Después de la noticia conocida a través del diario digital Letra P, sobre el  pedido de jubilación presentado por la procuradora general bonaerense, María del Carmen Falbo, se supo que la jefa de los fiscales penales bonaerenses deja nutridas huellas genealógicas: numerosos familiares y allegados de familiares seguirán desempeñando funciones en el organismo, en un contexto donde el sistema de ingreso es cuestionado por varios letrados.

Según precisaron a este medio por fuentes confiables, al menos siete parientes de la procuradora poseen un cargo en el atestado organigrama del Ministerio Público. Quizás el caso más notorio es el de la secretaria de Estrategia Institucional y Gestión, Susana Elena Deferrari, sobrina de Falbo que ingresó a la Procuración en 2004 como relatora letrada de su tía en el marco de una fuerte polémica ya que, para su desembarco, fue modificado el régimen laboral de los empleados judiciales, algo que la Suprema Corte provincial hizo pocos días antes de su designación.

Fuente: letrap

El cargo que por estos días posee Deferrari, sin concursar, está en paridad con un juez de cámara. En ese esquema, la sobrina de Falbo designó a su cuñada,Silvia Llanos, a cargo de Casas de Justicia.

Ligado a Deferrari, figura el secretario de Política Criminal del Ministerio Público, Homero Alonso, ex socio en el estudio jurídico del fiscal eneral de San Isidro, Julio Novo, quien enfrenta un juicio político por presunto encubrimiento en el caso del doble crimen de Unicenter, situación en la que también se vieron involucrados Falbo y Alonso.

Por otro lado, tres sobrinos nietos de Falbo también se desempeñan en la Procuración: Sebastián, Julieta y Ramiro Martiarena. En cuanto al primero, es funcionario en una Defensoría, mientras que Ramiro es fotógrafo de la Policía Judicial y ha colaborado con instantáneas para la revista del Ministerio Público. Julieta, se desempeña como relatora.

En tanto, el Departamento de Arquitectura e Infraestructura está encabezado por Alejandro Capararo, ahijado de Falbo. Tras un ingreso que generó malestar y polémica en la Procuración, el cargo de Capararo poseía el mismo nivel que un juez de primera instancia (categoría 20), para el que sí se dan concursos. Pero acaba de recibir un premio: la madrina le regaló un salto a un peldaño superior.

A CONTRAPELO. “La idea de este proceso de selección que instauró la procuradora Falbo fundamentalmente es garantizar la igualdad de oportunidades para todas aquellas personas que quieran ingresar a un cargo administrativo dentro del Ministerio Público. Darle oportunidades a todo el mundo, en las mismas condiciones para que puedan aspirar a un cargo dentro del Ministerio", subrayó recientemente al programa Justicia en Primera Personael prosecretario de la Procuración Civil y Comercial, Marcelo Draghi.

Sin embargo, varios letrados pusieron de manifiesto a este medio su malestar ante una realidad que, según relatan, va a contrapelo de la igualdad de condiciones que exalta Draghi sobre el sistema instaurado por la jefa del Ministerio público.

Un riguroso proceso de selección (examen eliminatorio de conocimiento y tres entrevistas) y rechazos bajo argumentos minuciosos que luego no se aplican a otras personas que sí logran ingresar son algunas de las cuestiones que advierten en casos a los que la Procuración les cerró la puerta de acceso y que difieren de la manera en que obtuvieron un cargo algunos de los familiares de Falbo mencionados. “Hay muchos hijos y entenados”, resumió una de las voces consultados al definir el nepotismo de la estructura que Falbo dejará como legado una vez que se efectivice su jubilación.