domingo 28 de abril de 2024 - Edición Nº3868
Diario Full » POLITICA y POLITICOS

Una vergüenza: en La Plata ya hay más de 20 mil frentes dañados por los graffiteros

Por Jorge Joury


Para la mayoría de la población, es una práctica dañina. En cambio, otros la consideran una expresión de arte ciudadano. Lo cierto es que en  La Plata las paredes lloran frente a la ofensiva despiadada de los graffiteros. No se sabe como hacen para no ser detectados, pero hay casos en que las leyendas escalan hasta los primeros pisos de los edificios céntricos. Se calcula que hay más de 20 mil frentes dañados por el avance desenfrenado de los aerosoles. Los vecinos ya no saben ante quién recurrir para que se le dé un corte definitivo al problema, pese a existir la ordenanza municipal 107, que prohíbe esta actividad. Cualquier vivienda, comercio, institución o edificio público, monumento, señalética, hasta el pavimento y el transporte de pasajeros, son objeto permanente de pintadas. El material que viene en aerosol es el más utilizado para esa clase de vandalismo. Tal es así, que ahora se restaurará la fachada del teatro Argentino, la que será preservada con una pintura antigrafiti para evitar otro gasto inmediato. El tema vuelve a abrir la polémica, a raíz de la reciente detención de un joven estudiante de 19 años, que fue sorprendido mientras  terminaba una inscripción con pintura negra sobre la fachada de una mueblería ubicada  en las calles 12 y 61, a metros de la Jefatura Departamental y la sede de la CDI la Plata. Al joven, vecino de Plaza Moreno, que luego fue liberado, se le abrió una causa y se lo procesó lo cual le queda como antecedente, para el caso que reincida en esa actividad.

PAREDES QUE LLORAN DE BRONCA

Hace muchos años que la modalidad “grafitera” se ensaña con los espacios limpios de la vía pública. No obstante, algunos la defienden sosteniendo que es una forma de arte callejero. Aunque ha habido más de un proyecto que buscó terminar con esta suerte de plaga urbana, hasta el momento nadie ha logrado ponerle freno. 

El grafiti clandestino es una actividad de riesgo y cargada de adrenalina. Significa en las sombras de la noche, asumir el riesgo de entrar, pintar y salir antes de que llegue la policía. Tener un boceto previo del diseño, también es indispensable para hacerlo en el menor tiempo posible.

Se calcula que dos de cada cuadro viviendas de la zona céntrica y sus alrededores, han sido afectadas por esta manía incomprensible que también destruye el patrimonio cultural. Muchos de los monumentos históricos han sido blanco de estas acciones. Algunos sostienen al voleo, que limpiar y reparar el daño causado en las paredes que hoy lloran de bronca en la ciudad, significaría invertir más de 20 millones de pesos. Y lo peor, es que  la solución sería temporaria, ya que mientras no se adopten sanciones ejemplificadoras, vendrán otros a manchar lo restaurado. Para poner un ejemplo geográficamente cercano, la Ciudad de Buenos Aires gasta 5 millones de pesos mensuales en restaurar los espacios públicos dañados.

VOCES DE CONDENA

Para entender el fenómeno,  algunos especialistas sostienen que "los grafitti es una exteriorización primaria e inaceptable de la bronca. Cuando ataco un edificio de valor histórico estoy autoatacándome", afirma Magdalena Faillace, ex presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, Museos y Lugares Históricos. "No hay derecho individual, por más bronca que haya, que permita afectar el patrimonio. No se justifica el derecho a atacar nuestros bienes porque representan una parte de lo que somos". 

Horacio González, desde la sociología opina que: "Cuando se pintan lugares del patrimonio cultural, aparece una doble función comunicativa. Por un lado, la que expresa el mensaje mismo. Y por el otro, el desafío a un símbolo cívico". Para el semiólogo Oscar Steimberg, la pintada callejera puede suscitar una reflexión sobre la situación política. "Hoy en día, el graffiti puede tener más eficacia que en otros momentos porque el lector se conforma menos con la palabra institucionalizada", agrega. 

UN CARNAVAL DE CONSIGNAS

 

Desde aquellas consignas como: "seamos realistas, pidamos lo imposible" o "la imaginación al poder", " que irrumpían sin permiso en las paredes de Parìs durante el Mayo francés, hasta las pintadas revolucionarias en América latina durante la convulsionada década del 70, el graffiti supo hacer pública la sátira y la condena a personajes o prácticas sociales. Y, por supuesto, expresar ideas o posturas políticas de todos los colores.

 Existen sitios de internet que ofrecen un amplio abanico de  graffitis argentinos que hicieron historia. "Votaste. Esperá dos años y volvés a participar"; "la Justicia ya falló"; "unos nacen con suerte, otros en la Argentina"; "el dólar no baja: se agacha para tomar impulso". A pesar del paso del tiempo, algunas de estas frases no han perdido actualidad y se regeneran de acuerdo a la realidad. 

En La Plata, un caso muy comentado fue la frase estampada en el frente de la casa del cuádruple asesino, Ricardo Barreda. El haber exterminado a las mujeres de su familia, le valió al odontólogo el mote de "Idolo" con grandes letras, una expresión inaceptable de machismo exacerbado. La actualidad polìtica también está siempre presente. Por ejemplo, en la zona de Plaza Rocha alguien pintó en un frente la recordada frase de Cristina Kirchner: "No fue magia". Inmediatamente, debajo le estamparon: " Fue choreo"...

También el mito ciudadano en épocas de mayor inseguridad alentó el temor de que muchos símbolos o frases, eran decodificados como marcacion de casas para eventuales robos. Son simples rayas, una inicial o un garabato hechos con aerosol. Pero su aparición de un día para otro en las paredes. despierta el temor de los vecinos. Algunos inmediatamente llaman a un pintor para tapar las huellas y avisan a la Policía.

UN LIBRO QUE MARCA EL CAMINO

Máximo Randrup y Federico Ferraresi son licenciados en Comunicación Social en la Universidad de La Plata y estudiaron el camino del graffiti platense. En esa dirección, fotografiaron más de ocho mil muestras, además de entrevistar a graffiteros y salir con ellos a la calle a la hora de pintar. La investigación permitió establecer el predominio de los mensajes futbolísticos, polìticos y musicales.

Las conclusiones de ambos profesionales fueron volcadas en el libro "El graffiti tiene la palabra, que fue editado en el 2012. El tándem registró más de ocho mil expresiones en un sector comprendido por 280 manzanas, repartidas entre la zona céntrica y otras ubicadas en puntos opuestos de la periferia. Los datos salientes que dejó el análisis de esas pintadas fueron un fuerte predominio del graffiti de frase (71%), por sobre el de estética hip hop (con el 12%), los mixtos (10%) y los dibujos (7%).

Otro elemento que tiene en cuenta el libro, es que en una ciudad donde la pintada callejera está prohibida por la ordenanza municipal 107, prevalece el mensaje anónimo (68%) por sobre el firmado (32%). La técnica predominante es el aerosol (81%) por sobre el stencil (10%), el fibrón (4%), la pintura (2%), el esgrafiado (1,6%) la combinación de aerosol y pintura (0,7%) y el figurón (0,6%).

PELOTAZO EN CONTRA

Hace ya algunos años, en 2008, los clubes Estudiantes y Gimnasia cerraron un acuerdo para preservar el espacio público de las pintadas de los hinchas de ambas instituciones. No obstante aquel compromiso, las leyendas albiazules y albirrojas siguen apareciendo hoy con mayor intensidad en fachadas y monumentos.

En el graffiti futbolero, los investigadores descubrieron una fuerte lucha por el territorio, así como también un código para iniciados .Son frecuentes las alusiones al histórico 7 a 0 con que Estudiantes derrotó a Gimnasia el 15 de octubre de 2006 y las menciones a “la 22”, seudónimo de la hinchada gimnasista. Y en el musical, dos formas de expresión: la de los grupos emergentes que buscan hacerse conocer y la de los fans que hacen pintadas referidas a las bandas que admiran.

También encontraron una multitud de graffitis con respuesta (9% del total) en los que las paredes se transforman en el escenario de un diálogo de pintadas. En la mayoría de los casos, esta modalidad se detectó en los referidos al fútbol.

BOMBARDEAR PAREDES

De las entrevistas a graffiteros locales, en el libro de los comunicadores sociales se observan datos a tener en cuenta sobre la metodología que aplican. Las más comunes son estructuras horizontales, sin rivalidades entre grupos. Es más, con colaboración y sin lìderes.

En el argot utilizado por los graffiteros el "bombardear" significa salir a pintar en un lugar puntual y saturarlo."Salir de vendaval" es ir a pintar muros y correr si aparece la policìa. "Yarda" es el término con el que se marca el lugar en que se puede pintar trenes. La lucha por imponer esta actividad, empieza en el barrio. Hay que dejar una marca en cada espacio posible, en los muros, en los portones, para ganarlos antes de que lo haga un competidor. 

Después la guerra se extiende a toda la Ciudad. Y a las piezas más codiciadas, los trenes y los colectivos, verdaderos lienzos móviles ideales para exhibir lo que algunos consideran arte, pero para otros es una suerte de botín de guerra. Cuando el transporte público local ya fue conquistado, el paso siguiente es pintar formaciones en otras ciudades. Buenos Aires no es ajena al fenómeno y, en los últimos años, se convirtió en un blanco para las bandas de grafiteros internacionales, que llegan atraídas por la reciente renovación de parte del material rodante.

Los grafiteros, según se cree, en su mayorìa son de clase media, ya que los aerosoles son costosos. Se autodefinen como “writers” o escritores. Cuando se unen en grupo forman una “crew”. Pintar clandestinamente el nombre de ésta, significa diseminarlo por toda la ciudad para marcar territorio. La polémica sobre si es arte o depredación, quedará siempre abierta y dependerá del ángulo con que se la mire. El escritor Eduardo Galeano, señaló que "las paredes no siempre se sienten violadas por las manos que las escriben o las dibujan. En muchos casos, están agradecidas. Gracias a esos mensajes, ellas hablan y se divierten. Bostezan de aburrimiento las ciudades intactas, que no han sido garabateadas por nadie en los poquitos espacios no usurpados por las ofertas comerciales”. No obstante, la mayoría de los vecinos consultados, opinan lo contrario. Prefieren los frentes limpios, además de exigir mayores penalidades. Es más, sueñan con que los infractores terminen restaurando con sus propias manos, los frentes que dañaron. O como castigo ejemplificador, pintando hospitales y escuelas.

 

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP. Su correo electrónico es [email protected]. Quienes quieran consultar su blog, pueden dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.


OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias

VIDEOS