En sus redes sociales el periodista y respetado analista político escribió: "Difícilmente por lo tratado en debate tan prolijito algún argentino vaya a modificar el voto o se persuada sobre la imperiosa necesidad de ir a votar el 22 de octubre. En Santiago del Estero se registró un previsible empate colectivo con el predominio de una versión light de un Fenómeno Milei demasiado encorsetado que se empeñó en cancelar los desbordes de su creatividad, y de un armado Milagro Massa que (pese a representar al gobierno fantasmal) alcanzó a florearse con la gestualidad y la firmeza de quien se cree preparado para calzarse la banda y proponer delante de los adversarios “un gobierno de unidad nacional”. Por su parte, el tardío Schiaretti invirtió su experimentada energía en la casaca federal para exponer las quejosas asimetrías con el AMBA y promover los sublimes atributos del modelo cordobés, mientras la señora Bregman fue quien supo mejor sobresalir con los apotegmas gastados de su ideología y los maltratos casi irrespetuosos hacia los próceres de los competidores. En el medio de los cinco la señora Bullrich hizo lo que pudo con sus relativas consignas para acosar a los rivales directos Massa y Milei, aunque tal vez desperdició la penúltima oportunidad para diferenciarse. Queda otra, para el 8, tal vez menos pulcra y limpita".