miércoles 11 de diciembre de 2024 - Edición Nº4095
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Manes, Matera, la euforia según Sun Tzu o como tunear un furgón de cola

Por Enrique Santos Discepolín.- Diferentes opinólogos en rol de operadores políticos en favor de la oposición al peronismo, hablan por estas horas de la "euforia" que a partir del "efecto Facundo Manes", viven los radicales en Juntos por el Cambio. Es decir, los radicales que no revoleraron sillas en la Convención de Gualeguachú y aceptaron subirse a la expresión más moderna del Partido Conservador en toda la historia.


TAGS: MANES, EUFORIA

 Ese radicalismo pagó, con el rechazo de los sectores de la centro izquierda progresita, que siempre consideraron a la UCR un especio de referencia, haber incurrido en tal contradicción histórica. En los cuatro años de gobierno macrista ese radicalismo aceptó sin chistar los escasos espacios de poder que le fueron concedidos. Y en los casos en que la UCR logró ese poder por peso propio, como el caso puntual de las intendencias ganadas en 2015, la indiferncia macrista los condenó a un fracaso brutal. Por ejemplo: después del hecho histórico producido en Berisso cuando el radical Jorge Nedela se convirtió en el primer intendente no péronista en gobernar la tierra donde empezó el 17 de octubre. Su gobierno padeció, a la hora de recibir recursos para gestión, una indiferencia salvaje. Lo mismo le pasó a otros radicales en gobiernos municipales.
El radicalismo empezó el sigo 21 gobernando la Argentina, en una alianza con sectores progresistas que a poco de andar se bajaron antes del vuelco de la calesita que fue diciembre de 2001. En 2007, el kirchnerismo le abrió la puerta a un proyecto de país basado en la transversalidad y la unidad nacional de los sectores progresistas. Una forma de plasmar en hechos el abrazo Perón-Balbín. El "no positivo" de Julio Cobos, presionado por una dirigencia partidaria que no lo consideraba y se burlaba de él, terminó con ese sueño y el radicalismo tuvo que anotarse un nuevo fracaso, otra oportunidad perdida.
En 2015 llegaron los conservadores y apelaron a la emocionalidad histórica para convencer a radicales que no ven la diferencia entre ser radical y ser anti peronista.
Opacados pero conformes por estar cerca de los salarios de la política, los radicales que no revolearon las sillas en Gaualeguaychú ven ahora una oportunidad de mejorar su satus qúo ante la sociedad y en el andamiaje del poder. Acaso no sea más que una oportunidad para llevar el furgón de cola a chapa y pintura, ponerle algunas luces y llevarlo un rato a la televisión.
La irrupción del neuropolítico Facundo Manes hace que algunos memoriosos recuerden al prestigioso neurocirujano Raúl Matera, que incursionó en la política del justicialismo en la década del 60, integró el "neoperonismo", línea independiente a la conducción del Perón, que lo calificó con picardía de "neuroperonista". Obviamente no alcanzo relevancia política, más allá de su alto nivel científico y personal. Facundo Mames, neurologo,sin tener el prestigio profesional de Matera, parece que se ha decidido incursionar en política. ¿Tendrá el mismo resultado que Matera?.
La cara y los discurrimientos filosóficos de Manes pretenden ahora ser vendidos como una carta brava de los radicales para ganarle a los conservadores que dominan Juntos por el Cambio. Ganerle espacios de poder, lugares en las listas, cargos importantes. Y la euforia se traduce en anuncios envalentonados de "ir a la interna, solos".
Detrás de esas operaciones para subirle el precio a Manes, parece esconderse la mano hábil del jefe de jefes, Mauricio Macri. Hacerle creer a los radicales que pueden, llevarlos a una discusión electoral para luego, ante los resultados, tenerlos otra vez de rodillas, pareciera ser la estrategia elegida. No es lo mismo negociar con quien sabe lo poco que tiene que negociar con quien cree tener más de lo que tiene, pero luego resulta que no tiene.
La estrategia parece arrancada de El Arte de la Guerra, de Sun Tzu, donde si algo queda claro es la importancia de confundir al enemigo.
Y no hay nada que confunda más que un estado de euforia.

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