen situaciones de zozobra. En sus visitas al Gran Buenos Aires, ha tomado contacto con los dirigentes barriales, las parroquias y hasta con los evangelistas, para tratar de mejorar la red de contención. A los comedores ya no solo van niños, sino familias enteras.En la carrera por evitar un colapso social, también hay que decir que le da una mano a la gobernadora su amiga, la ministro de Desarrollo Social, Carolina Stanley. Hace unos meses, las dos mujeres prometieron, ante un pedido del Papa Francisco, "no abandonar a los más humildes".
    No se puede ignorar en este escenario, que la asistencia alimentaria, por un lado, y la actitud moderada de la dirigencia peronista tanto en los sindicatos como en los movimientos sociales, han funcionado como una suerte de amortiguador para que la situación no se desmadre. Pero si el Gobierno no logra retomar el control de la economía, el riesgo es que la bomba de tiempo que acumula la tensión social pueda explotar en cualquier momento.
    El macrismo presenta fallas garrafales en la manera de concebir a la política.La mayoría de sus jugadores que son ceos confunden al Estado con una empresa. También se olvidan de darle precisiones a la gente del rumbo que se va a tomar. Los acompaña la  soberbia y la negación de la realidad. Este cóctel explosivo termina en una temida desgracia argentina: el desencanto de la sociedad.
    Macri debe entender que hasta desde Washington están demandado un entendimiento con la oposición para no perder el dinero que prestan. Vidal está haciendo todos los esfuerzos para que los vientos del 2001 no vuelvan a brotar nuevamente desde su territorio. Quiere preservar a la Provincia de un estallido.
    La historia necesariamente no se repite con las mismas características. Pero es una referencia ineludible y tiene vasos comunicantes para entender el presente y conjeturar el futuro. Las crisis suelen ser parecidas, pero siempre diferentes. Pero si el Gobierno no logra recuperar el control de la economía, el riesgo es que el tapón que contiene a la tensión social la haga explotar de manera impredecible. Y más aún, con los que agitan rumores que la Argentina podría entrar en un default el año próximo, nadie vendrá a poner un  peso por estas tierras. Si bien es cierto que los mercados piden señales, lo que la gente exige son explicaciones certeras de hacia dónde vamos.
     
    *Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónico es[email protected]. Si querés consultar su blogs, podés dirigirte al sitio: Jorge Joury De Tapas.

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