viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3866
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La historia que aún no contó el valijero platense que sigue tirando bombas en cuentagotas

*Por Jorge Joury-. Se terminaron aquellos días regados con champagne Don Perignon, los pisos lujosos, el glamour, el jet set con las fragancias de Karina Jelinek, autos de alta gama y bolsos con dólares que aterrizaban en La Rosadita de Puerto Madero. Hoy Leonardo Fariña, el pibe de barrio platense y dueño de una gran inteligencia, que se convirtió en el tristemente célebre valijero de la corrupción K, sueña de a ratos con retornar al escenario de los placeres.


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Jorge Joury
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    Pero pone el freno de mano y reconoce que en aquel momento dio el mal paso y que la cárcel está cerca de volver a convertirse en su morada menos deseada. Se acabó la colita decorando esa cabellera recogida que le daba aire de latin lover. Hoy aquel personaje, que hasta se murmuró que podía ser hijo de Néstor Kirchner por su singular parecido, se ha convertido en el pelado Fariña, un look de bajo perfil que eligió para no levantar olas en esta nueva etapa de su vida. No obstante, si algo no ha perdido de aquel pasado de plata dulce, es su adicción por las cámaras de televisión. Cada uno de sus paseos mediáticos por los programas dejan  alto rating y  seguramente algún dinerillo para su billetera. Allí se entremezclan revelaciones siempre picantes y novedosas sobre la ruta del dinero de las coimas. Fariña hoy se declara arrepentido en todo sentido. Los dos años y medio que estuvo en la cárcel le hicieron comprender que la mejor inversión  contante y sonante es la vida en libertad. 
    Resulta obvio que Fariña tiene aún mucha información sensible, valiosa y relevante para suministrar a la justicia. Hay investigadores que sostienen que seguramente se guarda algunos capítulos para poner sobre la mesa para cuando llegue el momento apropiado a cambio de reducir condena. Incluso, en su momento, había aportado al tribunal un mapa donde, según a él le constaba, Báez había enterrado muchos millones de dólares y de euros, que hasta ahora no han aparecido. Y no solo eso.También reconstruyó situaciones que terminaron demostrando que Báez no era un corrupto solitario. Escenas como la de Lázaro visitando de urgencia a la entonces Presidente para explicarle que él no tenía responsabilidad en la inexplicable alza de la cotización del euro, en las horas donde el empresario sacaba millones en billetes de 500 a través de cuevas financieras a las que dejó sin stock.
    Fariña se convirtió así en el hombre que cambió todo. Quien de inmediato comprendió la verdadera importancia de su aporte fue Guillermo Marijuán. Por eso el fiscal federal manejó las cosas para que pudiera ser liberado de la cárcel de La Plata donde habían intentado asesinarlo, en una noche de locura y desesperación, personas vinculadas a los delitos que Fariña confesó y que hoy están siendo juzgadas.
    EL PIBE DE BARRIO QUE SALTO A MILLONARIO
    Penetrar en la vida de quien fuera una de las filosas espadas financieras de Lázaro Báez, es un camino de sorpresas. Nació en La Plata en 1986 en una cuna de clase media, fruto de la relación entre su madre -la profesora de Historia del Colegio Nacional, el Bachillerato de Bellas Artes y el Colegio Sagrado Corazón-, Liliana Seguí, y su padre, Jorge Manuel Fariña.
    En 2004, Fariña egresó del Colegio Nacional, donde su hermano, Juan Pablo, trabajaba como preceptor.
    Años más tarde, y con el título de contador público de la UNLP, este hincha de Velez y simpatizante de Estudiantes que todavía viajaba en colectivo, vio cómo su realidad cambiaba un 100%. A partir del año 2010 empezó a figurar en las revistas del corazón por su romance con la modelo Karina Jelinek, con quien concretó una mediática boda en el lujoso Tattersall del barrio porteño de Palermo, mostrándose como un millonario hombre de negocios. El confiesa que adoptó una actitud mediática en su momento por temor a que lo maten
    Fariña es un manipulador profesional. Maneja las cámaras y es  lo suficientemente inteligente para reconocer con  mirada de chico bueno: "No lo supe manejar, me ganó la ambición... Piensen en el lugar de un pibe de 23 años cuya única plata ganada había sido la comisión por un auto usado", dijo la semana anterior ante Alejandro Fantino en Animales Sueltos. Lo hizo frente a un escuadrón de voraces periodistas que lo observaban perplejos, con tenedor y cuchillo en mano y dispuestos a saltarle a la yugular ante el mínimo renuncio. Pero no fue así. A fariña ni siquiera se le movió un pelo cuando Javier Calvo, el jefe de redacción del Diario Perfil  lo calificó de "delincuente" y le disparó sin anestesia si no pensó, en esos días de dólares, flashes y lujuria, que podía terminar mal y tras las rejas. 
    Sin inmutarse y rápido de reflejos, Fariña argumentó haberse mareado ante "semejante montaña de dinero", aunque enseguida apagó el fuego contando  "las infrahumanas condiciones" soportadas en la cárcel de Ezeiza, que lo hicieron reflexionar, poniendo las cosas en perspectiva. Y hoy mira aquellos sucesos en los que los bolsos con dólares se pesaban como si se hubiera tratado de una serie de Netflix. "Mi mayor crítica es tener que haber llegado a pegarme una piña tan fuerte para valorar las cosas", arguyó Fariña. Además, dejó a la audiencia paralizada cuando dio detalles del manejo de dinero negro que fogoneaba como uno de los brazos lavadores del kirchnerismo. "A Lázaro Báez yo le lavé 77 millones de dólares, así que cuando se habla de 60 millones, ahí faltan 17...", dijo, precisando que "Lázaro no habla por respeto a Néstor Kirchner, por lealtad, porque su relación con Cristina era malísima. El mismo me lo dijo, que se sentía menoscabado por ella, pero sigue siendo leal a Néstor, en un 80% y no habla por esa lealtad a su amigo".
    CAJAS FUERTES EN CIENTOS DE ESTANCIAS PERDIDAS
    La experiencia en la cárcel de Ezeiza fue definitoria para que Fariña decidiera dar el paso para ponerse la camiseta del equipo de los arrepentidos y soñar a futuro en el juicio oral con la sentencia más leve. Al respecto recordó: "cuando se habla de las cárceles, hay que estar ahí para ver que las condiciones son infrahumanas. Yo no quiero contar detalles, pero pregunten lo que son las requisas, lo que te hacen los guardias, a vos y tus familiares... Pasás hambre y te humillan más que cuidarte, es muy duro", explicó, señalando que esa situación que le tocó vivir "me dejó absolutamente solo, perdí todo, me costó y me sigue costando recuperar a mi familia. Yo le arruiné la vida a mi viejo...". 
    "Yo a Lázaro le lavé 77 millones de dólares y Cristina tiene muchísimo más que eso...", consideró Fariña cuando se habló de la fortuna K, indicando que "el propio Máximo Kirchner se encargaba de pedirles el dinero a los empresarios. Lázaro es un tipo que tiene 250 millones de dólares en propiedades. Ficción no es, la guita está", dijo Fariña, aunque desestimó que vayan a encontrarse grandes cantidades de dinero "porque lo van moviendo y hay cientos de estancias perdidas", apuntó que "la plata tiene que estar acá".  Y también puso la mira en Ricardo Echegaray, asegurando justamente que "la AFIP fue la principal garante" de los negocios del kirchnerismo. Por lo que dijo Fariña es de suponer que la AFIP no solo hizo la vista gorda con Báez, sino con todos los empresarios, incluido  Angelo Calcaterra, el primo del Presidente, ya que todos negreaban la plata para pagar los peajes por la obra pública.
    Haciendo un poco de historia, Leonardo Fariña fue el primer arrepentido de la causa conocida como la "Ruta del dinero K", donde figura como "imputado colaborador". A partir de su declaración ingresó al programa de testigos protegidos. Vive con custodia las 24 horas, no puede decir dónde duerme y va rotando de domicilios en base a un protocolo de seguridad. 
    El mediático valijero ya declaró dos veces ante el fiscal Carlos Stornelli en la causa de los "Cuadernos de las coimas K". "Mucho no puedo decir porque hay secreto de sumario, pero hablé lo que sé del sistema fraudulento de asignación de obra pública. Es el mismo curso por el que transita la causa 'Vialidad nacional' y el inicio de la 'Ruta del dinero K'", contó.
    EL SISTEMA DE CORRUPCION DE LA OBRA PUBLICA
    Fariña detalló cómo funcionaba el sistema de corrupción en torno a la obra pública. "Las licitaciones no eran truchas, pero sí lo eran los pliegos de oferta que hacía el Estado. Ellos crearon un sistema a través del cual desde el Estado partía el delito, porque en el precio del pliego contemplaban el precio real de costo más un margen de ganancia para la empresa, y un tercer ítem, que era el retorno para el político y el incremento para el empresario".
    La conclusión es contundente: "La coima estaba dentro del precio de obra". No obstante, aclaró que los retornos podrían tener otro origen. "En la obra pública hay tres tipo de coimas: adjudicación, redeterminación y aceleración en los pagos", indicó.
    En el amplio abanico de los arrepentidos, Fariña cree que "el testimonio fundamental es el del empresario Aldo Roggio". ¿Por qué? "Porque reconoce el retorno, pero que la coima salía de la ganancia de la empresa. O sea, dice "yo tenía un margen para pagar la coima'".
    A la hora de las anécdotas, recordó que el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, condenado por el recibo de coimas, "recolectaba en el Hotel Faena, a la vista de todo el mundo".
    "Estuve 2 años y 20 días preso. Tuve muchas situaciones que me cambiaron la vida, como no haber podido ir a visitar a mi viejo su último año. Yo necesité un golpe duro para cambiar; si no, seguiría siendo la misma persona", reconoció Fariña.
    El valijero platense arrancó a los 23 años y se encontró con negocios que le dejaban un millón de dólares. Salía y tenía todo, 50 millones de amigos del campeón que le decían que era el mejor. Pero como el mismo lo dijo, terminó admitiendo que era "un boludo de la noche. Cuando uno está solo después se empieza a dar cuenta del vacío que tiene".
    Cuando le preguntaron si la ex presidente Cristina Kirchner podría quedar presa, no se mostró optimista. "Creo que el sistema está hecho para que no", contestó."Ella es senadora, siempre va a ser cabeza de su bloque y va a mantener un núcleo tal que va a tener su banca cada vez que se presente", interpretó. Y cerró: "Tenés un ex presidente con tres condenas y estuvo preso en prisión preventiva un pequeño lapso. La empírica marca eso".
    Hay quienes sostienen que Fariña sabe más que lo que contó a la Justicia y que siempre guarda otra carta en la manga. Ante el fiscal Carlos Stornelli Fariña dio cuenta que en la era K, la organización del robo no había dejado nada al azar, y desangraba a las arcas estatales con cada nueva obra pública. Pero el final de la película aún es un misterio. El periodista Hugo Alconada Mon que desarrolló las investigaciones más profundas sobre la corrupción sistémica, cree que puede haber aún dinero oculto en decenas de departamentos,  en cuentas en paraísos fiscales o en manos de testaferros que cuando murió Néstor Kirchner dijeron "pelito al cielo".
    Hoy a la Justicia le cuesta encontrar la verdadera cara de Leo Fariña. Se cree que en algún lugar guarda documentación clave que acredita cada una de las maniobras que ejecutó y que tal vez sean su seguro de vida. La duda de los investigadores es si él, en medio de tanto revoleo de millones, no hizo también algún canuto para asegurarse el futuro y pasar el resto de sus días en alguna isla del Caribe. Nadie lo puede asegurar.
     
    *Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónico es [email protected]. Si querés consultar su blogs, podés dirigirte al sitio: Jorge Joury De Tapas.  

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