El Concejo Deliberante platense se prepara para una nueva renovación (12 de sus 24 miembros) en un escenario complicado para las fuerzas políticas que lo integran. Todo indica que por lo menos 8 de los 12 ediles que ponen en juego sus mandatos, difícilmente quedarán en el Recinto mientras que el destino del resto depende de una febril negociación interna.

LOS DILEMAS DEL FRENTE UNEN

En el Frente Unen terminan sus mandatos Leonardo Rochetau y Emiliano Fernández, uno por el GEN y otro por el socialismo platense, una fuerza que en La Plata sigue acusando recibo de la fuerte división sufrida hace ya cuatro años cuando algunos dirigentes adhirieron al kirchnerismo y otros decidieron mantenerse en el arco opositor. No hay certezas sobre si Rocheteau buscará la reelección o dejará paso a la renovación en una fuerza que todavía debe definir su destino a nivel local en medio de las tormentosas aguas en que navega por estos días. El socialista Fernández, por su parte, ha dado algunas muestras de sus aspiraciones con carteles con su nombre aparecidos sobre el final de 2014. En tanto,  Gastón Crespo (GEN) tiene mandato hasta 2017 al igual que el radical Juan José Cardozo que quedaría solo en esa bancada al cumplir su ciclo Fernando Gando. En el peor escenario, el acuerdo GEN-UCR-PS-Libres del Sur quedaría entonces con dos concejales representándola en el recinto pero de repetir la performance de 2013 mantendría cuatro bancas.

LA RENOVACION ULTRA KIRCHNERISTA

El ultrakirchnerismo pone en juego este año dos bancas: la de Sebastián Tangorra y la de Martín Alaniz. Todo parece indicar que ninguno de los dos volvería al Concejo platense. Tangorra porque su pertenencia al espacio que lidera Julio Alak lo llevaría a transitar otro camino y Alaniz, ahora en el gobierno nacional vinculado a lo que será la  nueva Side, porque puede ocupar un lugar en la lista de candidatos a senadores por el oficialismo , según se especula. Lo mismo podría ocurrir con Florencia Saintout, que tiene mandato hasta 2017 al igual que Guillermo Cara. Aquí también, el peor escenario en los comicios de octubre dejarían a los ultra K con dos representantes en el Concejo. Si, en cambio, decidieran enfrentar a Bruera con una lista colectora (en caso de que las haya) las proyecciones indican que el kirchnerismo duro podría mantener las cuatro bancas que hoy posee.

EL MASSISMO, HACIA LA MAYORIA

En el massismo se da un caso particular: de sus seis ediles solamente pone en juego a uno: Javier Pacharotti, que sigue empeñado en la pelea interna por la intendencia. Los demás, incluyendo a los también candidatos a intendente José Arteaga y Oscar Vaudagna, tienen mandato hasta 2017 lo mismo que Marcela Farroni, Javier García y el melzista Gerardo Jazmín. Las proyecciones, de acuerdo con el último resultado electoral a nivel local, indican que al massismo sólo le queda seguir sumando ediles dentro del recinto. Así, en un escenario en el que no pudiese alcanzar la intendencia pero que le permitiera sumar 4 bancas, se convertiría indefectiblemente en la primera fuerza dentro del deliberativo platense, con nueve ediles.

 EL BRUERISMO Y SU LUCHA HISTORICA

 El bruerismo la tiene complicada. Volverá a dar la lucha histórica que viene dando desde sus comienzos para mantener el control del Concejo Deliberante. De los siete ediles “puros” que hoy tiene en el recinto, cuatro de ellos ponen en juego sus mandatos:  Lorena Riesgo, Juan Lotúmulo, Fabián Lugli y Pedro Borgini. Le quedan hasta 2017, Germán Beltrano, Silvana Soria y Gabriel Bruera. También terminan los días felices de sus dos aliados, Sabrina Rodríguez y Guillermo Renna. La primera buscará meterse en la grilla de los reelectos pero todo indica que no podrá posicionarse más arriba del quinto lugar. Renna, por su parte, depende del acuerdo que pueda tejer con el bruerismo su jefe político, Gonzalo Atanasof,  para meterlo en la grilla por el sciolismo platense, un espacio con inexistente militancia territorial acotado a la presencia de funcionarios provinciales. 

EL JUEGO DE LAS SILLAS

La elección en el bruerismo se parece al juego de las sillas, en que siempre hay más demanda que oferta. Es que del primero al cuarto lugar en la lista de candidatos a concejales, (que es la cantidad que se especula podría lograr con seguridad el bruerismo gane o pierda la elección de octubre), los nombres ya estarían puestos o al menos las necesidades muy claras. Borgini quiere la reelección y mantener la presidencia del Concejo, pero un sector del Ejecutivo aunque por ahora silenciosamente (fue primicia de Diario Full) quiere meter en el primer lugar de la lista, en el estratégico sitio del reemplazo natural del intendente, a un hombre de máxima confianza: el contador Néstor Yalet, el hombre que maneja las finanzas de la intendencia. Para el segundo lugar en la lista hay otros dos con urgencias de reelección: Fabián Lugli, con base en el Ejecutivo a través de su esposa, la dirigente de Los Hornos Susana Gordillo y Lorena Riesgo, una de las espadas del jefe de Gabinete, Santiago Martorelli y pieza fundamental en el armado bruerista.

FUNCIONARIOS Y PUNTEROS QUE QUIEREN SER CONCEJALES

 Con todo, el panorama en el oficialismo no parece mostrar mucho espacio para la renovación ante la demanda fuerte de un grupo de cuadros, punteros, funcionarios y dirigentes barriales que desde hace tiempo meten presión para que se les dé una oportunidad de ocupar una banca.  En ese marco la lista es extensa. Cada vez más extensa. Por citar algunos ejemplos ya “trabajan” para meterse en la lista de candidatos a concejales el director del Cementerio, el díscolo Pablo Mazola; otro funcionario del área social, Alberto Blescia; el socialista del Presupuesto Participativo, Carlos Sortino. Y siguen los nombres como el puntero Grillo Ferrer o los de algunos delegados municipales que responden a la guardia pretoriana de Mariano Bruera. Algunos se preguntan también qué lugar le dará el bruerismo, dentro del Concejo Deliberante, al espacio de Valeria Amendolara.