Las alimenticias lloran miseria: la que juntaron con pala remarcando en pandemia se las está haciéndo perder Milei
Molinos Río de la Plata, la empresa de alimentos del grupo Perez Companc, dueña de marcas como Gallo y Lucchetti, exhibió un resultado neto negativo por $19.485 millones en el primer semestre de este año.
Las empresas alimenticias reflejan, con pérdidas en sus balances, la caída en el poder de compra. Los "cuatro vivos" que Cristina denunció al final de la pandemia, ahora lloran.
Molinos perdió 19.485 millones de pesos en el primer semestre por la “suba de costos” y el “consumo deprimido”. Algo similar ocurrió con La Serenísima con 869 millones de pesos.
La retracción del consumo, incluso en alimentos, comenzó a hacer mella en los balances de las grandes compañías, que ni aun exportando, pueden revertir la tendencia negativa de los números.
Por ejemplo, Molinos Río de la Plata, la empresa de alimentos del grupo Perez Companc, dueña de marcas como Gallo y Lucchetti, exhibió un resultado neto negativo por $19.485 millones en el primer semestre de este año.
En su balance financiero, la firma reportó ingresos netos por $437.542 millones, lo que implicó una caída del 19,7% en términos reales respecto del mismo período del ejercicio anterior. Y si bien señaló un incremento de su volumen de ventas en el mercado local de 1,9%, también indicó que este fue compensado por una caída de precios en términos reales.
“Con costos de venta unitarios aumentando nominalmente por encima de los precios, el resultado neto fue negativo por $19.485 millones. Ante un escenario de consumo aún deprimido, en el que las principales consultoras de mercado registraron una caída de 4,9% semestre contra semestre”, señalaron desde la firma en el reporte enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV) y que luego fue plasmado en un comunicado.
Por su parte, Mastellone, propietaria de La Serenísima, perdió $869 millones entre enero y junio de este año, en comparación con igual período del 2024.
En su reseña presentada a los accionistas, la compañía advirtió: “El consumo masivo mostró un comportamiento dispar. Mientras otros sectores crecieron con fuerza, nuestro mercado avanza más lentamente por el lento recupero del poder adquisitivo de la clase media y baja”. Ese freno, sumado a menores ingresos extraordinarios por diferencias de cambio y a un aumento en los costos financieros, explicó el signo en el resultado.
El domingo, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), informó que durante julio las ventas cayeron 2% en la comparación interanual, medido a precios constantes, la tercera merma consecutiva, con una retracción fue aún más marcada en la relación con junio, en la que se dio una disminución del 5,7%.
De esta manera, la venta minorista de pequeños comercios se sumó a la baja del 16,5% en la producción automotriz, y del 2,7% en la elaboración de cemento, todas durante julio, y en la comparación interanual.