En tiempos en que sentarse a comer cualquier cosa y en cualquier lado no baja de los $ 400 por persona, desde diferentes espacios del peronismo local han decidido dar opciones que no necesariamente implican una "bajada de línea" pero que forman parte del paisaje de la política y la realidad social que se vive.

"A nadie se le pregunta cómo piensa, el que tiene hambre tiene hambre", señaló una militante consultada sobre el tema. Lo cierto es que las opciones gastronómicas para "resistir" se han hecho ya famosas en la ciudad y las redes sociales han contribuido a eso.

En la zona de 44 y 11, el "Gallego" González ofrece lo que por estos días parece el hit gastronómico de la ciudad: el "Sanguche Popular". Se trata de un generoso "bocadillo" de pan frances que a simple vista muestra frescura, relleno de fetas de fiambres que van desde el jamón hasta la mortadela pasando por el salame, con al manos una feta de queso barra. Cuesta $19 y su autor lo promociona como justamente "una forma de ayudar a aquellos que tienen que están laburando y tienen que comer por eso le ponemos un valor mínimo", señala González, militante PJ de vieja data.

En Altos de San Lorenzo, en la zona de 76 entre 13 y 14, se cocina la Pizza Peroncha. Se trata de una creación del militante del espacio K del ex Juez Luis Arias, Pachu Montero, también conocido como La Estatua. "En esta UB que pronto inaguramos vamos a tener una pizzería popular, donde además se van a dar cursos y otras tareas de contención social. La Pizza Peroncha va ser la más económica y rica de la Ciudad", promete. Algunos hablan de una generosa muzza de 8 porciones a menos de $100.

Pero si un faro de gastronomía asociada a la militancia peronista hay en La Plata ese es "el buffet de Pololo" que funciona en la sede del PJ platense de 54 entre 7 y 8. Los menúes  se anuncian en un viejo pizarrón donde diariamente se ofrecen "mila completa a $ 120; pastel de papas a $80" y otros platos de precios "de otro planeta". El lugar está siempre lleno, funciona en el primer piso de la sede pejotista y las mesas se comparten si es necesario.

"En el momento social que estamos viviendo, yo soy un agradecido a las autoridades del PJ por abrirme las puertas, principalmente al compañero Gabriel Bruera que me dio la oportunidad en enero del 2016 cuando quedamos desocupados, y en este espacio pude desarrollar mi labor y atender a todo aquel que venga a comer”, ha contado Antonio Pölolo González recientemente en un reportaje de la Agencia Nova.

Todos los días Pololo tiene un menú diferente, con platos abundantes de comida casera y a precios que parecen haber sido metidos en la Máquina del Tiempo.

"Voy a mantener los precios cueste lo que cueste", desafía Pololo. El lugar estalla al mediodía y muchas veces los que explotan son los comensales. "Es comida casera, imaginate. Mucha gente se la lleva a su casa porque de la mesa inmediamente cae en la siesta", bromeó un asiduo comensal.

El lugar está abierto desde las 8 de la mañana hasta las 20 horas y se sirven desayunos y meriendas.