El gobierno de Mendoza anunció que bajarán los bustos de Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón que una expedición encabezada por un militante peronista instaló en la cima del Aconcagua, a casi 7 mil metros de altura, hace una semana.

Según informa el diario Perfil, la secretaría de Ambiente del gobierno provincial que encabeza Rodolfo Suárez anunció que los andinistas no hicieron la gestión correspondiente para tener la autorización para instalar allí los bustos y por tal motivo pidió que sean retirados. El descenso de las figuras, a cargo de guardaparques del Aconcagua, ya comenzó: el busto de Perón se encuentra en la base de Plaza de Mulas, a 4.200 metros, y el de Evita en el campamento de Independencia, a unos 6.400 metros, según informaron medios locales. 

El pasado 16 de febrero, una expedición integrada por el militante peronista Alfredo Álvarez, el oficial de reserva del Ejército argentino Tabaré Muñoz y el docente Julián Prato hizo cumbre en el Aconcagua llevando los bustos en sus mochilas. El objetivo de la expedición era devolver los bustos del ex presidente y la ex primera dama al lugar en el que habían sido colocados en 1954 y de donde fueron retirados dos años después por orden del gobierno de facto del dictador Pedro Eugenio Aramburu. 

La expedición, los andinistas y los bustos habían recibido la bendición del cura José María Di Paola, más conocido como el padre Pepe, hombre de estrecha relación con el papa Francisco y con el presidente Alberto Fernández. Para llegar a la cima, la expedición contó con el apoyo logístico de ATE, representado por su secretario general y militante peronista Daniel Catalano. Desde su cuenta de Twitter, el propio Catalano se quejó por el retiro de los bustos: "Como en la Fusiladora, vuelven a atacar nuestros símbolos. El Gobierno radical de Rodolfo Suárez ordenó bajar los bustos de Perón y Evita que con mucho esfuerzo nuestros compañeros llevaron a la cima del Aconcagua en desagravio al ultraje cometido por el dictador Aramburu". Los bustos son de fibra de vidrio y pesan alrededor de 3,5 kilos. Sin embargo, las dejaron huecas en su interior con el fin de rellenarlas con piedras cuando ya se encuentren en la cima para que resistan las condiciones climáticas, por ese motivo, también las habían asegurado con un pegamento.