Lunes 23 de junio de 2025 - Edición Nº4289
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El que no corre, vuela: destapan la olla del negocio de las maratones , la política y jerarcas del grupo Clarín

Con abundante data, el portal de noticias Data Clara brinda detalles de las maratones organizadas por una empresa y de cómo juntan plata con la pala.


El Informe de DT:

Miles de corredores participan cada año en las maratones organizadas por una empresa llamada "Ñandú" en diferentes espacios de la ciudad de Buenos Aires, que las promociona y asiste. PROCELAC y la UIF la investigaron por lavado de dinero, fuga de capitales y evasión de impuestos, y a los empresarios organizadores que son, además, hombres fundamentales del holding Clarín: los periodistas Ricardo Roa, Luis Vinker y Pablo Vaca. El fiscal ya imputó a los involucrados. Ahora es el turno de la justicia.
sábado 21 de junio de 2025 20:19
Un negocio que corre: la organización de maratones, los jerarcas de Clarín y la trama política que se reparte millones
El 8 de junio se corrió la maratón 15K Azidero en las instalaciones del Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires. Un despliegue insuperable de producción, logística y publicidad para un evento que convocó a miles de corredores profesionales y amateurs. Las calles aledañas al circuito automovilístico también fueron parte de la carrera pedestre y alrededor hubo seguridad policial, vallados, puestos sanitarios y de comida, y múltiples sponsors. Una organización impecable que aunó al gobierno de la ciudad y toda su estructura con una empresa privada, la sociedad anónima "Carreras y Maratones Ñandú", que hasta hace poco era una Asociación Civil y que previamente surgió como una Fundación. "Ñandú" tiene amplia experiencia en el tema, es la empresa que también organiza el Maratón y el Medio Maratón de Buenos Aires.

Un negocio que corre: la organización de maratones, los jerarcas de Clarín y la trama política que se reparte millones
Pero detrás de la alegría del deporte, se corre una carrera menos visible detrás del dinero y el poder impregnada de acusaciones de irregularidades financieras, favoritismo político y negocios opacos. En el centro de esta controversia se encuentra la Asociación Maratones y Carreras Ñandú, una organización que ha pasado de ser una modesta fundación deportiva a una empresa que genera millones de pesos, ahora enfrentada a graves denuncias por lavado de activos e influencia indebida dentro de la élite política y mediática de Argentina.

Un negocio que corre: la organización de maratones, los jerarcas de Clarín y la trama política que se reparte millones
El ascenso de Ñandú: de raíces comunitarias a potencia corporativa
Fundada en 2002 por los hermanos Carlos y Santiago Sáez, Ñandú nació como Fundación Ñandú, una entidad sin fines de lucro enfocada en promover el deporte inclusivo y ofrecer premios en efectivo significativos a los atletas, incluidos aquellos con discapacidades. La organización ganó rápidamente prestigio al organizar la Media Maratón y la Maratón de Buenos Aires, eventos que atrajeron atención internacional y posicionaron a la ciudad como un epicentro del running competitivo en América Latina. Durante más de una década, Ñandú operó como una entidad respetada, fomentando la participación comunitaria a través del deporte.

Ñandu Boletín Oficial
Ñandu Boletín Oficial
Sin embargo, la trayectoria de la organización cambió drásticamente en 2013, cuando Ricardo Horacio Roa, editor general del gigante mediático Clarín, asumió el control. La toma de poder de Roa estuvo lejos de ser amistosa. Los hermanos Sáez, dueños de la prestigiosa marca de indumentaria "Ona Saez" alegaron que fueron amenazados con ser expuestos en las páginas de Clarín como estafadores si no cedían la Fundación a la nueva conducción. Bajo el liderazgo de Roa, Ñandú se transformó en una asociación civil sin fines de lucro, un cambio que prometía mayor transparencia, pero que, en cambio, sentó las bases para lo que los denunciantes ahora describen como una sofisticada maquinaria de lucro.
El momento decisivo llegó el 11 de enero de 2024, cuando Ñandú dejó de ser una Asociación Civil y se reestructuró como Carreras y Maratones Ñandú S.A., una sociedad anónima con fines de lucro. Críticos sostienen que el cambio a una estructura corporativa fue diseñado para proteger a Ñandú de la supervisión regulatoria mientras canalizaba millones en ingresos hacia un selecto grupo de insiders, muchos de los cuales están vinculados a Clarín y al establishment político de la ciudad.

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Confirmar quienes son los responsables de Ñandú no fue tarea fácil: ni siquiera figuran en la página web de la Asociación. La sede social de la Asociación tampoco dice mucho al respecto. Según los papeles de inscripción, Nandú tiene como oficinas un inmueble en la calle Mitre 383 de Villa Martelli, pero allí funciona una concesionaria de autos Chevrolet y de la empresa, ni noticias, no tiene sede.

Quién es quién en la trama
La actual dirigencia de Ñandú parece una nómina de la redacción de Clarín. Luis Rodolfo Vinker, periodista veterano de Clarín, preside la organización, mientras que Pablo Rafael Vaca, otro empleado del Grupo, es el vicepresidente. Ricardo Roa, secretario de la entidad, sigue siendo su figura más influyente, utilizando su peso mediático para moldear la imagen pública de Ñandú. José Adalberto Iriarte, tesorero, aporta un perfil empresarial, con vínculos en servicios de ticketing y contratos con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA). Juntos, estos hombres han convertido a Ñandú en un coloso financiero, pero sus antecedentes y afiliaciones generan interrogantes sobre conflictos de interés.

Un negocio que corre: la organización de maratones, los jerarcas de Clarín y la trama política que se reparte millones
Roa, en particular, ha sido un pararrayos para las críticas. Una investigación de Página 12 en 2017 destacó su rol en el desplazamiento de los Sáez, mientras que reportes más recientes de Data Clave alegan que Roa estuvo vinculado a la fuga de 500,000 dólares en fondos de Ñandú entre 2008 y 2009, seguidos de otros 400,000 dólares durante la presidencia de Mauricio Macri. Aunque estas acusaciones no han sido probadas en tribunales, han alimentado las sospechas sobre las prácticas financieras de Ñandú. Iriarte, por su parte, está conectado con Ticketear S.A., una empresa de ticketing que se beneficia de las carreras de Ñandú, complicando aún más la red de intereses financieros de la organización.
El negocio de correr: un imperio de millones de dólares
Los eventos insignia de Ñandú, la Media Maratón y la Maratón de Buenos Aires, están entre las carreras más grandes de América Latina, atrayendo a decenas de miles de participantes cada año. En 2024, la Media Maratón, realizada en agosto, contó con más de 25.000 corredores, incluidos 4,000 competidores internacionales. La Maratón, celebrada en septiembre, atrajo a 13.000 participantes, con 2.000 extranjeros. Estos eventos no son solo vitrinas deportivas, sino verdaderos gigantes financieros.

Las tarifas de inscripción para las carreras de 2024 fueron elevadas: los corredores locales pagaron 45.000 pesos por la Media Maratón y 55,000 pesos por la Maratón, mientras que los extranjeros desembolsaron 80 y 90 dólares, respectivamente. Con tipos de cambio favorables al dólar, los ingresos de Ñandú por participantes internacionales alcanzaron los 320.000 dólares para la Media Maratón y 180.000 dólares para la Maratón.

Las inscripciones nacionales sumaron 950 millones de pesos y 605 millones de pesos, respectivamente. Servicios adicionales, como el grabado de medallas (4.900 pesos), pecheras personalizadas (5.900 pesos), alquiler de lockers (3.600–5.400 pesos), paquetes de fotos y videos (18.900 pesos) y acceso VIP (79.000 pesos), elevaron los ingresos totales muy por encima de los dos millones de dólares anuales, según estimaciones de Data Clave.

Sin embargo, a pesar de estas sumas astronómicas, la reinversión de Ñandú en la comunidad del running parece mínima. Desde 2013, la organización dejó de ofrecer premios en efectivo, reemplazándolos por trofeos modestos. Los atletas con discapacidades, que alguna vez fueron un foco de la misión de Ñandú, no reciben premios a menos que su categoría incluya al menos cinco participantes, una política que generó indignación pública en 2017, cuando el corredor Martín Sharples protestó por el abandono de los atletas adaptados. Sharples, un competidor en silla de ruedas, distribuyó sus propios premios a otros atletas, acusando a Ñandú de priorizar las ganancias sobre la inclusividad.

Las denuncias por lavado de dinero llegaron a la Justicia
En septiembre de 2024, se presentó una denuncia formal ante la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), alegando que Ñandú estaba involucrada en lavado de activos y conductas financieras ilícitas. La denuncia da varias señales de alerta: la ausencia de activos físicos de Ñandú, como oficinas o instalaciones de entrenamiento, a pesar de generar millones anualmente; su transformación en una entidad con fines de lucro con mínima supervisión regulatoria; y sus contratos opacos con el GCBA.

La presentación también menciona a figuras políticas prominentes, incluidos el expresidente Mauricio Macri, el exjefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el actual jefe de gobierno Jorge Macri, sugiriendo que las operaciones de Ñandú podrían estar entrelazadas con favoritismos políticos.

Un negocio que corre: la organización de maratones, los jerarcas de Clarín y la trama política que se reparte millones
El núcleo de las acusaciones de lavado de dinero radica en la estructura financiera de Ñandú. La organización opera, según se informa, como una “empresa virtual”, sin infraestructura tangible que justifique sus enormes ingresos. Ticketear S.A., una plataforma de ticketing vinculada a la dirigencia de Ñandú, añade otra capa de sospechas. Gestionada por Laura Romina Zorzi, directora de Ñandú, y Ruy Diego Roa, hijo de Ricardo Roa, Ticketear cobra una comisión del 15% sobre cada inscripción, desviando un estimado de 233 millones de pesos en 2024. José Iriarte posee dominios relacionados como Ticketrun y Runticket, consolidando aún más el control financiero dentro de un círculo cerrado de insiders.

Para junio de 2025, la investigación sobre Ñandú tuvo algunos avances. La UIF y PROCELAC decidieron judicializar el caso y el fiscal Jorge Sica, del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional n° 1 de San Martín abrió la causa FSM n° 24338/2024 caratulada “Asociación Civil Carreras y Maratones Ñandú S/Evasión Tributaria Agravada. Denunciante: PROCELAC” e investigará si la Asociación "evadió tributos durante el período denunciado, empleando para ello indebidamente la figura de asociación civil sin fines de lucro para canalizar operaciones económicas gravadas, utilizando exenciones en el impuesto al valor agregado y/o al impuesto a las ganancias que podrían haberse obtenido en razón del tipo social mencionado, o bien, disminuyendo de forma ardidosa la base imponible de los impuestos que debió ingresar a las arcas públicas, en función de la realización de las actividades vinculadas a la organización y explotación comercial de los eventos deportivos de marras."

Conexiones políticas: El nexo con el macrismo
La relación de Ñandú con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es un pilar fundamental de sus operaciones y un punto central de controversia. Bajo el mandato de Jorge Macri, el GCBA proporciona un amplio apoyo a las carreras de Ñandú, incluyendo seguridad policial, control de tránsito, servicios médicos y beneficios promocionales como entradas gratuitas a museos y descuentos en tours por la ciudad. Estos recursos, financiados por los contribuyentes, se otorgan sin licitaciones públicas, lo que genera preguntas sobre equidad y responsabilidad. Municipios como Vicente López y San Isidro, fuera de la jurisdicción porteña, también contribuyen financieramente a los eventos de Ñandú, ampliando su alcance político.
La implicación de la familia Macri es particularmente controvertida. Jorge Macri, figura clave del partido PRO fundado por su primo Mauricio Macri, ha promocionado las carreras de Ñandú como símbolos del atractivo global de Buenos Aires. Sin embargo, los críticos ven esto como un quid pro quo, con la dirigencia de Ñandú, afiliada a Clarín, proporcionando cobertura mediática favorable a cambio de apoyo político y financiero y da la pauta de que los contratos de la organización con el GCBA son un conducto para canalizar fondos públicos hacia intereses privados.

La pata mediática: la promoción de Clarín
El rol de los medios argentinos en la narrativa sobre Ñandú está profundamente dividido. Clarín, el diario más grande del país, actúa como el portavoz no oficial de Ñandú, promoviendo las maratones a través de una amplia cobertura y patrocinios de su empresa matriz, Grupo Clarín, y afiliados como Telecom. Esta sinergia garantiza que los eventos de Ñandú reciban una publicidad favorable, con escasa mención de las controversias sobre su gestión o finanzas.

Mientras Buenos Aires se prepara para su próxima temporada de carreras, la sombra sobre Ñandú se vuelve más oscura. La transformación de la organización de una fundación comunitaria a una entidad corporativa ha enriquecido a unos pocos mientras margina a los atletas que dice representar. Las acusaciones de lavado de dinero, aunque aún bajo investigación, arrojan dudas sobre la legitimidad de Ñandú, con millones de ingresos fluyendo a través de una red opaca de empresas de ticketing y alianzas políticas.

Los profundos vínculos de Ñandú con Clarín y el GCBA sugieren que no caerá sin resistencia.

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