Hoy más que nunca reverdece la vieja discusión que algún día una nueva ley deberá ayudar a terminar: ¿Si te eligen por un partido, la banca es de ese partido o de la noche a la mañana te podes apoderar de ella y armar tu propio unibloque? ¿Son confiables los políticos que van y vienen o, como decía Perón, viven sacando los pies del plato?. En esta elección de Defensor Ciudadano de La Plata hay mucho de eso y ya empezaron a pasarse algunas facturas, viejas pero vigentes. Y en medio, grandes candidatos, reconocidos vecinos.

EL VUELTO

Como Diario Full había anticipado, el primer "vuelto" le llegó a Marcela Farroni, la edil que un día rompió el bloque massista para armar un "vecinalismo" desde el que acompaña a la administración macrista de Julio Garro. La idea de ungirla como Defensora Ciudadna para "canjear" su banca por la de Laura Barisone (otra joven que ingresó por el massismo pero tal parece ahora coquetea con el macrismo) no prosperó. "El que traiciona una vez traciona siempre", disparó en uno de los pasillos del Concejo Deliberante un edil con larga experiencia en estas lides.

SIETE DIAS

Las negociaciones que ensayaron Cambiemos y el Frente Renovador no llegaron a buen puerto. Para elegir al ómbudsman hace falta mayoría en el Concejo y ninguno de los dos bloques la logra por sí mismo. De ahí que se resolviera extender el plazo de inscripción por otros siete días en procura de lograr una síntesis que hasta el momento se ha mostrado esquiva.

EL TACHU AL TACHO

Por esa causa, además, el Frente para la Victoria salió a cuestionar la decisión adoptada por el presidente del Concejo, Fernando Ponce. Es una reacción natural: el peronismo ve de afuera las negociaciones que terminará encumbrando en la Defensoría Ciudadana a un dirigente surgido del acuerdo entre el massismo y el oficialismo local. Sin embargo, ese cierre no llega y viene precedido de varios traspiés. El primer nombre que se echó a rodar impulsado por el Frente Renovador fue el de Juan "Tachu" Malpeli. Se trata de otro político platense que alguna vez cambió de camiseta para dejar el bruerismo, de donde fue nada menos que  director de Control Urbano para pasar al massismo de la mano del Chubito Leguizamón, quien luego de su derrota en las PASO aceptó un cargo en el andamiaje nacional del gobierno que conduce Mauricio Macri.

LA INFLUENCIA DEL CABEZON PEREZ

Malpeli es un dirigente cercano al diputado nacional Raúl Pérez y su nombre cayó en los pliegues de la interna del massismo. Fuentes partidarias cuentan que varios dirigentes del FR se mostraban dispuestos a apoyar su postulación, pero pusieron como condición que ese respaldo fuera compensado en el armado de la lista de candidatos legislativos para el año que viene. Concretamente, que el sector de Pérez “se diera por pago” con el encumbramiento de Malpeli, por tratarse la Defensoría de una estructura con presupuesto propio y mandato por cuatro años. Diversas versiones coinciden en que el diputado platense no estuvo de acuerdo con la contraoferta y el nombre del ex funcionario pasó al arcón de los recuerdos.

EL PELADO QUE FUE DE CASTAGNETO Y DE BRUERA

Luego apareció la figura de otro massista que supo competir en la numerosa Primaria del sector por la candidatura a intendente el año pasado: Carlos Melzi. Melzi también tiene su historia de abandonos y usurpaciones de bancas. Fue concejal por la lista que en 2007 encabezó un ultrakirchnerista de paladar negro como Carlos Castagneto pero a hora de asumir ya había dejado ese espacio. Con el correr de los meses terminó en el bruerismo, primero como aliado y luego como funcionario. Melzi había quedado muy herido con Sergio Massa al que supo encarar públicamente por lo que consideró favoritismo en el armado de las listas locales tras las PASO. Massa, cuentan, decidió priilegiar a los que le merecían más confianza. Cuentan que la posibilidad de Melzi como Defensor Ciudadano comenzó a tallar con el aval de los diputados provinciales Jorge Sarghini y Juan Amondarain y que, por un momento, pareció encontrar un fuerte respaldo dentro del Frente Renovador.

GARRO LE BAJO EL PULGAR

El problema para Melzi fue que no pasó el filtro ajeno y habría sido vetado, se comenta en diversas fuentes, por el propio intendente Julio Garro. A Garro,señalaron fuentes macristas, "Melzi le cae muy simpático para comer un asado y charlar, pero hasta ahi". Y otra vez el vejo axioma: "Los traidores no cambian, cambian los traicionados". En los últimos días llegó una movida fuerte de Cambiemos en busca de ubicar a una aliada en el cargo de Defensora. En un trabajo de pinzas entre el Ejecutivo y sus principales espadas legislativas, se buscó impulsar a la edil Marcela Farroni.

LA QUE JURO POR LOS INUNDADOS

Farroni ingresó al Concejo por el massismo. De entrada se hizo notar al jurar "por los inundados" en una ceremonia que incomodó al entonces intendente Pablo Bruera. Pero, curiosamente, meses más tarde cuando se debía tratar la Rendición de Cuentas del municipio del año de la inundación, Farroni aceptó un viaje a Turquía financiado por la comuna para representarla en una actividad que incluyó una muestra de arte y de poesía en el país de Las Mil y Una Noches. Al poco tiempo Farroni rompió el bloque massista y armó un monoamiente "vecinalista". En el massismo que se referencia con José Arteaga y Oscar Vaudagna entre otros históricos de ese espacio en La Plata, a Farroni se la tenían jurada.  El nombre de la concejal le cerraba justo al Intendente: ungía como ómbudsman a una dirigente afín y, de paso, sumaba a su propio bloque a un representante más, ya que la suplente de Farroni es Laura Barisone, una dirigente a la que diversas fuentes ligar al nuevo funcionario de Garro, Luis Barbier. Pero el nombre de Farroni no pasó el filtro del massismo. “Lo único que falta es que se metan en nuestra interna”, bramaba en las últimas horas contra el PRO un edil de ese sector. En el Frente Renovador juran que “nunca” pasará el nombre “de alguien que nos traicionó”.

Pero la jugada frustrada del oficialismo esconde otra cuestión que por estas horas desvela a Cambiemos: cómo lograr mantener la misma relación de fuerzas que existe actualmente en el Concejo.

Allí entra en escena la radical díscola Florencia Rollié. Si bien formalmente sigue dentro del bloque oficialista, sus posturas hipercríticas al Ejecutivo ensalzadas con denuncias penales contra la propia administración comunal, la ponen con un pie afuera del oficialismo.

“Se va sola o la van a ir”, aseguran observadores de la política platense. El ingreso de Barisone apuntaba en parte a mitigar esa pérdida que no pocos en el PRO juzgan inevitable.

DOS VECINOS PRESTIGIOSOS

En medio de las negociaciones entre el massismo y Cambiemos se desarrolla otra conversación en forma paralela. Como un anticipo del posible acuerdo electoral que se maquina a nivel provincial, existe un intento por sintetizar posiciones y candidato entre el Frente Renovador y el GEN.

En el sector de Margarita Stolbizer aparecen dos nombres en danza: el del abogado Alejandro Carranza y el del ex diputado provincial Henry Stegmayer.

Por ahora no hay consenso entre ambos sectores.

La otra novedad que surgió ayer en medio del frenético trámite de inscripción de candidatos, tiene que ver con el adjunto del próximo Defensor Ciudadano que reemplazará a María Monserrat Lapalma.

El oficialismo aspiraba a acordar con los massistas el nombre del ómbudsman, pero pretendía reservarse la designación del adjunto, potestad que quedaría para el titular del Concejo, Fernando Ponce.

En la oposición aseguran que “convencieron” a Ponce para que ese cargo sea parte de la negociación global. Por ahora florecen postulantes, pero el acuerdo para elegir un nombre no llega.