lunes 29 de abril de 2024 - Edición Nº3869
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Camillas agusanadas en el Hospital Policlínico de La Plata

Lo reveló un informe emitido en el programa Ciudadanos (lunes 21horas por Somos La Plata Canal 2 de Cablevisión). Techos, paredes, sanitarios, todo se viene abajo en uno de los nosocomios más importantes de la capital provincial


Un informe del periodista platense Fernando Tocho, emitido en el programa Ciudadanos que hacen  Alejandro Bidart, Walter Casamayou y Pico Sanzone por el canal Somos La Plata (Canal 2 de Cablevisión) reveló increíbles deficiencias en el Hospital San Martín, incorporado al folcklore popular como "el Policlínico" de La Plata.

Camillas agusanadas y con sangre seca de los pacientes que alguna vez estuvieron en ellas, algunas están quebradas otras tienen las ruedas flojas o salidas. Pero eso no es nada si se compara con techos, paredes, ventanas, instalaciones de agua y luz que componen la infraestructura del hospital San Martín de La Plata. 

En el edificio de 1 y 70 las paredes húmedas y descascaradas filtran el agua cada vez que llueve y los techos se caen a pedazos, la evidencia se nota en los agujeros que se divisan con sólo levantar la cabeza y mirar hacia arriba.

Los médicos de las guardias duermen en colchones podridos y doblados. De las canillas para que los enfermeros puedan lavarse las manos, no sale agua caliente, la grifería está rota, los caños de las instalaciones oxidados y viejos. 

En la recorrida que Tocho y que también publicó en el portal de noticias labuenainfo.com registró que una de las camillas en donde los pacientes quedan en observación es en realidad un banco de escuela al que se le instaló encima una lámina de goma espuma que intenta improvisar una cómoda cama. A pesar del casero intento el engaño dura poco. Sólo basta con revisar bien la camilla para darse cuenta de lo que en realidad es.

La puerta que separa a los pacientes de los enfermeros está rota porque aquellos que esperan hasta tres horas para ser atendidos pierden la paciencia y atacan con patadas y golpes de puño el acceso a la sala de atención. 

En cuanto a las ventanas, no sólo están sostenidas por los cimientos que caen del techo, sino que al momento de cerrarlas los trabajadores deben atarlas con el hilo de los sueros que ya no se utilizan con fines medicinales.

La recorrida sigue y sobre uno de los ascensores hay pronunciadas grietas. Cuando llueve el agua cae encima del elevador generando un riesgo de cortocircuito para quien decide utilizarlo. Pero la opción B es quizás mucho más peligrosa. Se trata de utilizar las escaleras, en ellas se pueden ver numerosas grietas que dividen a los escalones en pedazos de cemento. Con suerte se logra subir a los pisos superiores. 

El recorrido tuvo una duración de 28 minutos ya que se suspendió debido a que el Director del hospital fue mandado a llamar porque estábamos filmando en que estado se encontraba el lugar del cual él es el encargado. Cuando iniciamos el recorrido fílmico no se encontraba en el edificio. Fuimos una emergencia para él. Llegó lo más rápido que pudo y el funcionario público nos acusó de estar actuando de mala manera al tiempo que nos pidió que apaguemos la cámara. 

Si filmar lo que sucede en un hospital público en donde trabajadores y pacientes corren riesgos es actuar de mala manera, nos preguntamos: ¿Qué significará para un Director ejercer violencia institucional y abandono estatal?

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