Sobre la llegada de gendarmes y efectivos de otras fuerzas de seguridad nacionales a territorio bonaerense, Arslanián expresó: “No es una solución apropiada, es una respuesta a una crisis y a una situación de emergencia. Lo deseable sería que cada una de las provincias atienda los fenómenos de delincuencia propios de su jurisdicción con sus recursos naturales que son sus policías.

“Se necesitan policías suficientemente entrenados y organizados, cosa que hace rato debería haber sucedido en la Provincia de Buenos Aires. Hay una demanda social muy fuerte, una delincuencia que ha crecido en los índices de violencia y homicidios dolosos, y entonces sucede esto de desplazar fuerzas de seguridad sacándola de sus funciones naturales como una solución de emergencia”, continuó el ex magistrado en diálogo con Radio Provincia.

“Si se hubiese continuado o mantenido la reforma que llevamos adelante durante el gobierno de Felipe Solá con una policía que había sido depurada, altamente entrenada, capacitada y además con un gobierno civil de la fuerza, hoy tendríamos una policía muy buena y se hubiesen resuelto la mayor parte de los problemas. Lamentablemente eso se dejó de lado y hubo ocho años malos para la seguridad de la provincia”, comentó el ex ministro de Seguridad bonaerense (1998 – 1999 y 2004 -2007).

“Hay una gran cantidad de elementos que convergen, por un lado están las cuestiones políticas e ideológicas, por el otro el poder y el vínculo muy fuerte entre la policía y la política, los lobys policiales extraordinarios que han conspirado permanentemente contra reformas serias”, aseguró.

“Cualquier reforma seria pasa por combatir la corrupción de la fuerza y sacarle el manejo los fondos, algo que según mi opinión acaba de hacer con acierto María Eugenia Vidal. Nosotros lo hicimos en el año 2004 y antes también con Duhalde en el ’99 cuando se creó el Ministerio de Seguridad y un equipo gubernamental se hizo cargo de su administración”, comentó Arslanián.

Continuando con las críticas a la gestión de Daniel Scioli, el jurista expresó: “Acá hubo un desmanejo político permanente y se cedió a las presiones de los lobys policiales y de los mercaderes de armamento que han conspirado en contra de una reforma integral y perdurable en el tiempo”.

“Se van repitiendo medidas permanentemente porque no hay continuidad en las gestiones y cuando se refuerza el poder policial en cuanto a la administración y tomas de decisiones, los hechos se agravan, se incrementan los índices delictivos y se acentúan los fenómenos de descomposición y contaminación al interior de las fuerzas”, continuó.