SOCIEDAD | 10 Dec
Javier, el que traiciona una vez traiciona siempre: pusieron a dos militares chilenos a cargo de los aviones F16 que compró el gobierno
Un revelador informe periodístico da cuenta de la situación y se pregunta si no hay riesgo para la soberanía nacional.
La compra de los F16 fue el eje de la administración de Luis Petri, que se despidió de su gestión con el show de los aviones sobrevolando Casa de Gobierno. Sin embargo, más allá de la obsolescencia de los aparatos, la compra que hizo el país cuando el resto del mundo no consideraba la opción y la poco clara financiación de los recursos para albergarlos, un nuevo dato lleva la cuestión a niveles de escándalo: quienes están encargados del Programa y Presupuesto de vuelo de las aeronaves son dos ex militares chilenos, que hasta hace un año revestían en la Fuerza Aérea de su país.
El viernes 5 de diciembre, cuando los aviones llegaron luego de un largo periplo a la Base Aérea de Río Cuarto, y desde donde partieron el sábado para la exhibición aérea sobre la Plaza de Mayo que incluyó al presidente y su hermana simulando pilotar las naves -que hasta tienen pintado un león en su fuselaje-, se reunió toda la plana de la Fuerza Aérea y algunos ex combatientes de la Guerra de Malvinas para celebrar la incorporación a la flota y sobre todo, reivindicar la lucha por la Soberanía Nacional, algo que tan bien supieron hacer los aguerridos pilotos que volaron sobre las islas.
La canción, cantada con brío y patriotismo, dice: “Arriba y abajo… se van al carajo!; derecha e izquierda… se van a la mierda!; y al que no le gusta se va a la puta… se va a la puta… se va a la puta que lo parió!”. Se trata de un típico canto de milicias en guerra en defensa de la Patria, que seguramente se cantó durante los fatídicos meses de 1982 pero también en 1978, cuando el conflicto del Beagle hizo que Argentina estuviera a punto de entrar en guerra con Chile.
Bajo el título "zorros ciuidando el gallinero", los periodistas Ivy Cángaro y Mauro Federico señalan en el portal Data Clave que quienes están encargados del Programa y Presupuesto de vuelo de las aeronaves son dos ex militares chilenos, que hasta hace un año revestían en la Fuerza Aérea de su país.
El informe:
Los F16 se compraron, entre otras cosas, para hacer frente a la defensa de la soberanía nacional. Si bien en la actualidad no hay hipótesis de conflicto en ciernes, en la administración Milei algunas certezas pueden flaquear, aunque algunas otras son inconmovibles: por sobre las necesidades urgentes de jubilados y discapacitados, la decisión política estuvo en invertir en aviones de guerra. Esos aviones requieren mantenimiento, tecnología, espacios propios y una logística con la que no cuenta -al menos completamente- la Fuerza Aérea Argentina, y así como vinieron entrenadores dinamarqueses y franceses, también se contrató un Sistema de Automatización Logística.
De ello se encarga una empresa internacional conocida como Ilias (Integrated Logistic Information Automated System) y cuya funcionalidad está a cargo del Programa y Presupuesto de la Dirección General de Planes, de donde depende toda la planificación y funcionamiento de la Fuerza Aérea Argentina.
Todos los días, a las oficinas del noveno piso del Edificio Cóndor llegan los encargados del Programa: dos generales chilenos. Más precisamente el General retirado hace un año Leopoldo Porras y el General de Brigada Aérea Francis Muñoz Covarrubias.
El portal oficial “Noticias en vuelo”, el 14 de julio de este año, se explayó en una extensa nota en la que daba cuenta del Proyecto Ilias, de quiénes lo presentaron y ante qué representantes de nuestra Fuerza.
Dice así: "La Fuerza Aérea Argentina (FAA) dio un paso clave en la modernización de su capacidad logística al anunciar el inicio formal del proceso de implementación del sistema ILIAS (Integrated Logistics Information Automated System), una avanzada herramienta digital de gestión logística empleada por numerosas fuerzas aéreas del mundo que operan el caza F-16. Esta plataforma no solo optimizará el sostenimiento del Sistema de Armas, sino que permitirá eliminar el uso del papel en los procesos operativos y administrativos, avanzando hacia una digitalización integral de la logística, con mayor eficiencia, trazabilidad y control en tiempo real”.
Y sigue: “El viernes 13 de junio, a las 9 horas, se llevó a cabo el evento de presentación oficial —denominado “Kick-Off, Punto de Partida”— en la sala de situación de la Dirección General de Planes, Programas y Presupuesto de la FAA. El evento contó con la disertación central de Francis Muñoz Covarrubias, administrador del programa por parte de la empresa desarrolladora.También estuvieron presentes representantes clave de la firma ILIAS, entre ellos Harrys Corstens, vicepresidente para Europa; Leopoldo Porras, vicepresidente para América Latina”.
“El evento contó con una nutrida participación de autoridades de alto nivel de la Fuerza Aérea Argentina, entre ellas el brigadier Fabián Enrique Capellino, director general de Planes, Programas y Presupuesto; el brigadier Aníbal Hernán Leiva, comandante de Adiestramiento y Alistamiento; y el brigadier Francisco Leguiza, comandante de Material”, concluyen.
Como vemos, el Director General de Planes, Programas y Presupuesto es el Brigadier Capellino, quien también estuvo involucrado en la sinuosa compra por el doble de su valor real del Embreaer “55 Héroes”, tal como publicamos en Data Clave. De él dependen directamente los chilenos Porras y Muñoz Covarrubias.
La contratación del Sistema Ilias no es pública, está comprendida dentro del secreto militar tal como dice una resolución firmada por Petri en noviembre de 2024, secretismo que también compete a las compras de material y equipamiento para el armado de la pista en la Base Aérea de Tandil, por un valor de catorce millones de dólares.
Como si esto fuera poco, merece recordarse el episodio de hackeo al ejército chileno, el cual reveló hace un año la visión estratégica sobre una hipótesis de conflicto con nuestro pais.
El 26 de mayo de 2023 el Ejército de Chile sufrió un ciberataque, un ransomware que secuestró datos, los encriptó y pidió un rescate para entregarlos de vuelta. Entre los documentos, cuenta que hay estrategias militares ante un hipotético ataque militar argentino a través de Tierra del Fuego y la disposición de armamento y tropas en las fronteras de Chile con Perú y Bolivia.
El hackeo también reveló detalles pormenorizados del personal dispuesto en las fronteras, como su número de teléfono y horas trabajadas; el equipamiento y municiones de cada militar apostado en las fronteras y manejo ante un hipotético ataque argentino a través de la provincia patagónica de Tierra del Fuego.
Aunque se destaca en la información las buenas relaciones actuales entre ambos gobiernos, se detallan posibles puntos de interés en la zona para ambos ejércitos, potenciales situaciones de riesgo, cómo reaccionar ante el avance de tropas militares vecinas, qué tipo de armamento se debe utilizar como respuesta ante ciertos eventos, y el detalle de los vehículos y unidades disponibles en Argentina.
Con las elecciones próximas en el país vecino, y la posible victoria del ultraderechista José Antonio Kast, quien supo publicar en la red social X en 2020: “Argentina ya nos ha robado suficiente territorio a los chilenos. Espero que el Gobierno se ponga firme frente a los delirios expansionistas de la izquierda radical argentina”. Tener al frente de información, recursos y directivas de la Fuerza Aérea Argentina a dos militares chilenos no pareciera ser lo mejor para proteger nuestra soberanía.
