Los tambores de guerra que suenan en la negociación, por el momento dificultan que las partes lleguen a buen puerto. Lamentablemente, a esta altura del año el escenario de beligerancia, pone en jaque el inicio de clases por los reclamos sindicales. Pero esta vez, hay un tire y afloje especial, que va más allá de los porcentajes. Por el lado del Gobierno, no piensan aceptar los reclamos sindicales y se atornillan con firmeza en la oferta de un piso del 18%. No quieren nacionalizar la discusión y se aferran a ese corcet salarial, al que consideran un test político imprescindible. 

La decisión la tomó Mauricio Macri. En los círculos políticos, se lo interpreta como un "apoyo total a la gobernadora". Pero a su vez es un riesgo. Vidal tendrá que remar fuertemente, con el riesgo que la contienda termine magullando su imagen. El kirchnerista Roberto Baradel, que lleva la voz cantante desde la otra orilla, está dispuesto a todo y amenaza con un paro de 48 horas con fecha tentativa para el 6 y 7 de marzo, lo cual dejaría sin clases a casi 4 millones de alumnos bonaerenses.

El ajedrez es complicado. Vidal se ha plantado un 18% de mejora, repartido a través de cuatro etapas del 4,5% y con ajuste automático con inflación. Del otro lado del mostrador le reclaman 35% directo sin ninguna indexación. Pero la gobernadora contesta que no hay plata para ese requerimiento y que ella no prometerá lo que no puede cumplir. Se abre así una brecha de 17 puntos porcentuales, que duplica a la oferta del oficial. Lo que finalmente se dé, terminará sobre una cuenta que sólo en el primer semestre del año ascendió a cerca del 32%del gasto público total de la Provincia. Para que se tenga una idea, el monto final habría superado la friolera de  94 mil millones de pesos en el 2015.

No obstante, de aquí al 6 de marzo, hay margen de maniobra en las conversaciones. Vidal y el predicamento que ha logrado, la convierte en la gran jugadora. Hay quienes aseguran en los pasillos de la residencia de la calle 6, que la gobernadora tiene cartas en la manga para llegar a buen puerto. Se habla de algunos adicionales por debajo de la mesa, financiados por el gobierno nacional. Se los da por hechos, solo que manteniendo el formato del 18% para evitar que los demás gremios vengan en avalancha a pedir igualdad de condiciones. Vidal se muestra firme, como una maestra con el puntero en la mano y ya anunció que descontará los días de paro a los docentes que no trabajen, aunque no pierde el objetivo de hacer todos los esfuerzos en el diálogo para que empiecen las clases en tiempo y forma.

La mandataria, quiere también otras cuestiones sobre la mesa, entre ellas discutir la capacitación docente y hablar descarnadamente del ausentismo, que según cifras extraoficiales llegaría al 19%. Otro de los datos numéricos señala que sólo la mitad de los 280 mil maestros bonaerenses están sindicalizados. El costado político de la discusión, es el que desvela a las primeras espadas de la residencia de la calle 6. Murmuran en voz baja que "Baradel es kirchnerista y no quiere que nos vaya bien.Ya en diciembre empezó a alertar que las clases no iban a empezar en fecha. Además está queriendo ganar un espacio en la CTA unificada y se quiere validar con un conflicto de magnitud. En un año electoral, pretenden instalar Baradel contra María Eugenia". Los informantes sostienen que "la presión de Baradel tiene coloratura electoral" y recuerdan sin ir más lejos en el tiempo, "el papel que jugó el sindicalista como militante kirchnerista del partido Nuevo Encuentro contra el gobierno de Daniel Scioli, actuando en sintonía con lo que quería imponer entonces la Casa Rosada. Ahora, con más ímpetu, el objetivo de presionar a Macri es inocultable", agregaron las fuentes.

La embestida de Vidal contra Baradel hizo que los sindicatos dejaran de lado viejas tensiones y se mostraran unidos. Por si la batalla se prolonga y hay que darla con toda la artillería, SUTEBA, FEB, UDA, AMET,SADOP Y UDOCBA de aquí en más operarán en bloque. En esa dirección, pusieron en marcha dos jornadas de discusión en todas las escuelas de la Provincia sobre negociación paritaria. Es parte de una campaña denominada "Unamos las escuelas" y "Ningún docente por debajo de la linea de pobreza". Para sumar fuerzas, se incluyó tanto a las escuelas estatales, como a las privadas. Ese conglomerado docente, es similar a un tanque de guerra  que en conjunto reúnen a unos 300 mil trabajadores bonaerenses de la educación.

Baradel, además volvió a pedir "respuestas" del gobierno nacional tras las "amenazas de muerte" que dijo haber recibido la semana última, al insistir con que el Ministerio de Seguridad debe "investigar" las intimidaciones que denunció haber sufrido desde las paritarias del año último, por su "accionar" sindical.  

"El Gobierno tiene que cumplir con la ley de Financiamiento Educativo, que incluye la paritaria docente; está para ser cumplida. Si no la cumplen, creo que va a haber un conflicto nacional con todos los gremios docentes", alertó el sindicalista.

No es poco lo que está en juego. Buenos Aires esta vez por decisión del gobierno nacional,es la nave insignia de la negociación salarial a nivel país. La chapa se la da el número de alumnos cercano a los 4 millones. Es intención del macrismo hacer naufragar una paritaria nacional. Desde esa estrategia, lo que cierre Vidal, tendría un efecto cascada para todos los maestros del país, lo que se dice, un peso demasiado grande para la gobernadora, hoy convertida en el as de espadas de Cambiemos. 

Las asambleas docentes empezaron a tratar la negativa del gobierno a convocar a la paritaria nacional. Frente a este escenario, los sindicatos docentes con representación nacional  ya armaron un frente para oponerse al intento oficial de dinamitar esta paritaria. Con el acompañamiento de la CGT y la CTA, advirtieron que si la Casa Rosada no abre las negociaciones, peligrará el comienzo de clases. Este año, la posición contraria a la paritaria nacional recibió el apoyo de 20 gobernadores, con el agregado explícito de manejarse con cifras cercanas al 20%, similar  al acuerdo de Vidal con los estatales y el énfasis puesto además en la necesidad de recibir fondos suficientes para atender los incrementos de los maestros.

Hay que señalar que los gremios manejan datos propios y redondean en 10% el retroceso salarial, con muy pocos casos de sectores que lograron empatar o superar el registro inflacionario anual del orden del 40%, según las distintas fuentes estadísticas. El Gobierno, en cambio se maneja con otros parámetros. Prefiere no hablar de la caída salarial arrastrada de 2016 sino que se enfoca en una supuesta recuperación del poder de compra en la segunda mitad del año anterior. Fogonea entonces el 18% como el porcentaje mágico donde podría encontrarse el punto de equilibrio en las negociaciones. Pero hay datos que son letales. En 2016 Argentina quedó como el segundo país en el mundo con mayor pérdida de poder adquisitivo de sus trabajadores.Con una caída del salarial real del 7%, se ubicó tan solo detrás de Venezuela que tuvo una disminución del 71%. El podio se completa con Kazajistán en tercer lugar, con una caída del salario real del 6%.

Frente a esos números, desde el SADOP, su titular, Mario Almirón ya se pintó la cara y disparó la primer andanada de munición gruesa: "Este gobierno se niega de manera autoritaria a convocarnos a discutir el salario. Pedimos al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, que cumpla la ley. No van a poder con nosotros cuatro gerentes de empresas que no saben lo que es la lucha y la organización". Un  gobernador peronista con peso y juego propios, resumió la situación de la siguiente manera: " La batalla va a ser muy dura. La gobernadora y el Presidente saben que es un tema difícil, pero se mantienen firmes en sus posturas". El acuerdo con el sector docente, que representan casi la mitad de los 600 mil empleados del estado bonaerense, es crucial. Fundamentalmente, porque definirá un escenario de conflicto o paz social en el inicio del año escolar. Los maestros son los que tienen mayor visibilidad ante la opinión pública, ya que cualquier medida de fuerza que adopten traslada el conflicto al seno de las familias.

Todo es admisible en el terreno del tire y afloje, pero lo lamentable, es que millones de alumnos vuelven a convertirse en rehenes de una negociación que históricamente estalla en esta época del año, pero que esta vez, tiene tinte político.Ese factor, le adjunta consecuencias imprevisibles. Esperemos que la sangre no llegue al río. 

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP. Su correo electrónico es [email protected].