Vientos de Libertad: Vicente López le baja el pulgar al PRO
Por Fernando Arrieta. Auditor y Especialista en Normas Internacionales
Vicente López siempre ha sido un municipio donde la política pareciera un asunto de pocos, casi como si alguien hubiera convertido la gestión local en una propiedad privada. Pasó con el “Japonés” García y, más tarde, con la llegada del PRO, que se instaló como una suerte de clan familiar que manejaba el territorio a su antojo. Sin embargo, las últimas tendencias indican que esos tiempos podrían estar llegando a su fin. La gente comienza a mirar hacia un nuevo horizonte de gestión, cansada de ver cómo se perpetúan los mismos apellidos y los mismos métodos.
La Libertad Avanza propone justamente esa alternativa: un Estado reducido, con menos impuestos y servicios públicos de calidad. Parece sencillo de enunciar, pero se trata de un cambio profundo que cuestiona las bases mismas de la vieja política, tanto del kirchnerismo como del PRO. Dejar atrás el modelo basado en la sobredimensión del aparato estatal, con empleados mal pagos y una burocracia que asfixia cualquier iniciativa privada, no solo es urgente, sino que se vuelve imprescindible para mejorar la vida de los vecinos.
En el conversatorio que realizamos con el Concejal Luis Palomino, Rubén Mundel y Catalina Wandyk para concejales y funcionarios partidarios de La Libertad Avanza, discutimos en detalle cómo este modelo liberal puede aplicarse a Vicente López y, por extensión, a todo el Conurbano. Analizamos un dato que resulta demoledor: los sueldos municipales en la provincia de Buenos Aires promedian un nivel de verdadera marginalidad, por debajo de los 400.000 pesos en muchos casos. Mientras en algunos distritos llegan a un poco más, la realidad es que la mayoría de estos trabajadores sobreviven con salarios muy por debajo de lo que se paga en el sector privado. Y de eso no se habla demasiado: los gobiernos locales parecen más interesados en inflar estructuras que en garantizar empleos dignos.
El modelo kirchnerista basó su lógica en el asistencialismo y en un Estado sobredimensionado, pero el PRO tampoco resolvió el problema de fondo. Se limitó a administrar la inercia de un sistema que repartía cargos, subsidios y prebendas sin realmente cambiar las condiciones de quienes viven y trabajan en los municipios. Esa política barata desgastó a los vecinos y también a los mismos empleados públicos, que muchas veces cargan con el desprestigio de una maquinaria obesa y poco eficaz.
La revolución liberal que encabeza el presidente Milei ha demostrado que se puede gobernar de otra manera, recortando gastos y apostando al libre mercado para impulsar el crecimiento. Para quienes creemos en la libertad como eje rector de la gestión pública, no hay alternativa más clara: menos Estado, menos impuestos y más oportunidades para quienes deseen emprender o trabajar con dignidad.
Hoy, Vicente López se encuentra en ese punto de inflexión. Muchos vecinos y dirigentes están levantando la voz, manifestando su hartazgo frente a la continuidad de un sistema que parece estar al servicio de unos pocos. El viento de libertad que se siente es el resultado de años de acumulación de frustraciones, pero también de la esperanza de que es posible un municipio más dinámico, más moderno y menos burocrático.
Si La Libertad Avanza logra consolidarse en Vicente López, será el indicio de que la Libertad es imparable en todo el Conurbano bonaerense. Que no sea extraño, entonces, ver un vuelco electoral que, más allá de un simple cambio de nombres, represente el nacimiento de una nueva forma de hacer política. Una forma que respete al contribuyente, que escuche a los vecinos y que priorice la eficacia por sobre las banderas partidarias.
Los tiempos cambian, y con ellos, las preferencias de la gente. Cuando un espacio pone sobre la mesa propuestas concretas para reducir el peso del Estado, bajar impuestos y generar mejores condiciones laborales, es difícil no prestarle atención. Si a eso le sumamos la transparencia y la responsabilidad como pilares de gestión, el contraste con el pasado se vuelve imposible de ignorar. Hoy Vicente López le está bajando el pulgar al PRO y abriendo las puertas a un aire de libertad que ya se siente en cada cuadra, en cada comercio y en cada vecino que pide un nuevo rumbo.
Fernando Arrieta vive en la provincia de Buenos Aires es un reconocido auditor internacional, director regional de un organismo que ha otorgado más de 20.000 certificaciones a nivel global y columnista en prestigiosos medios, donde escribe sobre normas ISO, ciberseguridad y eficiencia gubernamental. Activo en política desde 2006, ingresó a la militancia de la mano de su abuelo, Alberto Brito Lima, histórico peronista de derecha que en los años 70 combatió la infiltración de la izquierda en el justicialismo. Hoy, como parte de La Libertad Avanza, Arrieta impulsa una profunda renovación de la función pública, enfocada en la transparencia, la modernización y la gestión responsable de los recursos del Estado.
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