viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3866
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Berisso: intervinieron el Club Social y su sede pasaría al Hospital, los Bomberos y el Dispensario Tettamanti

La Dirección Provincial de Personas Jurídicas hizo lugar a la presentación del intendente Jorge Nedela. En la entidad funcionaba una Unidad Básica del empresario Fabián Cagliardi.


El Club Social de Berisso volverá a estar en manos de los vecinos”, se le escuchó decir al intendente de la localidad vecina, Jorge Nedela, al celebrar la intervención dispuesta por la Dirección Provincial de Personas Jurídicas en el histórico edificio de la calle Génova 4419, hoy devenido en Unidad Básica K.

Allí, el jefe municipal acusó “irregularidades”, como la inexistencia de autoridades legítimas e incumplimiento del estatuto y de la actividad social, a la vez que hizo hincapié en las denuncias por el presunto funcionamiento de un centro de juego clandestino en el lugar.

La institución está “acéfala desde hace 15 años, inactiva, y no sabemos quienes conforman su comisión directiva”, le dijo a este medio el director de Asesoría Letrada de la Municipalidad de Berisso, Hugo Dagorret.

“La intención es devolver el Club a sus verdaderos beneficiarios: el Hospital Mario Larrain, la Sociedad de Bomberos Voluntarios y el Instituto Tetamanti”, confirmó el funcionario.

Así, quedará desmantelado el búnker que, bajo el eufemismo de Centro Cultural María Roldán, montó en el establecimiento el empresario kirchnerista Fabián Cagliardi, vinculado a la gestión de Enrique Slezack .

En las antípodas de los fines sociales para los cuales fue creada en 1945, y a contramano de su reglamento, hoy la asociación aparece ligada a un personalismo político que, sin disimulo, se delata desde el frente de la construcción, con consignas y fotografías alusivas al referente K.

Entre otras conclusiones preliminares sobre la situación legal del club se indicó que de la última comisión directiva, cuyo mandato cesó hace 15 años, solo quedan tres personas vivas: los vecinos José Pendón, Angel Modolo y Marcelo Bassani.

Luego de vencer esos mandatos no se habría producido renovación de autoridades, según la denuncia formulada a Personas Jurídicas.

En diálogo con este diario Dagorret dijo que “esto pone fin a muchos años de irregularidades” y se indicó que ahora la intervención deberá buscar libros de socios, actas de asambleas y otra documentación que de no ser presentada determinaría la liquidación de la entidad.

UN GARITO

Fuentes de la comuna que conduce el radical en Cambiemos, Jorge Nedela, se entusiasmaron con la posibilidad de que el inmueble pase al Hospital, al Dispensario y a Bomberos “por lo beneficioso que podría ser para esas entidades y en consecuencia para todos los berissenses”.

En tiempos recientes funcionó también un boliche bailable que fue clausurado por la municipalidad.

Durante las últimas décadas, cabe señalar, el Club Social albergó un restorán y a principio de los 90 estuvo en el centro de un escándalo al descubrir la policía el funcionamiento de un “garito” de juego que terminó con varios detenidos.

El interventor

Una vez concretada la intervención, el Municipio berissense analizará el estado de situación con las instituciones beneficiarias, se convocará a una asamblea de socios y se discutirá la posibilidad de establecer en el edificio una sala de primeros auxilios o consultorios externos, entre otras alternativas.

Sin embargo, para Dagorret, “lo principal era avanzar en la intervención”. Esa tarea quedará en manos de Gabriel Adrián Miraz, actual asesor educacional de la intendencia que encabeza Nedela.

Para el interventor, es “sumamente sorprendente que haya una organización política en medio de un club social”, y por eso se encargará de “normalizar la situación de una institución que hoy está a la deriva, según me pidió el intendente”, afirmó a este medio.

En los primeros días de la semana próxima, Miraz será notificado formalmente de la intervención en el Ministerio de Justicia bonaerense. Entonces, comenzará a correr un plazo de cinco días para la presentación de posibles impugnaciones, las cuales deberán someterse a distintos grados de validez y legitimación.

Mientras, vecinos, autoridades y socios del club de Berisso esperan que en febrero, una vez levantada la feria judicial, la institución recupere la “normalidad” que los sectarismos políticos truncaron.

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