La víctima recibió 15 disparos de perdigones de goma, que salieron de una escopeta de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
En el veredicto, el juez  Luis Arias tuvo en cuenta que “ de acuerdo a los argumentos vertidos por los accionantes, siendo aproximadamente las 6.30 horas, la víctima se retiraba del local bailable sito en 511 entre 13 y 14 de Ringuelet cuando, al advertir que un grupo de jóvenes se encontraba agrediendo a un amigo suyo, acudió en su ayuda”

Según consta en la causa, “volvió a escuchar un ruido parecido al que emana un arma de fuego, al darse vuelta, vio a un policía apuntándole y efectuarle un disparo en la mitad del cuerpo, a corta distancia”

En el Hospital de Gonnet, decidieron realizarle una operación en donde le sacaron tres perdigones de goma del dedo anular y de un muslo, y le realizaron un toilette mecánico”

El fisco provincial rechazó lo solicitado por la familia y contó que la Policía intercedió por un conflicto entre varios adolescentes, y que fue recibida con piedrazos, para lo cual realizaron “disparos intimidatorios” Arias, sostuvo en su fallo que “con respecto a la responsabilidad extracontractual del Estado, cabe recordar que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha resuelto en reiteradas oportunidades que quien contrae la obligación de prestar un servicio público –en el caso policía de seguridad- lo debe realizar en condiciones adecuadas para llenar el fin para el que ha sido establecido, y es responsable de los perjuicios causados por su incumplimiento o ejecución irregular”.