Mauricio Macri y Horacipo Rodríguez Larreta acordaron la paz interna. Se trata de ir armando estrategias para recuperar el gobierno en el 2023. Pero haciendo escala previamente el año próximo para obtener una fuerte base electoral en las legislativas. "Mauricio tiene que estar adentro", dijo el jefe de gobierno porteño para desalentar a las voces hostiles que brotan desde el propio espacio. Lo hizo al poner un pie en territorio bonaerense con miras a consolidar su proyecto presidencial. Fue precisamente en Lanús, lo mismo que hizo María Eugenia Vidal hace cinco años, No es coincidencia, porque se trata de un reducto histórico del peronismo donde el PRO gestiona actualmente con el segundo período de Néstor Grindetti. La ciudad tiene un alto valor simbólico para los dirigentes de la fuerza política fundada por Mauricio Macri. Por eso no es casualidad el escenario de la primera foto de Horacio Rodríguez Larreta en ese sitio. Fue una señal de liderazgo respaldada por los principales dirigentes opositores de la provincia.
El jefe de Gobierno porteño encabezó un acto que tuvo una clara impronta electoral para mostrarse como el líder en potencia que tiene Juntos por el Cambio y, al mismo tiempo, imponer su proyecto 2023: ser el candidato a presidente de la coalición. En lo formal, la reunión para comenzar a delinear lentamente el armado electoral 2021, año en el que Juntos por el Cambio apuesta a un triunfo en las elecciones legislativas.
EL EQUIPO AMARILLO A PLENO
En el encuentro, que se llevó a cabo en la Sociedad Italiana de Remedios de Escalada. Hasta allí llegaron
la ex gobernadora María Eugenia Vidal; los intendentes Jorge Macri (Vicente López), Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Julio Garro (La Plata), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Ezequierl Galli (Olavarría) y Javier Martínez (Pergamino). Además, estuvieron el senador Esteban Bullrich, el diputado Cristian Ritondo, el ex jefe de gabinete provincial, Federico Salvai, el senador provincial, Roberto Costa, y los funcionarios porteños Eduardo Macchiavelli y Federico Di Benedetto.
Rodríguez Larreta fue el principal orador y dejó en claro la línea política que pretende y que comparte con el ala negociadora de Juntos por el Cambio. Puso de relieve además la unidad de la coalición luego del primer año en el rol de oposición y destacó que desde 1983 no ocurre que un espacio político se mantenga unido luego de tener que abandonar la Casa Rosada.
Un dirigente de peso en el armado bonaerense lo definió claramente con un puñado de palabras: “Necesitamos al macrismo sin Macri”. Lo que necesitan son los votos que solo puede conseguir el ala dura. Y para eso necesitan a los dirigentes alistados en el equipo del ex mandatario. Es un razonamiento electoral similar al que hicieron los ideólogos del Frente de Todos.
El otro tema al que se refirió fue la caída en las encuestas de imagen de Alberto Fernández y Axel Kicillof. En el Gobierno de la Ciudad notan que el desgaste de la gestión de la pandemia les pegó de lleno a los dos dirigentes peronistas y que, en cambio, lo puso en primera línea a Rodríguez Larreta.
DARLE VOLUMEN A LA PATA PERONISTA
El objetivo es solidificar la estructura del PRO para poder seguir el mismo camino con la coalición que integran junto a la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica. Para eso el pedido fue dirigido a los intendentes bonaerenses.La sugerencia fue abrir el espacio, ampliar la base de sustentación y buscar a dirigentes del peronismo que quieran acoplarse. Darle volumen a la cuarta pata peronista. Abrir, esa es la cuestión.
Ese pedido fue el mismo que Vidal les repitió a los intendentes en los últimos meses. La sintonía fina entre la ex gobernadora y el jefe de Gobierno porteño es total. Una frase de Rodríguez Larreta en la reunión lo deja claro: “María Eugenia y yo no somos una sociedad, porque las sociedades pueden romperse. Somos más que eso”.
El mensaje fue contundente y no hubo margen para otras interpretaciones. Vidal y Rodríguez Larreta son lo mismo. Actúan en conjunto y tienen definida la ruta por donde quieren transitar. Son los promotores de nuevos liderazgos en el esquema opositor y las dos figuras con mejor imagen. La cuenta es sencilla. Son los líderes posibles de un espacio donde el radicalismo y la Coalición Cívica siguen corriendo de atrás.
VIDAL VUELVE A SER UNA PIEZA VITAL
Con el sello Penguin Random House -el mismo de Cristina-, Vidal acaba de terminar un libro, que saldrá el año próximo, y que configura un testimonio personal y político sobre su paso por la silla eléctrica de la gobernación bonaerense. "Lo que aprendí" o "Una mirada distinta" son los títulos tentativos de esta experiencia editorial, que -adelanta- incluye varias autocríticas. La salida del libro será el puntapié de su reaparición mediática. "Va a ser importante cuando María Eugenia salga -anuncia uno de los principales encuestadores-. La estrategia del silencio fue la correcta. No tenía nada para ganar y sí mucho para perder". Las encuestas revelan un dato atípico: la gente no se olvidó de ella, a diferencia de lo que ocurre generalmente con los políticos, que, cuando se toman un tiempo sabático, se diluyen. Por el contrario, integra el trípode de las figuras más marketineras del país, después de Larreta y Fernández y su ponderación positiva es más alta que la negativa.
Vidal no se definirá hasta abril y para esa decisión hará pesar su propia autonomía. La ex gobernadora es cercana a Larreta y se alejó de Macri, y ya siente que cumplió con ambos. Por eso la decisión de jugar o no, dependerá de ella, aseguran en su entorno.
Mientras no descarta ser presidenta, como anticipó LPO, hoy por hoy Vidal se inclina en un 33% por competir en provincia, en un 33% por Ciudad y en el 33% restante por no presentarse.
EL LIDERAZGO DE LARRETA NO SE DISCUTE
Larreta en Lanús se refirió a dos temas puntuales más. Uno de ellos determinante para el futuro de la oposición: el rol de Mauricio Macri. La relación entre ambos está mejor que hace un puñado de meses. En una reunión que se realizó el viernes sellaron una tregua y el ex presidente lo colocó en un lugar preponderante. De líder. No hicieron falta más señas ni palabras. Bastó el lugar que le otorgó en la conversación.
Larreta fue concreto y aseguró que Mauricio Macri debe estar dentro de la coalición. No se lo puede dejar en el camino, como pidió Emilio Monzó, pero tampoco están dispuestos a ser conducidos por él nuevamente. Macri parece tenerlo claro. Es el líder del PRO, pero la discusión que se aproxima es por el liderazgo de Juntos por el Cambio, y en esa batalla no tiene posibilidades.
Puertas adentro de la coalición se reconoce el lugar que ocupa el ex presidente y las acciones que tiene en su poder. Los votos del pasado y la conducción del PRO le sirven para tener una representación clave dentro de la mesa nacional de Juntos por el Cambio. En el ala dialoguista lo aceptan, pero pretenden que no sea candidato el año que viene y que acompañe la renovación de la conducción manteniendo al pie del cañón los votos del ala dura.
SUPERO EL SACUDON DEL LIBRO FAMILIAR
En cuanto a Macri, quiere estar presente en los medios y ser la voz cantante de la oposición. Recibe intendentes, participa activamente de los encuentros del PRO y alimenta su perfil. Quiere mostrarse como el protector de la institucionalidad. Dejó la centralidad política durante gran parte del 2020, después del revés histórico en las urnas. Hoy esa realidad es parte del pasado. El presente es distinto y lo tiene ocupado intentando encontrar su nuevo lugar. En otras cuestiones, también le está dando los últimos retoques a un libro con sus memorias, donde enumera pasajes de su gestión con luces y sombras.
También comentan que ya superó el sacudón por el libro "Hermano", donde Mariano Macri describe la trama de "sociedades opacas" y testaferros bajo la cual Mauricio acumuló poder durante años hasta controlar en la actualidad el grupo empresarial Socma, fundado por su padre Franco.
Macri está trabajando en la puesta a punto de una fundación que llevará su nombre. Se especializará en cuestiones educativas, pero también le dará una visibilidad política sobre la que todos los días trabaja un poco más. En su entorno señalan que volvió al llano con una visión completamente distinta de la política y que la ejerce todos los días.
APUNTAN A CAPTAR LA EXPRESION LIBERAL
En el PRO muchos dirigentes cambiaron el discurso y ya no creen en que hay que sacarlo de la cancha.
Es el caso del ex ministro del Interior durante la gestión de Cambiemos, Rogelio Frigerio, quien salió a respaldar a Macri, a quien pidió no "sacar de la cancha" porque "tiene mucho para aportar". Lo hizo llamativamente luego que el ex presidente practicara una especie de "autocrítica" por haber delegado la negociación política en su Gobierno al ala "filo peronista".
En Juntos por el Cambio hay coincidencia en que deben ampliarse los cimientos de la coalición con la incorporación de otras figuras políticas. Macri cree que esa expansión debe concentrarse en captar a las expresiones liberales como las que expresa el economista José Luis Espert, con las que siente que podrían ponerse de acuerdo con más facilidad en “la agenda de defensa de la República”. Además, se hizo hincapié en captar a fracciones del peronismo que no se sienten representados por el kirchnerismo.
El ex presidente en los últimos días dio muestras de querer dar pelea ¿Iban a volver mejores?”. Así tituló la carta que publicó criticando al gobierno de Alberto Fernández por el cierre del Aeropuerto de El Palomar. Fueron tan solo ocho párrafos reivindicando su gestión. Y principalmente, descalificando la máxima impuesta en el peronismo antes de las elecciones, en las que sus propios dirigentes decían que iban a volver al poder para hacer un mejor gobierno que el de las últimas décadas.
“Si teníamos alguna esperanza de que podían haber vuelto mejores, ya no la tenemos”, dijo Macri. Sabe que su mensaje se replica con rapidez cuando toma estado público en las redes sociales. Cada gesto, cada foto o cada frase son palabras que deben decodificarse según las circunstancias.
LA INSTITUCIONALIDAD EN JUEGO
En su entorno comentan que es un hecho que con la llegada del año electoral, las críticas al gobierno probablemente se intensifiquen, a la par del crecimiento de su defensa a la gestión de Cambiemos.
Casualidad o no, tanto él como Cristina Kirchner actúan a imagen y semejanza. CFK no da entrevistas. Comunica en el Senado, en un circuito temático acotado, y lo hace, sobre todo, en las redes sociales. Desde allí marca sus diferencias internas con el gobierno que conduce Fernández, critica la labor de la Justicia y cuestiona a los medios de comunicación.
Macri casi se mueve en la misma dirección. Usa las redes sociales para mandar sus misiles contra la Casa Rosada. Lo hace frente a las medidas que no está de acuerdo. También apunta a capitalizar las marchas de protesta contra la gestión del Frente de Todos y recomendar columnas de opinión. No gobierna, no tiene una responsabilidad en el Estado, pero tiene la lupa puesta en el oficialismo. Se visibiliza haciendo política con la agenda diaria del país. Busca posicionarse resaltando la institucionalidad de su gestión y tratando de torear al kirchnerismo para monopolizar la confrontación .
La agenda judicial, según Macri, está directamente relacionada a CFK. “Quiere llevarse puestas las instituciones”, les expresa a dirigentes y legisladores. En ese sentido, Germán Garavano, el ex ministro de Justicia, es quien lo mantiene informado de los temas judiciales en los que tiene injerencia el Gobierno. Uno de los que lo alertó fue la elección de Alejo Ramos Padilla, el juez federal de Dolores, para el estratégico cargo de magistrado electoral bonaerense. A ello se le suman otras presuntas maniobras en el Correo y en la Dirección de Nacional Electoral, según confía el ex jefe de Estado. De todas formas, su teoría central es que, en rigor, la vicepresidenta actúa tras las recomendaciones de varios líderes latinoamericanos, sobre todo, de Rafael Correa, quien la habría convencido de “condicionar” las instituciones.
UN JUEGO DE TIRONEOS MUTUOS
Es un juego de extremos. La Vicepresidenta y la fuerza que conducen ocupan el ala dura de la gestión del Frente de Todos. Sin comunicación fluida con su compañero de fórmula, construye y concentra su poder exponiendo una mirada distinta a la del conductor de su propio gobierno. Como cuando aseguró que la reforma judicial impulsada por el Presidente no era una verdadera reforma. “El país todavía se debe una verdadera reforma judicial que no es la que vamos a debatir”, dijo antes de que se discuta en el Congreso. Un ejemplo de tantos caminos paralelos.
En la oposición, Macri es el extremo. Defiende a rajatabla el respeto a la independencia de poderes.También los dirigentes que lo rodean y que se posicionan dentro del sector más duro de la coalición, como es el caso de Miguel Pichetto y Patricia Bullrich lo secundan por el mismo camino. Son dos laderos permanentes en el desgastante ejercicio de imponer la mirada opositora frente a lo que consideran que son desmadres de la gestión peronista, como la intención de expropiar Vicentin o el desplazamiento de tres jueces que tuvieron o tienen causas en las que está involucrada Cristina Kirchner.
Cristina tironea a Macri y quiere llevarlo al medio de la cancha.Macri hace lo mismo con ella. Cristina dice que en Argentina la Corte Suprema dirigió el proceso de Lawfare del que se siente víctima y que “esa articulación se desplegó en nuestro país con toda su intensidad desde la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación”. Macri dispara que Cristina “tiene una agenda propia que busca bloquear, dominar y someter a la Justicia”. Ambos se mueven como peces en el agua, con comodidad, pero con los dientes afilados, como tiburones cuando perciben sangre.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.