En Berisso, la primera “cacería” de empleados ñoquis que la semana pasada emprendió el intendente Jorge Nedela dio resultados sorprendentes, según datos oficiales aportados a este diario, que había anticipado sobre la decisión en ese vecino municipio de “aclarar” la situación de unos 100 agentes comunales cuyos lugares de trabajo y horario fueron definidos como “desconocidos”.

El balance ofrecido arrojó que de 100 empleados que fueron intimados a presentarse en sus lugares de trabajo respondió solo uno. Y, según se aseguró, se trató de una mujer que dijo que “no sabía” que era empleada municipal.

El dato es todavía más sorprendente si se tiene en cuenta que la empleada señaló que estaba convencida que “Dijo que el trabajo se lo dieron en el Sindicato, donde aparentemente cumple tareas de limpieza, es decir que el municipio le pagaba el sueldo para trabajar para el gremio”, reconoció una fuente cercana al intendente Jorge Nedela.

Pero las sorpresas no se agotan ahi. De entre 20 agentes que fueron dados de baja al comprobarse que todos los meses retiraban su salario por los cajeros automáticos pero no iban a trabajar, detectaron a uno que directamente no vive en Berisso. Se trata de una persona domiciliada en una localidad del Municipio de la Costa. Pero allí tampoco termina el asombro porque ese “ñoqui” había dado como domicilio en Berisso la casa de un ex funcionario de la administración comunal del intendente Enrique Slezack, enrolando en el PJ kirchnerista.

Consultado al respecto, Nedela dijo que firmó 20 decretos ordenando la cesión del pago de sueldos a otros tantos empleados que, después de haberse cumplido con los procedimientos legales de rigor, quedaron en evidencia de que no iban a trabajar.

“Hay uno que vivía en La Costa y tenía domicilio en la casa de un ex funcionario municipal ya fallecido”, dijo Nedela que evitó identificar a esa última persona.

Al describir la situación planteada, Nedela dejó trascender que se podrían iniciar acciones penales respecto de ese caso puntual.

Por lo demás, el jefe comunal berissense enrolado en Cambiemos evitó dar otros detalles en tanto, dijo, “seguimos trabajando para reordenar el tema del personal que no se sabe donde trabaja”.

20 DE BAJA

En ese contexto otras fuentes municipales explicaron que “intimamos a cien, se presentó uno y se dio de baja a 20 es decir que quedan unos 80 sobre los que ya se iniciaron los procesos administrativos necesarios para avanzar sobre el cese”.

De acuerdo a lo señalado, en el municipio berissense sostienen que “hay que ser cuidadoso y no meter la pata porque luego todo queda abierto a un juicio laborar. Hay que intimar nuevamente y comprobar en forma fehaciente y documentada que esa gente no concurre a trabajar. Ya estamos en eso”, indicaron.

Pese al fuerte tironeo político que se viene dando entre el municipio y el sindicato de trabajadores municipales, la decisión de salir a “cazar” ñoquis no ha merecido críticas públicas de parte de esa organización gremial donde se sí se ha criticado el hecho de que “pasaron dos años para que se dieran cuenta que había ñoquis”.

El caso se enmarca en el desfase de la planta laboral del municipio berissense que ha venido denunciando su intendente y otras fuentes comunales en el sentido de que “hay exceso de personal en algunas áreas mientras que en otras directamente no lo hay”.

Al respecto, se recordó que la vecina comuna debe recurrir a la labor de cuatro cooperativas para la ejecución de tareas de zanjeo, desmalezamiento y recolección de residuos no habituales porque “entre los casi 1.600 empleados municipales no hay personal para realizar esos trabajos puesto que son todos oficinistas”.

En ese marco, se indicó que “hay oficinas donde hay veinte empleados; trabajo para diez y espacio”. Como se recordará, el intendente Nedela viene señalando que antecesor, el peronista Enrique Slezack, nombró 300 empleados el día anterior a entregar el municipio en diciembre de 2015.