Una banda de estafadores desbaratada en las últimas horas por la Policía Federal en el conurbano bonaerense contaba con una línea 0-800 para engañar mejor a sus víctimas a las que seleccionaban de entre poseedores de planes de ahorro para la compra de automóviles cero kilómetro.

Hay 19 detenidos en la localidades bonaerense Ramos Mejía, en La Matanza y en el partido de Ituzaningó. 

La investigación se inició a partir de denuncias de damnificados y estuvo a cargo de oficiales del Departamento de Inteligencia Contra el Crimen Organizado de la PFA.

La banda operaba desde un domicilio en Ramos Mejía donde contaban hasta con una línea 0-800 para transmitir confianza a los estafados.

La forma de operar de los delincuentes dependía de la información que lograban sobre tenedores de planes de ahorro automotor a los que les comunicaban que ya estaba lista la unidad para serles entregada pero a cambio le solicitaban que pague las cuotas atrasadas o un dinero extra.

El juez de Garantías N° 5 de San Martín, Nicolás Schiavo, ordenó cinco allanamientos en los que, además de apresar a los 19 impuados se  secuestraron 48 chips de telefonía celular, 28 celulares, ocho notebooks, cinco CPU, un disco externo, 26 cuadernos con anotaciones, 676.500 pesos, una cifra no especificada de dólares, marihuana, pastillas de metanfetamina, tres vehículos y otros elementos de interés para la causa.

Según los voceros, la organización contrataba personas para hacer llamados telefónicos para convencer a las víctimas en su mayoría suscriptores de planes de ahorro que se habían atrasado con el pago de las cuotas y les pedían que depositen ese dinero para poder entregarles el auto de manera inmediata.

Con la ayuda de ese 0-800 los estafadores lograban consumar el engaño y recibir las transferencias de dinero que luego se apropiaban extrayéndolo de cajeros automáticos.

Luego, ante los reclamos de los damnificados que no recibían los autos 0 kilómetro, estafadores alegaban que las entregas estaban demoradas y responsabilizaban a las automotrices y al contexto de la pandemia por el coronavirus.

La misma red delictiva contaba con un 0-800 para hacer denuncias y reclamos, pero ese presunto call center de atención al cliente era, en realidad, otro ardid: quienes respondían eran miembros de la banda que decían pertenecer a las empresas automotrices, que nada tenían que ver con la maniobra.

Interviene en la causa, el fiscal Edgardo Ledesma de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Delitos Complejos de San Martín.