miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3864
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A 30 años del día que a Maradona el menemismo le hizo la cama y lo arrojó a los leones

* Por Jorge Joury.- Hacerle la cama a alguien, significa actuar a espaldas de una persona de forma de conseguir que ésta caiga en desgracia y conseguir una ventaja personal con el cambio de situación. Eso le ocurrió a Diego Maradona hace 30 años, un 26 de abril del año 1991.


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Por:
Jorge Joury

 

Hacerle la cama a alguien, significa actuar a espaldas de una persona de forma de conseguir que ésta caiga en desgracia y conseguir una ventaja personal con el cambio de situación. De alguna manera, es una vileza o un acto de traición. Eso le ocurrió a Diego Maradona hace 30 años, un 26 de abril del año 1991. Ese día recibí en la redacción de Diario Popular el llamado de un comisario de la Policía Federal para informarme de lo que terminaría siendo el título del año. Habían detenido a Diego Maradona junto a dos amigos de Villa Fiorito en el interior de una habitación de un departamento de la calle Franklin en Caballito. Diego estaba en el esplendor de su carrera y se enfrentaba esta vez al peor y más bochornoso de los escenarios. En aquel dos ambientes, propiedad del astro, los investigadores habían encontrado 115 gramos de cocaína.
Era esperable, pero no de esta manera. La historia del 10 con las drogas, ya venía escribiendo varios capítulos. "Tenía 24 años cuando consumí drogas por primera vez. Fue en Barcelona. Ha sido el error más grande de mi vida", declaró en una entrevista con la televisión italiana Maradona. Poco más de un mes atrás, el 17 de marzo del mismo 1991, Diego había dado positivo por la misma droga en un partido disputado entre su Napoli y el Bari, en la liga de Italia. A raíz de ello Maradona estaba en Argentina, cumpliendo la suspensión por el doping. La nueva pena por consumo de drogas duraría hasta junio de 1992.
Con el correr de las horas empecé a comprender que el operativo en Caballito era una operación mediática para hacerle pagar a Diego el más caro de los precios y de esa manera encubrir un episodio que golpeaba en lo más alto del poder.
Por aquellos días el gobierno del ex presidente Carlos Menem, tambaleaba. Estaba en la tapa de todos los diarios el denominado "Yomagate", que vinculaba a la cuñada del mandatario nacional, Amira Yoma, con una organización que lavaba dinero del narcotráfico en el país.
No se podía evitar que el foco de atención de la opinión pública estaba posado en el propio jefe de Estado. La movida policial comenzó a las 14, pero Maradona fue sacado del departamento de Caballito cuando cayó la noche. Hasta que no llegó el último fotógrafo, la Federal no comenzó el show.
La calle Franklin desbordaba de periodistas, cámaras y decenas de fanáticos alertados por las radios. Diego fue sacado esposado, con la mirada extraviada y esa foto fue la tapa de todos los diarios. El operativo no fue otra cosa que una vitrina mediática para apartar a Menem del escándalo de su cuñada.
La leyenda cuenta que el día anterior a la detención Diego había discutido con su esposa, Claudia Villafañe, y fue a sumergirse en una noche de diversión desenfrenada, que terminó en la calle Franklin. La idea era volver a su casa pero se pasó de revoluciones y lo despertó un policía que le mostró la credencial. Diego no entendía nada.
“El tipo me decía Policía Federal y yo estaba tan dormido que no entendía nada y llamaba a Claudia porque pensaba que estaba en mi casa”, reveló luego el astro. También recordó que uno de los agentes le aconsejó salir con el rostro tapado con un saco pero que él se negó. “¿Por qué tengo que taparme si no maté a nadie? ¿Por qué no te arreglás la corbata que vas a salir en televisión?”, le contestó el uniformado. “El tipo entendió que era una situación absurda y que estábamos obligados a interpretar una comedia”, contaría Diego.
"Me queda claro que con mi detención armaron un show mediático", reconoció tiempo después.
Fue la jueza Amelia Berraz de Vidal quien ordenó que se lleve a cabo el operativo. El 10 fue trasladado a una dependencia policial en Caseros al 900 y en la madrugada del 27 de abril, lo llevaron a la Superintendencia de Drogas Peligrosas, en Ingeniero Huergo y México. A la mañana, el futbolista fue conducido a los tribunales de Talcahuano 1337, donde conoció a Berraz de Vidal.
La jugada del menemismo estaba cumplida. La detención de Maradona de manera vertiginosa copó la agenda mediática. Luego en 1993 la jueza Amelia Berraz de Vidal, paradójicamente obtuvo el acuerdo del Senado de la Nación para formar parte de la Cámara de Casación, meses más tarde de que el tribunal se creó.
Luego de la detención de Maradona, Carlos Menem le retiró el rango de asesor y embajador deportivo de Argentina que le había dado en junio de 1990, antes de que la Selección Nacional partiera a Italia para jugar la Copa del Mundo. El entonces Presidente, no vaciló en poner la frutilla del postre al declarar que Diego era "un muchacho enfermo" y que necesitaba "ayuda".
La historia de la jueza Berraz de Vidal con el 10 continuaría luego de que Diego pagara una fianza de 20 mil pesos y la magistrada le ordenara un tratamiento "para limpiarse" de la droga.
Hay alrededor de Maradona cientos de momentos épicos para que se lo recuerde, de manera intermitente y se acrecentará cuando se conozca la serie de Amazon sobre su vida. Sus goles a los ingleses en el Mundial de México, sus caídas y resurrecciones en hospitales, sus constantes peleas con los líderes de la FIFA y del mundo y con políticos como Mauricio Macri.
Pero hay un episodio que pocos recuerdan y que marcó un antes y después en su vida. Y es, justamente, este que hoy estoy relatando de primera mano y del que se cumplen 30 años. Porque a partir de aquella confirmación pública sobre sus adicciones, Diego quedó expuesto para siempre. Desde entonces, por más que volvió a jugar profesionalmente, nunca recuperó su mejor nivel. Fue apenas una sombra que iba desapareciendo lentamente y a la que solo acompañaban los escándalos.
Aunque está en todos los corazones, algún día los periodistas tendremos que reconocerle al 10 la propiedad intelectual de todos los títulos que nos dió. Diego está muerto, pero la leyenda continúa.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP.

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