La modificación fue ingresada en la reunión de la comisión de Labor Legislativa realizada un rato antes de la sesión del 26 de diciembre, por lo que llegó al recinto agregado al sumario que había cerrado previamente. Y fue votado por unanimidad y sin discusión después de horas de debate en torno a temas claves para el Municipio, como el propio Presupuesto, los aumentos de tasas, la adjudicación del servicio de recolección de residuos, la rezonificación de lotes para viviendas y varios emprendimientos urbanísticos de importancia.

El artículo al que se le hizo el agregado es el 15º del Presupuesto, el cual establece el modo de calcular lo que cobran los ediles. Dice:

“Fijase la Dieta a Concejales en el tope dispuesto en el Artículo 92º inciso e) de la Ley Orgánica de las Municipalidades (Decreto 6.769/58 y sus modificatorias). Establécese que deberá entenderse por sueldo mínimo la remuneración básica de la categoría inferior del escalafón administrativo en su equivalente a cuarenta (40) horas semanales”. Ese tope es el de la suma de cinco sueldos.

La ordenanza aprobada el miércoles último dispone “incorporar” el siguiente texto en el artículo 15º: “Interprétase el término ‘remuneración’ del art. 92 de la LOM (Ley Orgánica de las Municipalidades), a todos los efectos, los sueldos de asignaciones percibidas por todo concepto, incluidos los suplementos y bonificaciones adicionales que revisten el carácter de habituales y regulares, y además toda otra retribución cualquiera fuere la denominación que se les asigne, incluidas las no remunerativas, percibidas por servicios ordinarios o extraordinarios prestados en relación de dependencia. Sólo quedan excluidas de este concepto la retribución por horas extras, las asignaciones familiares, las percibidas en calidad de viáticos, los gastos de residencia y las asignaciones percibidas en concepto de beca”. Toman en esa incorporación el texto del artículo 40º de la ley 9650 (Previsional).

Según explicaron a 0221.com.ar voceros del Concejo que trabajaron en el diseño del cambio, se busca con ello “corregir la interpretación” de la remuneración para calcular de “modo correcto” la dieta. En esos “suplementos y bonificaciones adicionales” y “toda otra retribución” que se mencionan en el párrafo incorporado radica la diferencia entre lo que cobran actualmente y lo que cobrarán con el cambio.

Según esa mirada, la base usada para el cálculo de las dieta es 2.500 pesos menos a lo que correspondería y se usaría para el sueldo de otros funcionarios, por ejemplo el propio intendente. Tomando los números previos al último aumento salarial, “el sueldo mínimo para un régimen de 40 horas semanales era de 12.440 pesos, pero para el cálculo de las dietas rondaría los 10 mil”. Eso implica que en lugar de cobrar una dieta mínima en bruto de 62.200 perciban 50.000. Cuando el cambio se aplique implicará entonces una suba cercana al 25 por ciento. Cabe aclarar que las dietas de los concejales varían de acuerdo a la antigüedad de cada uno.

La medida es observada por algunos sectores políticos consultados como una “suba encubierta”, ya que los concejales no tienen la potestad de votar sus propios aumentos. Eso está establecido por el artículo 92º de la LOM que dispone que percibirán una suma que “no podrá exceder de la proporción que establece la siguiente escala (…) Al equivalente de hasta cinco meses de sueldo mínimo fijado por el Presupuesto de Gastos para el personal administrativo municipal en las Comunas de hasta 24 Concejales”, como es el caso platense.

LA COCINA POLÍTICA

El tema desembocó en la reunión de Labor Legislativa. Fue llevado por sectores de la oposición y planteado como una “adecuación a las leyes vigentes”. Lo firmaron todos los representantes de bloque que concurrieron y el presidente del cuerpo y fue votado en el recinto por todos los ediles sin que se explicitará el contenido del expediente.

Después de la sesión, ediles consultados por 0221.com.ar que no estuvieron en la reunión de Labor Legislativa dijeron desconocer los términos de la ordenanza, expresaron sorpresa y algún grado de malestar y dudaron que la modificación pase con éxito el ojo revisor del Tribunal de Cuentas.

También criticaron que se trata de “una maniobra similar” a lo ocurrido cuando se aprobó que el Concejo sesiones cada 15 días. En aquel momento algunos concejales dijeron desconocer que se había acordado aquello y elevaron la queja a su propio bloque.

En cambio, otros -incluso algunos que sí estuvieron en la reunión que precedió a la sesión-, le restaron importancia al trámite y consideraron que es “una adecuación” o una “cuestión técnica” que el Concejo tenía que saldar y “no un aumento de dietas”.