A las 15.30 del 2 de abril de 2013 Pablo Bruera tenía cerca del 60% de intención de voto y apoyo a su gestión municipal. En cuestión de horas ese capital político se hundió junto con más de media ciudad en la inundación que pudo haberse evitar si el entonces gobernador de la Provincia, Daniel Sciioli, hubiese tomado las decisiones correctas respecto del diagnósitico que en materia de obras hiráulicas había hecho la UNLP y otros especialistas. Como intendente, Bruera quedó pegado. Luego vendría el escandalete del twiter. Lo cierto es que tras perder la elección de 2013, el ex jefe comunal se ha convertido en un collar de melones aunque su sector, referenciado en su hermano Gabriel, sigue gravitand en la interna del peronismo platense. La foto de Bruera dando su apoyo a Tolosa Paz pegó fuerte en las redes y en el mundillo de la política.

Algunos lo ven como una "picardía".